Memorias del IGME. Tomo 15 - Instituto Geológico y Minero de ...

204 DESCRIPCIÓN MINERA
PROVINCIA DE HUELVA 205
con frecuencia la pirita de hierro en cristales aislados de diminuto
tamaño , ó en agrupaciones que llegan á formar un ❑ucleo, en cuyo
interior se reconoce la presencia de un fósil, que generalmente es un
goniatites, no siendo dudoso que la pirita en este caso es indígena ó
debida á las reacciones químicas verificadas en el agua del mar con
la materia orgánica reducliva del sér enterrado entre los sedimentos
que se iban depositando. Si después estas capas, por metamorfismo
hidroquimico, se transformaron, en espacios más ó menos grandes, en
rocas cristalinas, no sorprenderá el que aparezcan en corresponden-
tia con los estratos poco ó nada alterados, y que conserven la subs-
tancia metalífera que tenían consigo desde el origen. Otras veces Sil
cede que en las mismas rocas metamórficas la pirita aparece llenando
huecos y grietecillas, á veces en unión de una pasta de coroposición
bastante semejante á la de la misma roca en que se la en-
cuentra, si bien mucho más silícea, revelando la manera de estar
dispuestas las substancias, que no son contemporáneas de la sedi
mentación que dió origen á la materia pétrea transformada después,
sino más bien debidas á infiltración posterior, porque disueltas en el
agua penetrasen por tenues hendeduras, de que alguna vez hemos
creido encontrar justificantes. Generalmente se verifica este caso
cuando las rocas metamórficas se hallan en contacto ó en la proxi-
midad de los criaderos piritosos, siendo indudable que la penetra-
ción de la pirita, y concentración ele la sílice y (le las otras substan
cias que se encuentran en las mencionadas inclusiones, se ocasiona-
ron al propio tiempo (loe la formación de los criaderos.
La presencia de la pirita en crislalitos aislados no es tampoco
enteramente extraña en la masa de las rocas hipogénicas, siendo
varios los sitios donde hemos reconocido esa substancia en los nm"
cizos inmediatos á los criaderos nietaliferos. La presencia del sulfu-
ro en este caso bien pudiera establecer una relación mediata entre
la aparición de la roca y la del relleno (le las grietas donde se fororaron
aquéllos. En Río Tinto por ejemplo, liemos recogido ejempiares
del pórfido cuarzoso, que constituye la mayor parte de la montaña
donde se llalla el cerro Colorado, con inclusiones de pirita,
cuarzo y materia de la pasta porfídica, ¡lo siendo dudosa su infiltra-
ción después que ya se había consolidado el pórfido.
Las ideas de :lmpére, Darcev, poisson, Lyell y otros muchos geó-
logos, en las que tan importante papel se da al agua, explican satisfac-
toriamente tanto el metamorfismo de las rocas como la formación de
los minerales de que acabamos de citar ejemplos, no teniendo nada
de extraño que allí, donde las acciones moleculares ejerzan su acción,
se verifiquen todos los hechos referidos; como dichas
accio-nes
moleculares se producen por do quiera, pues nunca faltan en la
masa terrestre reacciones químicas, rozamiento, presión, contacto
de cuerpos (le distinta naturaleza ó diversa temperatura, desarrollo
(le electricidad y circulación del agua, cuyo último elemento, costo
dice Stoppani ( », debe considerarse como el primer factor de la actividad
interna del Tobo, como el mente universal y creador en las
composiciones, transformaciones y sustituciones, asociándose á todos
los elementos teláricos, se deduce que la generalidad de su ac-
cióu es incuestionable, y, en efecto las múltiples causas que dejamos
referidas se traducen en los hechos que estudiamos.
Con la teoría hidrotermal, repetimos, no cuesta trabajo el coui-
prender la destrucción y recomposición de las substancias Inetaliferas
depositadas desde los más remotos tiempos con las rocas de
consolidación más antigua, poniéndose por tan poderosos medios en
condiciones á propósito para ser transportadas .í otros puntos y
para dar lugar en su trayecto á otras combinaciones que, a s«
vez, serán ó no nuevamente destruidas en el lugar donde se hayan
acumulado. El agua, que puede llegar á todas las profundidades de
La Tierra, segiu► se explica por las importantes observaciones de sa-
bios tan distinguidos como Credner, llaabrée y Groddeck; que, como
expresa este dio rno (2