14.04.2013 Views

LA CANDIDATURA DE ROJAS - Archivo y Biblioteca Nacional

LA CANDIDATURA DE ROJAS - Archivo y Biblioteca Nacional

LA CANDIDATURA DE ROJAS - Archivo y Biblioteca Nacional

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

ARCHIVO Y BIBLIOTECA NACIONALES <strong>DE</strong> BOLIVIA<br />

Desarrollábase en ocasiones ante mi vista un paisaje sereno. Un<br />

enorme tapiz de verdura extendía su terciopelo entre arenosa tierra<br />

de aluviones. Un río de mansa corriente, deslizabase callado, casi a<br />

la altura de la orilla y hasta él, llegaban melancólicas teorías de<br />

sauces cenceños, entre los cuales tendían sus ramas rosales del<br />

campo repletos de rosas.<br />

Una casita alegre y coquetona, como construida para cobijar el<br />

amor, descubríase entre la arboleda y en ella, apoyada en el alféizar<br />

de una ventana espaciosa, festoneada de madreselvas, Inés, que<br />

llevaba un blanco peinador, sonreía mirando a un chiquillo travieso,<br />

el que, encaramado a un ciruelo, comía con gula y en silencio<br />

ciruelas blancas.<br />

Yo me hallaba un poco más lejos, echado de bruces sobre la<br />

hierba, leyendo mis autores favoritos: José María de Pereda y<br />

Armando Palacio Valdés.<br />

El río nos arrullaba con el ritmo dulce de su eterna melopea...<br />

Desvanecíase el humo del cigarro y los bellos cuadros que<br />

forjara mi imaginación, los maravillosos países de mis ensueños se<br />

borraban de un golpe, como un castillo de naipes que se derrumba<br />

súbitamente.<br />

El hada, fantasía me había conducido largo tiempo por un país<br />

encantado, en que todo era bueno y bello, pero de improviso volvía a<br />

la realidad y encontrábame sólo y aburrido, en el desmantelado<br />

dormitorio en que había dormido Concepción Montes de Oca y en el<br />

cual pasaba yo mis cálidas noches y mis interminables ocios.<br />

Estaba pues enamorado... Enrique Rojas y Castilla estaba<br />

enamorado como un colegial, de una señorita criada en el campo, de<br />

una muchacha agreste, cuyos ojos parecían preguntar siempre: ¿me<br />

quieres?..<br />

El candidato a la diputación por la Provincia, había ido a<br />

prendarse como un majadero y a encontrar agradable el vals Lejos<br />

del bien amado.<br />

¡Qué tontería!<br />

Mi porvenir no podía ser el de un labriego, el de un rústico que se<br />

contenta con las fruiciones campestres y con los trabajos materiales;<br />

yo no había estudiado quince años, hasta graduarme de abogado,<br />

para resultar al fin del cuento un pacífico agricultor, casado con una<br />

mujer cuyos ojos decían eternamente ¿me quieres?-no.<br />

Yo tenía otro campo en que ejercitar mis energías: el campo de<br />

la política; yo tenía que sembrar ideas en lugar de sembrar patatas;<br />

yo tenía que cosechar aplausos en lugar de cosechar hortalizas, yo<br />

59

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!