30.04.2020 Views

Los de adelante corren mucho - Javier Ruán

Los de adelante corren mucho - Javier Ruán

Los de adelante corren mucho - Javier Ruán

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Pero como en la vida no todo es dulzura y felicidad, a don

Cristóbal algo le preocupaba, y lo comentaba con su mujer:

–Tú verás Cayetana, que siento como que no encuentro

acomodo. Como si anduviera sobre ascuas, y no sé por qué.

–Ya lo había notado don Cristóbal. Y me tiene usted con

pendiente, pues lo miro como pollo recién comprado. No le

vaya a dar la alferecía. Lo que necesita es que le haga una limpia

con albahaca y le truene los huesos.

–¡Nada de limpias! –Reaccionando– Lo que yo necesito

es ver a mis muchachos. Hace mucho que no estoy con mis nietos.

De modo que vámonos a la capital Cayetana, pepena tus

tiliches, lo más necesario porque pelamos gallo para México.

De modo que don Cristóbal se estableció en la colonia

Morelos. Justamente en la esquina que formas las calles de

Ferrocarril de cintura y Mineros. Abrió una pequeña tienda de

abarrotes y le puso por nombre La Esperanza. Solicitó el permiso

de mi papá Prisciliano para llevarse a dos de los nietos

menores.

–Para que aprendan a trabajar y a ganarse el pan –decía.

Y así fue como mi hermano Emilio y yo fuimos a vivir

con él y su mujer doña Cayetana la de Paracho, a quién en

seguida le tomé mucho cariño, pues además de consentirnos,

diariamente nos preparaba deliciosas comidas estilo Michoacán,

entre otras cosas, tortillas calientes hechas a mano,

sin faltar un molcajete con chile pasilla. Sin duda de ahí nació

mi afición por el picante. Fueron días dignos de remembranza

que transcurrieron sin sentir.

83

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!