Estudios Revista Ecléctica. Número 113 - Christie Books
Estudios Revista Ecléctica. Número 113 - Christie Books
Estudios Revista Ecléctica. Número 113 - Christie Books
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
AJÍ, poea, U (ate socialista de la Humanidad $«rá<br />
• M c o n i e c u t n t i i d e la e v o l u c i ó n s o c i a l . A p o y á n d o n o s<br />
en las ««KH^PTM de la Historia, podemos decir que el<br />
socialumo será sólo una jase y no el estado social perausente<br />
de la Humanidad. Es ésta una verdad esencial<br />
que debe ser repetida y de la cual deben persuadirse<br />
los propios socialistas. Sabemos muy bien que<br />
hay circunstancias que exigen concepciones limitadas y<br />
una acción implacable; sabemos bien que el hombre<br />
es con mucha frecuencia «una máquina de olvidar» o<br />
•las bien un animal inteligente que tiene necesidad<br />
de un horizonte restringido para poder orientarse y de<br />
algunos puntos indicadores para mantenerse en medio<br />
de los antagonismos de todo género. Los ideales del<br />
hombre no pueden ser aun sino fragmentarios.<br />
No por esto dejaremos de proclamar nuestra convicción<br />
: a lo largo de la historia humana, hallamos la<br />
aspiración, más o menos consciente, hacia un ideal<br />
integral, cumbre de la escala en espiral que es el progreso<br />
humano, y cuya expresión tangible es la individualidad,<br />
la libre personalidad del hombre.<br />
El socialismo es un peldaño de esta escala e incluso<br />
uno de los más importantes. A consecuencia de la complejidad<br />
de la cultura y de la civilización, y a causa<br />
principalmente del acrecentamiento numérico de la Humanidad,<br />
el lado económico de la vida acusa preponderancia<br />
en la hora presente.<br />
Pero en la base del socialismo, sólo existe el imperativo<br />
material. Existen también las aspiraciones conscientes<br />
de la mayoría de los trabajadores hacia la<br />
libertad y la justicia y las aspiraciones menos conscientes<br />
de una parte de los trabajadores a la cultura y<br />
a la vida espiritual. El pueblo tiende a crearse por sí<br />
mismo su destino social: quiere ser dueño de la tierra<br />
que labora, de las máquinas con las cuales fabrica y<br />
de los productos de que tiene necesidad. Pide la<br />
libertad de decidir de su oida y de sacrificarla voluntariamente<br />
por ideales propios. Pide la igualdad económica<br />
y asimismo esa «igualdad» que le permita<br />
beneficiarse de los tesoros de la civilización y de desarrollar<br />
sus facultades —que, fatalmente, no son iguales—<br />
en todas las instituciones culturales. Aspira, también,<br />
a esa fraternidad que hoy se halla confinada en<br />
el cuadro estricto de la nación, de la «raza», de k<br />
clase, y principalmente en el cuadro de los intereses<br />
materiales.<br />
Sostienen algunos que no existe el desinterés y que<br />
todo se halla fundado sobre el inte: ¿3. Esto es lo que<br />
tenemos que admitir si queremos tener en cuenta la<br />
naturaleza humana. El mismo Jesús ha üicho : Ama a<br />
tu prójimo como a ti mismo. Desde el punto de vista<br />
biológico y social, el altruismo se halla tan justificado<br />
como el egoísmo. El egoísmo del individuo puede concordar<br />
con e] interés de la mayoría. Y el altruismo no<br />
es, en realidad, más que la armonización de los intereses<br />
individuales con los de la colectividad.<br />
El interés socialista, por así decirlo, es de orden<br />
material y económico. Pero hay intereses superiores que<br />
nosotros llamaríamos intereses humanitarios. Estos son<br />
relativos a la evolución biológica de la especie humana<br />
j a las tendencias de orden técnico y cultural de la<br />
Humanidad.<br />
Repitamos la verdad enunciada: el socialismo no es<br />
más que una fase en la historia social de la Humanidad.<br />
Considerando su doctrina y sobre todo »u táctica, podemos<br />
decir que, de igual modo que para las demás<br />
fases sociales, su advenimiento es dificultoso, aunque<br />
está sólidamente sostenido por el fanatismo de lo» iniciadores<br />
y las lentas aspiraciones de las multitudes.<br />
El socialismo se presenta con la aureola pura de una<br />
ideología avanzada y como una fase de progreso llena<br />
de promesas. En su período de realización, sostiene<br />
una lucha que es una serie de victorias y de derrotas;<br />
una lucha cada vez más viva que divide al mundo en<br />
dos campos. Por el hecho de la resistencia armada de<br />
la minoría, la fuerza se convierte también, naturalmente,<br />
a la aliada de la mayoría, que tiene la justicia<br />
de su parte. «La lucha de clases» está inscrita sobre<br />
banderas rojas, como «Patria» y «Armonía social» están<br />
inscritas en los estandartes de la reacción. Los dos<br />
campos pretenden combatir por ideales generales humanos,<br />
pero lo que interesa, es en primer lugar la victoria<br />
con cualquier clase de armas, y es la revolución<br />
económica, socialista, la que triunfa al fin...<br />
Por lo general, las antiguas instituciones han quedado<br />
derruidas y se procede a la erección de los edificios<br />
socialistas sobre bases nuevas a veces y sobre<br />
bases antiguas con la mayor frecuencia. Primeramente,<br />
se levanta el edificio económico. Puede verse hoy en<br />
Alemania, y, sobre todo en Rusia, cuan difícil es<br />
aplicar el método nuevo sin los viejos medios. Pero<br />
no vamos a discutir aquí estas cuestiones. Observemos<br />
simplemente que en algunos países y en muchas instituciones<br />
antiguas que han quedado intactas, se han sentado<br />
jefes socialistas en las poltronas del Poder que<br />
hasta entonces ocupaban los capitalistas.<br />
Debido a que la revolución no ha podido ser una<br />
finalidad normal de la evolución, sino en gran parte<br />
una anticipación sobre ésta, ha sido sangrienta; ha<br />
empleado —y conserva todavía— las mismas armas que<br />
los adversarios : la fuerza y la intolerancia. En el ardor<br />
del combate, no se discute y se lucha para resistir y<br />
para vencer. Así el socialismo funda su advenimiento<br />
con los mismos métodos del capitalismo. ¿Es esto una<br />
fatalidad? En todo caso, es una necesidad impuesta<br />
por la reacción. No hay más que observar lo que ocurre<br />
en Hungría, en Alemania, en Francia, en Italia y en<br />
otros países: el flujo y el reflujo del combate: terror<br />
blanco, terror rojo, dictadura de la minoría, dictadura<br />
del proletariado, dictadura militar...<br />
Fueren cuales fueren las vicisitudes actuales, el socialismo<br />
gana terreno continuamente. Hoy se realiza<br />
por medio de la revolución y no por el de la evolución.<br />
Continuará con sus principios iniciales y con su táctica<br />
rigurosa. Aun cuando en algunos países esté comprometido<br />
con la burguesía, su objeto final sigue siendo<br />
el mismo: imponer el nuevo orden a los restos del<br />
mundo antiguo, a la población agrícola, a Jas de las<br />
ciudades, así como a los intelectuales.<br />
Imponer; pero, ¿ de qué modo ? ¿ Por la simple persuasión<br />
ideológica? En el ardor de la lucha, esto es<br />
una cosa imposible. Así, pues, i por medio de la dictadura<br />
! Afirman los socialistas que ésta es transitoria<br />
y que no debe durar más que «hasta el establecimiento<br />
© faximil edicions digitals 2006