Mundo Ejecutivo Abril 2020

ECONOMÍA
PRESIDENTE
BUSINESS FRIENDLY
FERNANDO VILLELA ARANDA*
Una cosa debemos reconocerle al presidente Andrés Manuel
López Obrador: parece ser un político con buenas intenciones.
Más allá de filias y fobias se percibe genuina su
preocupación por los sectores más vulnerables de México.
Su vida política da la impresión de estar realmente encomendada
a disminuir la pobreza e incrementar las oportunidades de
amplios sectores de la sociedad.
Pero el camino al infierno está repleto de buenas intenciones.
De poco sirven éstas sin una correcta ejecución. El bien no sólo
hay que desearlo, hay que hacerlo, y hacerlo bien. AMLO ha basado
su política en un pésimo diagnóstico y paupérrima estrategia.
Pretende resolver los problemas económicos de México de
la siguiente manera:
• Pelear con empresarios, no para separar el poder económico
del político, sino para subordinar el primero al segundo.
De ahí la cancelación del Aeropuerto en Texcoco y la renegociación
de gasoductos por parte de la CFE.
• El fortalecimiento, inevitable, del “Capitalismo de Compadres”.
• El Estado mexicano como monopolio en la industria petroquímica
y de energía. Que PEMEX genere los recursos que
el Ejecutivo después repartirá.
• Sustituir programas sociales de administraciones anteriores
por la entrega de dinero directo a ciudadanos vulnerables.
• Un combate discrecional a la corrupción basado en razones
políticas, en lugar de un combate institucional basado en
razones judiciales y técnicas.
Los resultados no han sido los deseados. La economía en recesión,
el empleo detenido y un impacto mínimo en la disminución
de la desigualdad.
Si el presidente de México en verdad quiere mejorar las condiciones
de vida de la población, erradicar la pobreza y disminuir
la desigualdad, debe cambiar radicalmente su estrategia.
El viejo estatismo y corporativismo de los años 50, 60 y 70 en
México, que tanto se esfuerza por regenerar no funciona. Lo que
el país necesita es una administración más business friendly.
No sólo los proyectos de derecha y liberales necesitan libertad
económica y un ambiente empresarial propicio, también un proyecto
de izquierda que busque reducir la desigualdad lo requiere.
Incluso, un presidente que se autonombra “de izquierda” necesita
de empresas fuertes y mercados competitivos. Esa es la
experiencia a nivel internacional que los partidos y políticos socialistas
siguen para alcanzar el Estado de Bienestar. Desde los
países Escandinavos, hasta Canadá y Costa Rica, estos modelos
económicos tienen éxito cuando se tiene una economía fuerte:
con empresas competitivas, consumidores, instituciones públicas
fuertes, un gobierno con un buen sistema recaudatorio y
que a su vez otorgue servicios públicos de modo eficiente.
¿Qué necesita México para contar con empresas fuertes? ¿De
dónde surgirán los recursos e incentivos que permitan que los
proyectos políticos funcionen? Nuestro país requiere que la estrategia
del presidente gire en torno a:
• Marco Legal e Institucional claro que de certeza a los inversionistas.
• Seguridad pública con un porcentaje bajo de impunidad.
• Más y mejor infraestructura.
• Educación pública de alta calidad.
• Discurso diferente, que no confronte a las empresas sino
las vea como aliados.
La pobreza es, junto con la inseguridad, el principal problema
que enfrenta México. Y el país se nos va en resolverlos. Es urgente
que López Obrador cambie su relación con las empresas
mexicanas y extranjeras en México. De lo contrario pasaremos
otro sexenio sin resolver lo apremiante. No son suficientes las
intenciones y discursos.
* Maestro y académico de la Facultad de
Empresariales de la Universidada Panamericana,
campus México.
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