Filosofia_2BGU
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
1.2. El yo y el racismo<br />
Los discursos sobre la supuesta superioridad<br />
del yo cartesiano frente a la pretendida inferioridad<br />
del otro legitiman la discriminación,<br />
marginación, violencia estructural y hasta el<br />
genocidio.<br />
El temor al otro surge del temor a la diferencia,<br />
pero se concreta con el repliegue del yo<br />
cartesiano en sí mismo, en su círculo de mismidad,<br />
en su egocentrismo e individualismo,<br />
el no querer ver más allá de sus narices.<br />
http://goo.gl/g5OAhJ<br />
Por tanto, el yo se vuelve la negación a lo<br />
diferente, ensimismamiento, sin apertura ni<br />
tolerancia. De esta postura deviene la institución<br />
de mecanismos de segregación y<br />
exclusión implícitos en las democracias occidentales,<br />
que mantiene en ricos a los herederos<br />
del poder político y económico y pobres<br />
a las clases populares.<br />
Además, cualquier intento por lograr una<br />
emancipación, es visto por el centro como<br />
una amenaza a su propia ser, a su yo.<br />
De modo que la otrización es una negación<br />
de lo no yo y su disposición para dominarlo.<br />
Por ejemplo, Juan Ginés de Sepúlveda (1490<br />
- 1573) colonizador europeo, pensaba que<br />
los indígenas del Nuevo Mundo no tenían<br />
alma, que eran inferiores a los europeos, los<br />
llamaba esclavos naturales, defendió hasta<br />
su muerte el derecho de que la civilización<br />
occidental conquistara a los otros pueblos<br />
por su inferioridad, el otro queda disminuido<br />
a menos que animal, el yo cartesiano queda<br />
inflado en su importancia personal.<br />
http://goo.gl/IpQQTY<br />
Fuente primaria<br />
Sobre la negación del otro por parte del yo, el<br />
filósofo colombiano Freddy Álvarez, en su obra<br />
Las derivas de la alteridad dice: «Frente al otro,<br />
el extranjero y diferente, el yo vive en la amenaza<br />
cotidiana, y es aquí donde viene la reacción<br />
racista: se cree que para asegurarse es necesario<br />
excluir, o negar al otro. Ingresamos en la<br />
binariedad excluyente y letal: o es él o soy yo. El<br />
yo parece no tener otra alternativa que la exclusión<br />
del otro. Por tal motivo, la afirmación de los<br />
derechos del yo se consigue con la negación<br />
de los derechos del otro, o el reconocimiento de<br />
los derechos del otro es un atentado contra los<br />
derechos del yo».<br />
Con perfecto derecho los españoles ejercen<br />
su dominio sobre estos bárbaros del<br />
Nuevo Mundo e islas adyacentes, los cuales<br />
en prudencia, ingenio y todo género<br />
de virtudes y humanos sentimientos son<br />
tan inferiores a los españoles como los niños<br />
a los adultos, las mujeres a los varones,<br />
como gentes crueles e inhumanos a muy<br />
mansos, exageradamente intemperantes a<br />
continentes y moderados, finalmente, estoy<br />
por decir los monos a los hombres… la justa<br />
guerra es causa de la justa esclavitud, la<br />
cual contraída por el derecho de gentes,<br />
lleva consigo la pérdida de la libertad y de<br />
los bienes.<br />
Juan Ginés de Sepúlveda. Tratado sobre<br />
las justas causas de la guerra contra<br />
los indios.<br />
Prohibida su reproducción<br />
127