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TOLERANCIA RESPECTO A LA<br />
HOMOSEXUALIDAD:<br />
SÍ PERO NO<br />
O<br />
tro dato relevante de nuestro estudio es que poquísimas<br />
personas con prácticas heterosexuales<br />
se han referido espontáneamente a las relaciones<br />
homosexuales 252 . Se da por hecho que lo<br />
“normal” es la relación entre una mujer y un hombre, y solo cuando se le has preguntado directamente<br />
han opinado sobre otro tipo de relaciones.<br />
De los contenidos de nuestras entrevistas se deduce que hay una cierta normalización cultural<br />
de la homosexualidad, que seguro que tiene que ver también con los cambios legales ocurridos en el<br />
Estado español en las últimas décadas (matrimonio homosexual y adopción en el marco de familias<br />
homoparentales), al menos en los discursos. Aunque es una aceptación más teórica que práctica:<br />
Yo creo que cada pareja es un mundo, sean homosexuales, heterosexuales o mazapanes, o sea en<br />
ese sentido creo que cada pareja vive su realidad súper diferente al resto. Y yo tengo… sí conozco<br />
parejas homosexuales y… (…) Yo creo que, que de boquilla está más normalizado que, que<br />
luego de sentimiento de pensamiento, o sea, yo creo que te sigue chocando dos tías morreándose.<br />
(Olatz, 29 años, IM-11).<br />
De todas formas, hay diferencias en los discursos de las chicas y los chicos. De la misma manera<br />
que ocurre con el “barniz de la igualdad” en relación a la violencia sobre las mujeres (Rincón, 2011),<br />
en este caso también es como si hubiera un “barniz de tolerancia frente a la homosexualidad” que<br />
se despega fácilmente según lo tocas:<br />
Les respeto, pero yo tengo mi opinión sobre eso (…) A ver, que unos sean, sí. Pero que, de repente<br />
tantos, es una puta moda que se ha puesto de moda. Soy homosexual, soy bisexual, soy<br />
lesbiana. A ver, tú eres un vicioso y es lo que pasa. ¡Soy bisexual! Vamos, tú no sabes ni lo que<br />
eres. A ti te gustan tíos, tías e igual mañana te gustan hasta los perros. Vamos, no me jodas, tío.<br />
¡Tú eres un degenerado! (Kepa, 21 años, IH-6).<br />
Esta aparente tolerancia, por tanto, se combina perfectamente con un establecimiento de límites<br />
entre lo que está bien y lo que no: se hace la distinción, por ejemplo, entre homosexuales y “locas” y<br />
se critica a estas últimas; o hay una descalificación de la exhibición pública del afecto homosexual,<br />
que es etiquetado de exceso o vicio:<br />
Una cosa es ser homosexual, o que te gusten los chicos, y otra cosa es ya ser una loca (…) Yo<br />
creo que se ha pasado de un extremo a otro. (Grupo chicos deportistas, 22-25 años, GH-3).<br />
Por tanto, parece que se trata de un discurso políticamente correcto que tiene bastantes fisuras.<br />
Las chicas, al menos en sus discursos, son más tolerantes o incluso valoran positivamente las<br />
manifestaciones públicas de deseo o cariño entre parejas heterosexuales u homosexuales, como<br />
comenta Rosalía de su instituto:<br />
Ikusten badituzu musukatzen… pasilloan daude neska bat eta mutil bat beti muxukatzen eta<br />
esaten duzu, ¡joe, qué putos pelmas!, beti elkarrekin, ez dakit zer… eta gero ikusten dituzu bi<br />
neska hauek eta igual, ‘jo, qué majas! (Rosalía, 16 años, IM-2) 253 .<br />
252 Esto tiene que ver también con el bajo número de gays y lesbianas entrevistadas, lo que nos ha llevado a la necesidad<br />
de buscar directamente, en la última fase de nuestra investigación, jóvenes con prácticas homosexuales.<br />
253 Los ves besándose… están en el pasillo una chica y un chico siempre besándose y dices, “joe, qué putos pelmas!,<br />
siempre juntos”, no sé qué… y luego ves a estas dos chicas e igual, “jo, qué majas!” (Rosalía, 16 años, IM-2).<br />
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