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libro guia de la materia de ecologia
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PAISAJE FÍSICO O NATURAL<br />
127<br />
El conjunto de estos factores permite reconocer que la vida es parte central del funcionamiento<br />
de la biosfera o ecósfera (de nuestra casa) y, por consiguiente, de las regiones biogeográficas,<br />
pues <strong>todo</strong>s en conjunto y de manera articulada alteran la composición gaseosa de la atmósfera<br />
afectando el clima y participan en el reciclado de materiales necesarios para mantener los ciclos<br />
del agua y de los organismos y el medio en donde habitan.<br />
Los ciclos de los elementos<br />
Los principales elementos que constituyen los tejidos vivos de los organismos y que integran<br />
95% de la biosfera son el carbono (C), el hidrógeno (H), el oxígeno (O), el nitrógeno (N), el<br />
fósforo (P) y el azufre (S). Resulta importante conocerlos, ya que se han modificado de manera<br />
considerable, como resultado de las actividades humanas a nivel global.<br />
El ciclo del carbono (C)<br />
El ciclo del carbono es de gran interés desde el punto de vista biogeoquímico, puesto que la mayor<br />
parte de los tejidos vivos están compuestos de este elemento, además del importante papel que juega<br />
el bióxido de carbono (CO 2<br />
) como un gas con efecto invernadero. El carbono es un elemento básico<br />
en la formación de moléculas orgánicas de carbohidratos, lípidos, proteínas y ácidos nucleicos. Los<br />
organismos fotosintéticos captan CO 2<br />
y producen materia orgánica y oxígeno al utilizar la luz solar<br />
como energía. El proceso contrario es el de la mineralización de la materia orgánica efectuada mediante<br />
la respiración de los organismos vivos para extraer la energía contenida en las moléculas orgánicas u otros<br />
procesos fotoquímicos, capaces de remineralizar la materia orgánica con el consiguiente consumo de oxígeno<br />
(O 2<br />
) y el aumento del CO 2<br />
y de otros elementos como el nitrógeno (N), el potasio (P) y el azufre (S),<br />
integrándose nuevamente al ciclo de forma inorgánica. El ciclo del carbono se integra con tres reservas<br />
principales de este elemento: la atmosférica, la oceánica y la terrestre (figura 2.48). Aquí, las flechas continuas<br />
y los números subrayados explican las reservas naturales y los flujos entre reservas, en tanto que<br />
las flechas discontinuas y los números en cursivas representan la alteración del ciclo –es decir los flujos<br />
y las reservas– por las actividades humanas. En el ciclo natural del CO 2<br />
, los océanos destacan como<br />
grandes reservorios de bióxido de carbono, ya que contiene unas 50 veces más que la atmósfera y unas 20<br />
veces más que la tierra, debido a la solubilidad del CO 2<br />
y a la capacidad que tiene el agua para su retención<br />
(sumidero). El intercambio de carbono entre las distintas reservas nos indica si éstas se están comportando<br />
como sumideros o como fuentes de dicho elemento. En el ciclo natural los flujos son muy pequeños. Para<br />
entender los cambios ocurridos en este ciclo por las actividades del hombre es necesario evaluar la aportación<br />
de CO 2<br />
al ciclo natural; esto es, agregar el total de aportaciones (números en cursivas) y sumarlas a las<br />
aportaciones que aparecen en números subrayados, incluyendo los de las flechas continuas.<br />
Figura 2.48<br />
El ciclo del<br />
carbono.