Estudios Revista Ecléctica. Número 113 - Christie Books
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La tuberculosis no es contagiosa<br />
Dentro de la Medicina hay tantos prejuicios y errores<br />
que combatir", como entre el vulgo. Uno de los más<br />
gruesos es este del contagio de la tuberculosis, qne<br />
leva a los médicos a aconsejar las más severas medidas<br />
de aislamiento para con los enfermos, hasta hacerles la<br />
vida desagradable. Apartamiento de los familiares. Supresión<br />
del beso. Ponerles cubierto, plato y serviHeta<br />
marcada con el estigma de apestado. Todo, hasta legar<br />
el pobre enfermo a darse cuenta de que los parientes,<br />
amigos y conocidos le huyen como a un leproso.<br />
Hasta verse expulsado del taller donde trabaja o del<br />
obrador donde se hace explotar, a veces por la presión<br />
de sus propios compañeros de explotación.<br />
Se pone toda la actividad preventiva en no beber<br />
leche de vacas tuberculosas o beber toda la leche hervida,<br />
y en apartarse de los enfermos. Con tal de hacer<br />
esto, no importa habitar un tugurio, ni comer piltrafas,<br />
ni ser explotado en un obrador infecto, ni reproducirse<br />
con la inconsciencia y la abundancia de los conejos.<br />
Es la contagiosidad de la tuberculosis un prejuicio<br />
erróneo, fomentado por los sanitarios para exculpar al<br />
régimen burgués de fomentador de la peste blanca.<br />
Una afirmación sin base, fundada sobre hechos discutibles<br />
y que no resisten al menor análisis. Por el<br />
contrario, son muchos los argumentos que niega* la<br />
contagiosidad de esta enfermedad, y esta tesis está<br />
defendida con gran calor y aporte de datos por el doctor<br />
Lumiére, notable investigador francés.<br />
Es frecuentísimo el caso de un cónyuge tuberculoso<br />
con lesiones abiertas y en las condiciones más pretendidamente<br />
contagiosas que, a pesar de vivir durante<br />
muchos años con mujer o con marido sano, éste perma-<br />
«ece sin contagiarse, disfrutando de la mejor «alud. El<br />
«ismo caso se da entre hermanos y entre familiares,<br />
obligados a convivir en la misma casa, y hasta en la<br />
«rama habitados y aan en la misma cama. Frecnentí-<br />
•imo en los médicos y enfermeros, que, a pesar de su<br />
diario e rathno contacto coa los enfermos, «o se eo«tagiaa<br />
de la tuberculosis.<br />
Las pruebas experimentales, cono la nocvtaoidi del<br />
bacilo de Koch o de productos tubérculos» a los «aimalea<br />
de laboratorio, demuestran que la enfermedad<br />
que se produce BO es la misma que padece el hombre,<br />
crónica, prolongada, con períodos de mejoría, alterando<br />
profundamente la nutrición y con un largo período de<br />
incubación, MM> que se produce una infección grave,<br />
de curso rápido, qu« se difunde por todo el organismo<br />
y que acarrea »n poco tiempo la muerte del animal,<br />
O sea, que as ocurre como en otros microbios, que si<br />
inoculación produce siempre k enfermedad originaria,<br />
© faximil edicions digitals 2006<br />
Un Méico Rural<br />
como una semilla, que reproduce siempre la planta que<br />
la dio origen.<br />
Esto pone en tela de juicio, o la especificidad del<br />
germen tuberculoso, o la contagiosidad de la dolencia.<br />
En Medicina, como en las otra* ciencias en evolución,<br />
las ideas están siempre expuestas a ser vueltas del<br />
revés cuando menos se piensa, y no se puede pretender,<br />
por ello, aferrarse a ninguna concepción actual, tomándola<br />
por definitiva, por real y verdadera que aos parezca.<br />
Lo que hoy es posible deducir de los hechos conocidos<br />
es lo siguiente :<br />
Germen tuberculoso.—El bacilo de Koch, en forma<br />
de bastoncito, cuya coloración no desaparece por los<br />
ácidos, se considera como la fase final del germen de<br />
la tuberculosis. Sólo se comprueba en las formas terminales<br />
y muy avanzadas. Se han estudiado otras formas<br />
más jóvenes que se destiñen por los ácidos y de forma<br />
redondeada, como las formas descritas por Ferrán, y<br />
la bacteria de ataque de Pía, para no hablar más que<br />
de investigaciones españolas. Hasta ha sido comprobada<br />
la existencia de formas originarias del bacilo,<br />
imperceptibles a la vista, aun con el auxilio del ultramicroscopio.<br />
Estas formas se sospechan, porque, introduciendo<br />
productos tuberculosos en un saco de colodión,<br />
cuyos poros son impenetrables para los elementos visibles,<br />
y colocado este saco dentro del vientre de un<br />
conejillo, se logra producir en éste la muerte, después<br />
de un período de desnutrición, lo que demuestra, por<br />
comparación con animales testigos, a los que se les introduce<br />
la bolsa de colodión íin ningún contenido, que<br />
la enfermedad y la muerte ha sido producida por el<br />
paso a través de la membrana de colodión, de gérmenes<br />
tuberculosos.<br />
De estos hechos puede deducirse qae el germen originario<br />
es un microbio invisible, que puede ser transmitido<br />
hasta de padres a hijos por la sangre fetal, el<br />
cual logra influir sobre el metabolismo, alterándolo de<br />
tal modo, que en él puede constituirse más tarde la enfermedad<br />
y evolucionar el microbio o germen originaria<br />
hasta convertirse en el bacilo de Kocri como forma te*<br />
ninal.<br />
Se considera que la edad más receptiva es la de la<br />
píimera infancia. Y es en esta primera edad cuando la<br />
infección tuberculosa, por contagio directo, Hega a tener<br />
1* forma rápida y gravísima que reviste la tuberculosis<br />
experimental.<br />
Contagiado en la cuna o ant«s de nacer, durante la