30.04.2020 Views

Los de adelante corren mucho - Javier Ruán

Los de adelante corren mucho - Javier Ruán

Los de adelante corren mucho - Javier Ruán

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

do. Le dije, por, fin, que todos la queríamos y que estábamos

rogando a dios por su pronta recuperación, asegurándole que,

en breve, volveríamos a reunirnos para hablar de la vida y sus

encantos. Nuevamente entornó los ojos y sonrió con agradecimiento,

pero no me creyó, no pronunció una palabra, pero no

fue necesario, la expresión de su rostro fue elocuente. Recordé

que ella acostumbraba decirme:

–Mi bello y querido Ruán: ya estoy cansada, ya no

tengo el embeleso de antes, ya no soy aquella mozuela que tú

conociste, la guapeza la dejé por la vida.

Recordé cuánto nos divertíamos parafraseando letras

de canciones y le dije:

–Haz a un lado tu orgullo y tus encantos, yo te voy a

querer de todos modos.

Chela afirmó con la cabeza sin dejar de mirarme. Sentí

que teníamos aún mucho que decirnos, pero ella, cuidando

las formas, fue hasta el final una señora y no abrió la boca.

Consideré que debía dejarla descansar, y amorosamente besé

la mano que no había dejado de sujetarme, prometiéndole que

volvería más tarde.

Cerró los ojos momentáneamente y cuando los volvió a

abrir, advertí en su rostro un enorme cansancio y una profunda

tristeza. ¿Era el adiós? ¿Supo en ese momento que no nos volveríamos

a ver más? Probablemente sí. Siguiendo un impulso

irreprimible la santigüé. Interiormente la encomendé a la virgen

del Carmen. Me miró interrogante, le sonreí animándola.

Nos miramos largamente, sin pausa y sin tiempo.

196

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!