FRATRUM MINORUM - OFM
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134 AN. CXXIV – JANUARII-APRILIS 2005 – FASC. I<br />
gresó a España el mismo año en que vino.<br />
Juan de Robles y Juan de Trasierra sólo permanecieron<br />
en La Española unos dos años.<br />
De nuevo, los únicos franciscanos que quedaron<br />
en la Isla fueron Juan de la Deule y<br />
Juan de Cosin, acompañados, quizás, de un<br />
tercer religioso, también francés.<br />
Fue el año 1502 cuando Fray Alonso de<br />
Espinar trajo a Santo Domingo una leva de<br />
doce franciscanos con la expresa finalidad<br />
de establecer la Orden en el Caribe, de “poblar<br />
de propósito”, como dice Bartolomé de<br />
las Casas. Luego, entre 1502 y 1508, debido<br />
a las fuertes tensiones políticas surgidas<br />
entre el Papa y el Rey Fernando, ningún misionero<br />
viaja al Nuevo Mundo. De modo<br />
que, cuando el Capítulo General de Laval<br />
erigió la Provincia de Santa Cruz de las Indias,<br />
los franciscanos establecidos en el<br />
Nuevo Mundo apenas sobrepasaban la docena.<br />
La Orden no había construido todavía<br />
un solo convento de material firme en los<br />
aún no delimitados territorios de la flamante<br />
Provincia. Sus contados frailes vivían en<br />
barracones y bohíos de madera y hojas de<br />
palma. Del mismo material eran sus capillas.<br />
Eso sí, contaban ya con extensos solares<br />
para sus futuras fundaciones, donados<br />
por el Gobernador Nicolás de Ovando en la<br />
recién planeada ciudad de Santo Domingo<br />
y cerca de la ciudad-fortaleza de La Vega.<br />
Cruce de intereses<br />
¿Por qué -se pregunta uno- tuvo tanta<br />
prisa el Capítulo General de los Observantes<br />
en fundar la Provincia de Santa Cruz, la<br />
primera religiosa que se erigía en el Nuevo<br />
Mundo? Los informes que los documentos<br />
de la época facilitan apuntan a un fuerte juego<br />
de intereses que se debatía dentro de la<br />
Orden Franciscana en relación con la nueva<br />
misión del Caribe. Los primeros en percatarse<br />
de la importancia de la misión indiana<br />
fueron los Observantes. Reunidos en el Capítulo<br />
General que celebraron en Florenzac<br />
(Francia) en la primavera de 1493, al enterarse<br />
del descubrimiento del Nuevo Mundo<br />
hecho por Cristóbal Colón, su nuevo Vicario<br />
General, Olivier Maillard, destacó a España<br />
a los ya citados hermanos De la Deule<br />
y Cosin, los cuales, estando a punto de zar-<br />
par las carabelas del segundo viaje de Colón,<br />
se enrolaron en la aventura convirtiéndose<br />
en los pioneros de la Orden en llegar a<br />
América. Olivier volvió a interesarse por<br />
mantener el protagonismo observante en la<br />
misión del Caribe, pues fue él, según el cronista<br />
Glassberger, quien sugirió a los Reyes<br />
Católicos en 1500 que enviara de nuevo a<br />
De la Deule y Cosin a Santo Domingo. El<br />
sucesor de Olivier Maillard, Marcial Boulier,<br />
en el mismo año de su elección como<br />
Vicario General de los Observantes, en el<br />
1502, urgió a sus súbditos del Caribe que,<br />
reunidos en Capítulo, eligiesen a uno de<br />
ellos para fungir de Vicario Provincial.<br />
Mientras tanto, el Cardenal Cisneros<br />
movía los hilos de sus poderosas influencias<br />
para hacer valer en América sus derechos<br />
y atribuciones. Cisneros, que ostentaba<br />
el título de “Comisario especial sobre todos<br />
los religiosos de la Observancia de la<br />
Orden de Frailes Menores en los reinos y<br />
dominios de nuestros Señores Rey y la Reina<br />
de las Españas”, había seguido con vivo<br />
interés los problemas de las colonias del<br />
Caribe. Entre otros, su secretario Francisco<br />
Ruiz, al regreso de su viaje a Santo Domingo<br />
en 1500, le había proporcionado una exhaustiva<br />
información sobre la situación de<br />
la nueva colonia. El poderoso Cardenal, cuya<br />
autoridad sobre los religiosos observantes<br />
había sido negada por el Capítulo General<br />
celebrado en Malines por la Observancia<br />
el año 1499, quiso revalidar sus discutidos<br />
derechos sobre los misioneros del Caribe.<br />
En efecto, después que el Vicario General<br />
de los Observantes había ordenado que los<br />
franciscanos de las Antillas eligieran su<br />
propio Vicario Provincial, Cisneros les envió<br />
en 1504 unas “letras” en las que les<br />
aclaraba: “Para que vuestro dicho Vicario<br />
Provincial pueda proceder con toda eficacia…yo<br />
le nombro como vicario mío y del<br />
citado Vicario General (Marcial Boulier)<br />
con potestad plenaria”…<br />
El último en echar su cuarto a espadas en<br />
la contienda despertada por la misión antillana<br />
fue Egidio Delfini. Delfini era -¡no es<br />
nada!- el Ministro General de la Orden<br />
Franciscana, cargo que entonces retenían<br />
los Conventuales. Eran los años en los que