30.04.2020 Views

Los de adelante corren mucho - Javier Ruán

Los de adelante corren mucho - Javier Ruán

Los de adelante corren mucho - Javier Ruán

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

cuestiones yo siempre he sido muy exacta, ¿ustedes no saben

de algún remedio?

–Sí, tía Andreyita –dice “la ronca”– y no se preocupe

ahorita le preparo unas manzanas cocidas, pero se las tiene

que comer bien calientitas.

–¡De mil amores Lancho! –responde la golosa dama–.

–Y también dicen que es re bueno una cataplasma de

manrubio en el ombligo –opina Leoncia–.

–¡Sí!, ¡sí!, criaturas. ¡Háganlo!, manden a Eulogio a la plaza

con Toña Jurado y que le compre varios kilos de manzanas. ¡Pero

de prisa!

Y así, la glotona de la señorita Amézcua, con mucha fe,

comió más de una docena de manzanas cocidas sin ningún

efecto. La doña nomás sudaba y trasudaba quejándose.

–¡Válgame dios!, ¡qué mal me siento muchachas! Y este

cólico cagón que no me deja en paz. Hace que se me ponga la

carne de gallina y no logro regir. ¡No me hallo!, no encuentro

acomodo. Solamente quiero estar arranada.

Leoncia la menor opina:

–También he oído decir que cuando una se tapa y no

puede hacer del cuerpo debe comer muchas changungas y

tunas coloradas, y ¡santo remedio!

–Y ¿qué esperas Leoncia? ¡Corre a conseguirlas! ¡Que no

aguanto esta panza! Me siento toda aventada.

Y con enorme devoción, doña Andrea Epitacia se tragó

varias tunas y un montón de changungas, pero todo fue inútil

no hubo respuesta digestiva. En estas lamentables condicio-

30

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!