Estudios Revista Ecléctica. Número 113 - Christie Books
Estudios Revista Ecléctica. Número 113 - Christie Books
Estudios Revista Ecléctica. Número 113 - Christie Books
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
La energía eléctica en España<br />
Noja Ruiz, analizando en las columnas de ESTUDIOS<br />
la economía española, con miras a la posible implantación<br />
del comunismo libertario, *e manifiesta pesimista,<br />
a lo que le contestan documentadamente los camaradas<br />
Isaac Puente y «Observatori). Nosotros queremos hacerle<br />
ver desde aquí las inmensas posibilidades de que disponemos<br />
en el campo eléctrico, capaces de alterar<br />
cuantos datos arroja la balanza comercial y de resolver<br />
el problema que nace de nuestra carencia de petróleo<br />
y de nitratos.<br />
La industria eléctrica se inició en España de una<br />
manera formal a principios de este siglo, creciendo<br />
lentamente hasta 1910 y ewpnando en esta fecha, con<br />
notable intensificación en 1917. una ¿poca de acrecentamiento<br />
permanente y sólido.<br />
En la actualidad sólo tTpil*—« ano» 2.400 millones<br />
de kilovatios de lo* 15.000 a 20.000 millones que<br />
pueden ser explotado* de la energia hidráulica de<br />
•uestros ríos.<br />
El factor de utilización es may escaso, sólo del 22<br />
por 100. Esos 2.400 mil*""»* de kilovatios hora en<br />
explotación, con dicho factor de utilización equivalen<br />
a poco más de un millón de kilovatios de potencia.<br />
Dividiendo los 2.400 millones de kilovatios hora por<br />
los 24 millones de habitantes que tiene España, obtendremos<br />
una densidad de i imiiinii de 100 kilovatios<br />
hora por habitante, cifra que puede ser comparada con<br />
las siguientes, correspondiente* a diferentes países:<br />
Francia 150 kilovatios hora por habitante<br />
Suecia 390<br />
Estados Unidos 475<br />
Suiza 510<br />
Noruega 550<br />
Canadá 870<br />
España necesita, pues, adelantar mucho en la explotación<br />
de sus recusos naturales para ponerse al nivel<br />
de otros países. Pero hemos de hacer notar que nuestra<br />
inferioridad nace, principalmente, de una defectuosa<br />
organización industrial, obra del capitalismo y sus miras<br />
egoístas, lo que no sucedería con el comunismo libertario.<br />
Igual aquí que en todas partes donde el capitalismo<br />
impera, la atomización de esfuerzos, la competencia<br />
y el régimen caótico propios del liberalismo económi-<br />
© faximil edicions digitals 2006<br />
Alfonso Martínez Rizo<br />
co, conducen a un pésimo aprovechamiento de las fuerzas<br />
naturales. Cada particular o cada empresa procura<br />
ordeñar las ubres