Mundo Ejecutivo Abril 2020

CONTRAPESOS
VISIONES DIVERGENTES SOBRE EL FUTURO
DE LA ENERGÍA: MÉXICO Y EL MUNDO
GERARDO GUTIÉRREZ
CANDIANI
Empresario. Fue titular
de la Autoridad Federal
para el Desarrollo de las
Zonas Económicas Especiales
y presidente del Consejo
Coordinador Empresarial
y la Confederación Patronal
de la República Mexicana.
18 ABRIL mundoejecutivo.com.mx
Recientemente tuvo lugar una historia de enredos
sobre la posible compra, por parte de la
Comisión Federal de Electricidad, de una barcaza-instalación
eléctrica de segunda mano a la
República Dominicana. Supuestamente, con ella
se ampliaría la capacidad de generación en Baja
California Sur, a partir del altamente contaminante
combustóleo.
Las críticas no se hicieron esperar y pronto se
replicó que, más bien, lo que se quemaría era diésel
y gas natural. El inconveniente era que ahí no
hay acceso a dicho gas, a menos que también lo
lleven por barco, con los correspondientes costos.
Además, la producción eléctrica con diésel
es bastante cara en términos comparativos. Así
que, finalmente, se anunció que nada de barcaza:
se construiría una central de ciclo combinado,
tecnología considerada de transición hacia las de
matriz renovable, que ya son neutras en emisión
de carbono. Con todo, queda sin resolver el tema
del suministro de los hidrocarburos.
El episodio es esclarecedor respecto al momento
que vivimos como país en materia energética,
como en otras muchas áreas: sobre hacia dónde
pareciera que vamos y de qué nos alejamos.
Mientras esto ocurría en México, con noticias
sobre tecnologías contaminantes y que muy pronto
podrían ser obsoletas, las acciones de Tesla, la
empresa líder en el desarrollo de vehículos eléctricos,
rompía récords en los mercados bursátiles.
Su valor subió más de 90% en lo que iba del año.
En un artículo del Wall Street Journal firmado
por Tim Higgins, se elogiaba a Tesla por ir mucho
más allá del cambio del motor de gasolina al
eléctrico: “Desarrolló ‘expertise’ en software y
en la tecnología de baterías y fue pionero de un
modelo de ventas directas, eliminando los concesionarios”.
En la misma semana de la confusión en torno
a la barcaza, el fundador de Amazon, Jeff Bezos,
anunció un fondo de 10 mil millones de dólares
para financiar proyectos vinculados con los retos
del cambio climático.
Mientras tanto, en nuestro país, en los medios
se daba cuenta de que la Comisión Reguladora
de Energía contemplaba cambiar las reglas para
permisos de generación y suministro eléctrico
bajo el modelo de autoabastecimiento. Junto con
las licitaciones para generación y el mercado de
los Certificados de Energía Limpia, que también
parecen ir para atrás, ese esquema ha impulsado
fuertemente la inversión en energías renovables.
Ahora, la idea sería prohibir que los proyectos
originales bajo esa modalidad sumen nuevos
participantes y que incrementen la capacidad de
generación.
En suma, esto apuntaría a dificultar el que empresas
privadas vendan y compren energía entre
ellas y, de ese modo, tratar de salvar a la CFE y a
Pemex de su atribulada situación económica por
la vía de regresar a prácticas de monopolio. De
esa manera, el desenlace podría ser la prolongación
de una operación improductiva, con los
correspondientes costos para consumidores de
energía, como la industria y para los contribuyentes,
en este caso por la vía de subsidiar políticas
que no son financieramente sostenibles.
En tal situación, podría ondearse la bandera de
la soberanía en energía, pero a un muy alto costo:
más contaminación y más presión para el presupuesto
público, además de rezago tecnológico.
La alternativa son fuentes como la energía
eólica y la solar, para lo cual hay abundante financiamiento
disponible en el mundo. Además,
México cuenta con condiciones que están entre
las más propicias debido a factores como insolación
y sistemas de viento, así como perspectivas
de la demanda. Todo eso, sobre todo el regalo de
la naturaleza, seguirá ahí, pero los cambios disruptivos
que se han hecho o que se consideran
para dar la espalda a políticas de apertura y regulaciones
modernas y pro mercado no pueden
sino inhibir las inversiones.
Desafortunadamente, la perspectiva en materia
de hidrocarburos es igualmente preocupante.
Las refinerías de Pemex han llegado a trabajar
al 25% de su capacidad. Esto, de acuerdo con
analistas, puede obedecer a que mucho de los
recursos públicos que se requieren para revertir
esa situación estaría yendo a proyectos como la
nueva refinería en Dos Bocas.
Como con el combustóleo, la idea de construir
una refinería de este tipo enfrenta problemas de
viabilidad muy serios, de hecho, existenciales. El
factor más crítico es que la gasolina irá en retirada,
cuando automóviles como los de Tesla y otras
armadoras dominen el parque vehicular. Como
es sabido, hay países que incluso han fijado fechas
perentorias para prohibir la circulación de
unidades de combustión interna, como Reino
Unido, para el 2035.
Hay que preguntarnos seriamente cuál es la
visión y la apuesta energética que nos conviene.
Necesitamos reflexionar a tiempo sobre ese
tipo de contrastes, porque el futuro no nos va
a esperar.