Estudios Revista Ecléctica. Número 113 - Christie Books

instante e» que Shakespeare llevó a su mayor expresión
el pesimismo con Hamlet, Cervantes asestaba el
golpe de gracia al pesimismo con el Quijote. Este vino
a cerrar el antiguo paréntesis literario del pesimismo,
iniciando, asi, una nueva orientación a las letras, que
culminó en el Fatuto, obra que no es del pasado y ni
siquiera del presente, siso más que todo del porvenir...
Contrario a aquellas obras de Dante y de Shakespeare,
y que representan la antigua noción del castigo, la de
Goethe es la apoteosis del perdón, concepto que cada
día gana más fuerza en la conciencia humana. Intelectualmente,
e) Famto simboliza el triunfo de la idea
panteíste, que será, a un mismo tiempo, la ciencia,
la filosofía y la religión del porvenir. Es, por ello, que
he sostenido siempre que el Fausto es, sin disputa alguna,
el poema mas admirable de todos los tiempos...
Todo lo que existe es imaginario; puro símbolo. Lo
único real es el principio del progreso eterno, al que
nos conduce el eterno femenino. A pesar de las religiones
que digan lo contrario, el hombre, como hijo o
chispa de Dios que es, no está destinado a «u perdición
eterna, y, por lo tanto, debe continuar con valor
su marcha ascendente hacia el ideal: la evolución...
Por ello canta el poeta:
Alies VergángUche
Ist nm en Gleichms;
Das UnatÜHfliche
Hier taire"* Ereigniss;
Das Unbeschrcibliche
Hia ist geAat;
Das EtOig Weibliche
Ziehts mu hiñen...
juzga «OB mucho acierto la Encyclopadía Britemnica,
cuando en tu artículo sobre Goethe termina llamándolo
«el verdadero tipo del genio...; el último de aquellas
grandes mentalidades que podieron abarcar todos los
dominios de) espirito y de la filosofía». Nada más
cierto. El año de 1832 —nace exactamente un siglo—
se cerró el paréntesis de las grandes figuras geniales que
ha producido el mundo. Con la muerte de Goethe desapareció
también el más formidable campeón del panteísmo...
Mas la verdad proclamada por él continuará
avanzando...
A la claridad de la pluma de Goethe hay que agradecer,
en primer término, el creciente esplendor con
«fue el sol del panteísmo brilla cada día más en el
cielo del pensamiento moderno...
£as uisis tn&rttaúas
La mitad, ciando menos, de las crisis monetarias de
nuestra época, crisis que aparecen en distinta» naciones,
ricas unas y pobres las otras, son puramente artificiales,
obra de especuladores sin conciencia que, de acuerdo
con ministres corrompidos, las provocan para realizar
enormes ganancias a costa del hambre de poblaciones
esteras.
La depraciaciá» de la moneda obedece, en la mayoría
de los casos, a la codicia desapoderada de los banqueros
«pie, apoyados por los Gobiernos, siguen a M antojo lo*
morcado* monetarios.—W. STAT&EY JEVONS.
El amor ¿Que es?
© faximil edicions digitals 2006
Todo, pero una cosa nada más en ese todo. Coincidencia.
Todo es amor, todo es objeto de amor, todo puede ser
objeto de coincidencia.
Sólo es buen amor el coincidente con la Naturaleza.
Sólo es coincidente con la Naturaleza el amor libre;
el amor sano, el buen amor, son coincidentes para crear
la vida en el sen» de la libertad.
Coincidente es la creación. Coincidencia de la unidad
en la diversidad del uno con el otro.
El amor es lo único creador. Crear es hacer algo fuera
de nosotros. La creación es el amor nniversal. Aquello
que deseamos, aquello que unamos, es lo único que
debemos crear.
El amor es infinito como el tjerope y el espacio; es
universal y sublime en la solidaridad de todo lo cread*.
Los sexos, cuando se aman, coinciden. No crean más
que cuando coinciden. No coinciden mas que en su
función.
Pero los sexos pueden coincidir sin amor. Y el amor
puede coincidir sin el sexo. Los sexos coinciden si»
crear. Los sexos pueden crear sin amor.
Estas aparentes paradojas tienen explicación, porque
el amor es una cosa bien distinta del coito, de la función,
de la coincidencia sexual.
Lo mismo se llama cohabitación al acto funcional dei
sexo, que a la habitación común de dos seres.
La cohabitación indica una mayor coincidencia de
las individualidades sexuadas. Cuando el hombre y la
mujer, los sexos, coinciden en «u vida de hogar, se
puede decir que se aman.
El placer del coito no significa amor coincidente. La
felicidad no es el placer de los sexos.
El sexo no tiene que ver nada con el amor; el sexo
tiene que ver todo con la reproducción de la especie,
con la creación biológica. La reproducción no tiene
que ver nada con el amor.
El amor social es el amor que crea. La reproducción
es un hecho biosocial de las unidades sexuales, para la
perpetuación social. Por eso la cuestión sexual es una
cuestión social donde la sociedad misma debe intervenir
para autofecundarse perfectamente, para superarse
en la serie.
La socialización del amor no es el libertinaje de los
sexos, ni el de la producción humana, ni el de los objetos
de placer.
La socialización del amor quiere decir extensión social
del sentimiento del amor creador del Universo.
Hasta hoy el amor está localizado e» el rincón (coi»)
de la coincidencia sexual; en el vértice de las extremidades
femeninas en cuyo ángulo, el macho, ocupa el
lugar de la visectriz por la que todos los hombres, puntos
geométricos de la misma, gozan de la misma propiedad
para amar y crear en su tiempo y en su espacio.
El amor social es el amor de todos los amores. El
amor solidario de todos loe hombre* para crear el progreco
humano, la civilizado».
A. M. ALCRUDO