MONASTERIO BENEDICTINO DE LAS CONDES
Una obra de arquitectura patrimonial
Una obra de arquitectura patrimonial
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La disposición básica de los recintos en torno a corredores
fue pensada en el contrapunto benedictino de “ora et
labora”, dándole a esos y al sistema general de circulación
una dimensión e intensidad capaz de acoger al orante.
Los materiales predominantes en esta obra son el hormigón
armado, tanto en bruto como estucado, la albañilería de
ladrillo revocado con mortero de cemento, el metal en
los perfiles de ventanas y ciertos pilares aislados, el vidrio
y algunos elementos de madera, tales como el parquet,
puertas y repisas. En general, los muros están pintados de
blanco, contrastando con las negras líneas de las piezas
metálicas.
Paralelamente con la edificación del cuerpo de celdas,
próximo al núcleo de circulaciones verticales y al acceso
provisorio del monasterio, Jaime Bellalta realizó un pequeño
volumen de construcción ligera, destinado a capilla,
refectorio y cocina. De estructura metálica, cubierta de fierro
galvanizado y paramentos exteriores de madera y vidrio,
dicho volumen contenía un espacio íntimo y religioso en el
que se creaba una hermosa luminosidad interior, gracias al
desplazamiento de ciertos muros, anticipando algunas de
las soluciones que posteriormente aparecerían en la iglesia.
César Barros realizó el cálculo estructural del cuerpo de
celdas y edificios provisorios, mientras que la empresa
constructora fue Juan Ureta y Cía. Ltda., siendo 1954 el año
de inicio de la obra.
f. 56
83
f. 57