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La mina que contenía el espíritu de<br />
Ephorath fue el primer asentamiento de los<br />
poseídos. Organizado a semejanza de una<br />
colmena, era un reflejo de la sociedad de<br />
Mid-Nor: un único ser, el Déspota,<br />
controlaba a todos los demás, que no eran<br />
más que piezas prescindibles.<br />
Ilustración extraída de http://www.sden.org<br />
Dispersas por el mundo, ocultas,<br />
encarceladas, cualquier información<br />
relativa a ellas era atesorada. Y<br />
mientras desde el abismo se buscaban<br />
esos paraderos muchos secretos que<br />
debían haber quedado ocultos fueron<br />
redescubiertos. Un aciago día, el<br />
Déspota supo de la existencia de la<br />
trinidad de las tinieblas: tres seres de<br />
tremendo poder que obtenían su poder<br />
de los sentimientos descontrolados de<br />
los seres menores, y que, combinando<br />
sus habilidades, eran prácticamente<br />
invencibles. Supo que la localización de<br />
la prisión del primero de ellos estaba<br />
cerca: una fructífera mina enana en la<br />
ladera de los Picos de Polvo.<br />
Un maléfico plan se urdió en la<br />
mente del Déspota: recibió a los<br />
emisarios de Tir-Nâ-Bor y les concedió<br />
la tregua que buscaban a cambio del<br />
abandono de la mina donde Ephorath,<br />
primera de las entidades de la trinidad<br />
de las tinieblas, estaba recluida. El trato<br />
fue cerrado, y no sólo eso, sino que<br />
siguiendo con su criticable política de<br />
ocultar al pueblo sus vergonzosas<br />
acciones, los dirigentes enanos<br />
decidieron crear una sociedad secreta<br />
que ocultara la actividad en el<br />
subsuelo... había nacido la asociación<br />
de los Caldereros.<br />
Por supuesto que el Déspota no<br />
cumplió su palabra: los asaltos<br />
continuaron, pero en menor número... al<br />
fin y al cabo, los cadáveres se pudrían y<br />
había que reemplazar las partes más<br />
deterioradas; los caldereros se<br />
encargaban de borrar todas las huellas,<br />
así que su actividad pasó desapercibida.<br />
Fue en este punto cuando otras razas<br />
empezaron a atraer la atención del<br />
demonio, y a sufrir sus asaltos... y para<br />
su regocijo, las nuevas víctimas<br />
posibilitaban toda una nueva variedad<br />
de soldados. Sólo aquellas razas<br />
devotas de Scâthach eran respetadas,<br />
como correspondía a su juramento de<br />
servidumbre.<br />
La oscuridad llamó a su nuevo<br />
seguidor y delegó en él una nueva tarea:<br />
las comunidades adoradoras del mal<br />
estaban separados por largas distancias<br />
que ocupaban razas no afines, con lo<br />
que era complicado que contactaran,<br />
ahora que la alianza de la luz empezaba<br />
a cobrar fuerza... a menos que ese<br />
Las víctimas de Mid-Nor no se limitaban a<br />
las razas “organizadas”, sino también a<br />
seres de menor inteligencia, como podían<br />
ser las bestias. Uniendo sus cornamentas,<br />
tentáculos, garras... a los cadáveres<br />
enanos conseguían seres más agresivos,<br />
resistentes, veloces... en definitiva, la<br />
diversificación de presas originó el<br />
nacimiento de nuevas criaturas que<br />
compartían rasgos de varios seres. Entre<br />
los más famosos, destacar a los<br />
rondadores y a los íncubos.<br />
Ilustraciones y fotos extraídas de<br />
http://www.rackham-store.com y<br />
http://www.sden.org<br />
91<br />
contacto se estableciera por donde la<br />
luz no tenía adeptos: por el subsuelo.<br />
Así, el Déspota recibió la nada<br />
desdeñable tarea de coordinar a los<br />
keltas Drûnes, los no muertos de<br />
Acheron, a las asesinas del clan élfico<br />
Akkyshan, y a los alquimistas de<br />
Syharhalna. Emisarios podridos<br />
partieron hacia todos ellos llevando en<br />
su balija diplomática un sencillo regalo:<br />
una muñeca canope...<br />
Los Drûnes, que, recordemos,<br />
odiaban a todos los dioses por igual,<br />
recibieron la visita con desagrado, y<br />
decidieron no entrar en el juego. Las<br />
Akkyshan recibieron la visita con<br />
excepticismo, pero decidieron no<br />
rechazar de plano la propuesta, siendo<br />
de hecho la primera raza que entró en la<br />
recién constituída alianza de la<br />
oscuridad; la primera, pero no la más<br />
importante.<br />
Feyd Mantis, líder de Acheron,<br />
no pudo contener una sonrisa malvada<br />
cuando un cadáver acudió a su<br />
presencia: para él fue una señal del<br />
beneplácito del submundo a sus<br />
acciones. La perspectiva de escapar del<br />
obstáculo que Kaïber había resultado