Estudios Revista Ecléctica. Número 113 - Christie Books
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encaminar sus indicaciones terapéuticas lo mát directamente<br />
que el caso permita. Nosotros, que BO hacemos<br />
cuestión capital de la nominación de la/ enfermedad;<br />
atentos, como hemos visto, a las verdaderas causas que<br />
en el organismo y no fuera de él residen, no vemos allí<br />
órganos ni siquiera aparatos enfermos, sino un organismo<br />
enfermo, mejor dicho, un organismo que vive anormalmente<br />
por una u otra causa y que en su lucha para restituirse<br />
a la hígida normalidad presenta síntomas localizados<br />
en tal o cual órgano, que será casi siempre el<br />
punto débil por donde la cnerda se rompe; síntomas que<br />
siempre tienen, pese a su no más que aparente localización,<br />
un origen y uaa repercusión generales. Expliquémonos.<br />
Uno de nuestros medios de diagnóstico es el llamado<br />
Diagnóstico básica, que tiene por importantísimo objeto<br />
investigar en caja enfermo cuál o cuáles son el órgano<br />
u órganos más fuertes y sanos, de los que se podrá esperar<br />
una enética y eficaz defensa; cuáles gozan de una<br />
vitalidad intermedia y no se defenderán más que medianamente<br />
en caso de lucha, y cuáles, por último, están<br />
en las peores condicione» de resistencia, bien por sus<br />
exiguas energías rítales, bien por impurezas debidas a<br />
otras enfermedades, acaso débiles congénitamente o por<br />
herencia, etc., etc. Una vez averiguado esto, que aunque<br />
difícil no lo es tanto como parece, estaremos tranquilos<br />
y confiados, en tanto qoe los procesos morbosos (sobse<br />
todo si son destructivos), no radiquen en el órgano a<br />
órganos básicos, o sea. ea lo* mis roerte», en cuyo caso<br />
la enfermedad tendrá probablemente aa fatal desenlace.<br />
y procuraremos que de dicho* ófgaao* batiros parta la respuesta<br />
defensiva y la crisis enratña. Si n lam que. como<br />
casi siempre sucede, la eaíenaedad recae ea los órgano»<br />
más débiles o en los ialiíaMiBw. el pronostico será<br />
menos sombrío y relativamente poco importantes lo*<br />
cambios que en aqaeHos rWgian» ae mifcjatu. paes hay<br />
otros mejor condicionados pata la lacha, qoe los defienden,<br />
y el resultado tai segwameaae la rocha a la normalidad.<br />
Esto, que como pawfa vene, constituye un<br />
importantísimo medio de ifiagnfiatini y al mismo tiempo<br />
de pronóstico, será motivo de qae tp****—T en otra<br />
ocasión sobre ello, para siqniesa poner de minifintn las<br />
consecuencias que de «qaf ae derivaa.<br />
Baste consignar como resanen de todo esto, qoe nosotros,<br />
fieles a la teoría unitaria del organismo que tuvo<br />
su primer defensor en Hipócrates y sn entusiasta continuador<br />
en nuestro inmortal I ilamimli. decimos con el<br />
primero : La vida es ana sola junción y el cuerpo un<br />
solo órgano, cuyo armónico funcionalismo en todas sus<br />
partes es la salud (1).<br />
SÉPTIMA DIFERENCIA.—La terapéutica es analítica, o<br />
sea que oa del todo a la parte. La nmtxnisia es sintética,<br />
o sea que procede de la parte al iodo.<br />
Comentario.—Esta divergencia es naturalmente resul-<br />
(1) Las modernas investigaciones, orientadas en el<br />
sentido de los sistemas endocrinos, o sea de los llamados<br />
«órganos de secreción interna», parecen esbozar ya la<br />
idea de que todo en el cuerpo se halla íntimamente<br />
conexionado, por más que a veces, por nuestra ignorancia,<br />
no veamos ciara ta relación.<br />
© faximil edicions digitals 2006<br />
tado lógico de la anteriormente expuesta. Efectivamente;<br />
mientras los alópatas ven detalles que cada vez desmenuzan<br />
y fragmentan más y más, nosotros yernos causas<br />
generales, y de cada ínfimo detalle o parte enferma ascendemos<br />
por síntesis e interrelación a las primeras<br />
causas generales tantas veces repetidas, que podrán<br />
manifestarse en uno u otro órgano, pero que dejan traslucir<br />
para el buen y desapasionado investigador su verdadero<br />
origen. La medicina usual se ciega, aferrada al<br />
último ocular descubierto por la moderna óptica, y que<br />
permite apreciar detalles de menos de una miera; inventa<br />
nuevos reactivos bacteriológicos; penetra en el<br />
arcano de lo infinitamente pequeño; idea el ultramicroscopio,<br />
no bastándole ya nada a su ansia por desmenuzarlo<br />
todo, para ver lo que con los más fuertes aumentos<br />
era todavía invisible ; pero, ¡ vano empeño ! ;<br />
cada nuevo descubrimiento que momentáneamente halaga<br />
su vanidad, le dice luego que, siempre, a despeche<br />
de todos los métodos y todas las técnicas, a pesar ^de<br />
todos los más potentes objetivos de la óptica moderna<br />
y de todas las argucias del incansable ingenio del hombre,<br />
siempre habrá algo que en su infinita pequenez,<br />
que es al mismo tiempo grandeza inconmensurable, escapará<br />
de sus pesquisas anhelosas, algo que siendo todo<br />
y uno no puede deshacerse con el escalpelo ni con el<br />
mcrotomo, y que constituye una de las tremendas interrogaciones<br />
que rodean al hombre desde la cuna al sepulcro.<br />
Nosotros, sin pretender habernos asomado al mundo<br />
de las causas, ni menos haber descifrado el enigma del<br />
por qué de las cosas, y sin despreciar, las a veces,<br />
útiles enseñanzas de la ciencia de lo infinitamente pequeño,<br />
creemos solamente que no es ese el verdadero<br />
camino, o que es en todo caso el más largo, penoso y<br />
sujeto a errores y falsas interpretaciones, y remontamos<br />
mucho más arriba en anhelo de luz y de verdad, hacia<br />
la fuente inicial de las causas primeras.<br />
Y llegados aquí, preguntamos: £ Hará falta señalar<br />
aún más diferencias entre la medicina y terapéutica alópatas<br />
y la fisiátrica o natunsta ? < Será aún preciso insistir<br />
sobre nuevas disconformidades de criterio entre<br />
una y otra, para ver que a pesar de lo que se nos argumenta,<br />
es precisamente en el fondo donde radica la fundamental<br />
discrepancia entre las dos escuelas? Creemos<br />
que no; y de acuerdo con esta idea, citaremos no más<br />
que de pasada, que la terapia usual es artificiosa y no<br />
sigue las rutas que la NATURALEZA le marca directamente,<br />
pretendiendo arreglar a su idea las indicaciones<br />
de aquélla, en tanto que la naturista procura atenderla<br />
y seguir sus preciosas indicaciones sin mixtificarlas o<br />
alterarlas, reconociéndose su hijo y discípulo. Aún añadiremos<br />
que la una es esencialmente ¡mpurificadora,<br />
merced a los mil fármacos, sueros, vacunas, etc., que<br />
emplea con mejor intención que resultado; en tanto que<br />
la otra es depuradora, procurando no sólo no añadir<br />
tóxicos, sino eliminar los que ya existan. Dejamos para<br />
otro trabajo las diversidades de criterio de una y otra<br />
en asuntos tan importantes como la higiene en estado<br />
de salud, la alimentación racional, la influencia de ta