Voluntarios

gando cada una de estas líneas con la tecnología, la innovación
y la actividad emprendedora.
Actualmente lideras el departamento de innovación y
desarrollo internacional, ¿cómo se engarzan estos dos
conceptos?
La innovación es un valor que debería encontrarse en la
esencia de cualquier empresa de servicios profesionales.
Tengo claro que nuestro trabajo sólo tiene sentido si somos
capaces de renovar constantemente la oferta para responder
mejor a las necesidades de nuestros clientes, y hacerlo
de la manera más eficiente. No estamos hablando forzosamente
del uso de tecnología, sino de una mentalidad de
adaptación de productos y procesos al entorno.
En ese sentido, Afi ha sabido reinventarse constantemente
durante sus 25 años de historia gracias a una cultura
que promueve la creatividad y la toma ágil de
decisiones. Somos una empresa mediana y contamos con
una estructura bastante horizontal, por lo que las buenas
ideas escalan rápidamente a los niveles de decisión.
Dicho esto, la internacionalización de una empresa
como Afi es un proceso que requiere grandes dosis de innovación.
No se trata de una huida coyuntural hacia el exterior
(llevamos más de 10 años llevando a cabo proyectos
fuera de España) sino a una decisión estratégica de exportar
las habilidades y conocimientos adquiridos en el mercado
doméstico y desarrollar nuevas competencias que sean
relevantes en otras realidades.
En los últimos años Afi ha realizado proyectos en más
de 30 países por todo el mundo, pero el grueso de nuestra
actividad internacional se desarrolla en mercados emergentes
de América Latina y Norte de África. Nuestros clientes
allí son en muchos casos gobiernos y organismos
multilaterales y, curiosamente, los proyectos que nos encomiendan
suelen ser tremendamente innovadores. Estamos
hablando de países en los que el reto del desarrollo socioeconómico
nos enfrenta a problemas que Europa vivió
hace décadas, pero con el conocimiento y la tecnología del
siglo XXI. Esto no siempre nos lleva a los mismos caminos
que hemos recorrido nosotros, y se produce así un fenómeno
de quema de etapas o leapfrogging.
Un ejemplo ya clásico de esto es el despliegue de infraestructuras
de telecomunicaciones en países emergentes.
Lejos de pasar por un desarrollo masivo de la telefonía
fija como paso previo a la banda ancha y a la telefonía móvil,
se ha apostado directamente por impulsar la movilidad,
abriendo así la puerta a un gran número de servicios innovadores
que suplen carencias en infraestructuras físicas. El
mismo principio se puede aplicar a otros ámbitos como los
servicios financieros (microfinanzas, corresponsales no
bancarios, pagos móviles...) o los servicios básicos (energías
renovables, sistemas de generación autónoma, tratamiento
de aguas...), por citar dos ejemplos.
SOCIOS AfI
El principal activo de Afi es el talento y
el conocimiento de nuestros
profesionales en el ámbito de la
economía y las finanzas; ésa debe ser
nuestra contribución a la sociedad
“
”
Nuestro trabajo en estos países consiste en analizar el
desarrollo de diversos mercados y apoyar el fortalecimiento
institucional, la creación de políticas públicas y la regulación,
especialmente en el ámbito financiero.
En definitiva, el área de innovación y desarrollo internacional
debe conjugar dos responsabilidades aparentemente
disjuntas, pero que tienen una vinculación estrecha tanto
dentro como fuera de la organización.
El concepto de responsabilidad social corporativa
(RSC) lleva varios años ganando peso entre las empresas,
¿de qué manera lo entiende Afi?
Para nosotros la RSC es un valor que debe materializarse
en actuaciones concretas y que pongan en valor la especialización
de cada empresa. En nuestro caso, el principal
activo de Afi es el talento y el conocimiento de nuestros
profesionales en el ámbito de la economía y las finanzas, y
por eso pensamos que ésa debe ser nuestra contribución a
la sociedad. Partiendo de este principio, en el año 1999 se
creó Fundación Afi con el objetivo de difundir entre la sociedad
española las implicaciones de la entrada en vigor
de la moneda única.
Pese a que la actividad de la fundación quedó circunscrita
en un primer momento a la difusión de la cultura financiera
en España, en 2009 llevamos a cabo una
modificación de la misión institucional para orientarnos a la
promoción de la educación, la innovación y la inclusión financieras.
Consideramos que estos tres factores son claves
para mejorar las capacidades productivas de las
personas, favorecer la toma independiente de decisiones,
fortalecer el desarrollo económico de nuestra sociedad global
y contribuir al alivio de la pobreza.
El cambio de misión institucional nos ha permitido desarrollar
nuevas líneas de actuación. Además de las tradicionales
becas de estudios de posgrado, creamos las
jornadas de inclusión financiera y desarrollo, que este año
alcanzan su cuarta edición; lanzamos varios proyectos de
cooperación técnica en apoyo a la inclusión financiera en
países en desarrollo y emergentes; y, nuestra iniciativa más
reciente, hemos lanzado en 2012 un programa de voluntariado
corporativo en microfinanzas. Gracias a este programa,
siete profesionales del grupo Afi han tenido ocasión de
emplear sus vacaciones de verano colaborando con entidades
microfinancieras en Bolivia, Nicaragua y Perú. El balance
de esta primera edición ha sido muy positivo tanto
para los voluntarios como para las entidades de acogida,
por lo que confiamos en poder celebrar el próximo año una
nueva edición.
Análisis Afi - 2º semestre 2012 | 101