YOGA 71

Psicoterapia contemplativa
La escucha presente
El requisito para la revelación es escucha, es silencio, receptividad. Lo demás es lo que
está encerrado entre las paredes de lo vivido, de lo conocido, de lo pasado o de lo pensable.
Me pide que deje entrar, que me disponga a no saber.
Por Juan Manuel Tavella*
Se sabe de un grupo antiguo de contemplativos -posiblemente
Esenios- que se llamaron Terapeutas. La palabra terapeuta
viene del griego, y se refiere a aquel que se ocupa de sanar, de
atender. Atender, dar atención. Creo que esta palabra es un nexo
interesante entre la psicoterapia y las tradiciones contemplativas.
La atención sana. Escucha al otro y escucha propia. Podría ser la
misma cosa: puede empezar en el almohadón de meditación esa
escucha de lo otro en mí, eso otro que soy.
En la tradición judeo-cristiana, la revelación a Moisés es precedida
de las palabras “Muse ke”, “Moisés, escucha” (de Muse ke se dice que
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deriva la palabra música). El requisito para la revelación es escucha,
es silencio, receptividad. Lo demás es lo que está encerrado
entre las paredes de lo vivido, de lo conocido, de lo inteligible, de
lo pasado, de lo pensado, de lo pensable. Lo nuevo, lo vivo, lo que
quiere revelarse, no puedo encontrarlo en el archivo de mi memoria,
de mis fórmulas, de mis teorías. Me pide que deje entrar, que
me disponga a no saber. Es en este no saber, en esta mente de principiante
de la que habla el maestro Zen Shunryu Suzuki -fértil de
posibilidades, a diferencia de la mente del experto- en donde nos
abrimos a la posibilidad de un saber que viene de más profundo.