28.06.2017 Views

Aparociones y revelaciones privadas Libro P Roman Espanhol

ES_Aparociones y revelaciones privadas Libro P Roman Espanhol

ES_Aparociones y revelaciones privadas Libro P Roman Espanhol

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

“Opinamos que las «<strong>revelaciones</strong> <strong>privadas</strong>» posteriores a Cristo se caracterizan<br />

precisamente por esos mandatos, intimados a la Iglesia, por uno de sus miembros,<br />

para el gobierno de la misma en determinadas crisis de su Historia. Que la<br />

notificación se haga al conjunto de la Iglesia o a gran parte de ella; que se haga con<br />

éstas o parecidas palabras: «haec dicit Dominus»; o bien por medio de símbolos, o<br />

de cualquier otro modo; eso no tiene ninguna importancia. Cuando se trata de tomar<br />

una decisión importante, bien está que uno se pregunte al estilo antiguo qué es lo<br />

que aconsejan los principios dogmáticos y morales; pero no debe olvidarse de<br />

consultar también las «mociones del Espíritu Santo». Igualmente en sus decisiones<br />

graves, tiene la Iglesia que preguntarse: «non est propheta… ut interrogemus per<br />

eum?»” 429 .<br />

3. EL DISCERNIMIENTO DE LAS REVELACIONES PRIVADAS.<br />

LOS CRITERIOS Y EL PROCESO.<br />

3.1. Los criterios y el proceso del discernimiento a través de la historia.<br />

Vamos a empezar recordando la información recogida en el primer capítulo<br />

de este trabajo, que nos presenta el desarrollo histórico del tema que aquí nos<br />

interesa. Como ya sabemos, los criterios del discernimiento aparecen en tiempos<br />

apostólicos, coincidiendo con la presencia del carisma de la profecía dentro de la<br />

Iglesia primitiva. Prueba de esto tenemos en las palabras de San Pablo a la<br />

comunidad de Tesalónica: “No apaguéis el Espíritu, no despreciéis las profecías;<br />

examinad cada cosa y quedaos con lo que es bueno” (1Tes 5, 19-21). La “Didaché”<br />

y el “Pastor” de Hermas ya contienen una lista de normas y criterios para distinguir<br />

entre un profeta verdadero y uno falso, poniendo acento sobre todo en las<br />

cualidades y virtudes personales y en la coherencia entre la predicación y el ejemplo<br />

de la vida. A partir de la Edad Media son los Concilios de la Iglesia que intentan<br />

poner orden en el asunto de las apariciones. Así, el Concilio V de Letrán confía la<br />

tarea de investigar sobre una visión al Ordinario del lugar, recomendándole al<br />

mismo tiempo convocar una comisión de expertos como un órgano consultativo. El<br />

Concilio de Trento mantiene esta normativa, añadiendo una cláusula que dice, que<br />

en caso de un problema grave, el obispo está obligado a presentar el asunto a los<br />

demás obispos de la provincia eclesiástica y a la Santa Sede. En el siglo XVII el<br />

cardenal Bona especifica tres criterios a tener en cuenta en la hora de valorar una<br />

revelación privada. El cardenal indica en el primer lugar que hay que fijarse en el<br />

vidente, si es hombre de fe, goza de virtudes y buenas costumbres. Después hay que<br />

mirar el contenido de la revelación, si está concorde con la Sagrada Escritura y la<br />

Tradición y al final hay que investigar las circunstancias de la aparición para ver, si<br />

429 C. Rahner, “Visiones y profecías…”, 38-39.<br />

85

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!