Memorias del IGME. Tomo 15 - Instituto Geológico y Minero de ...

21 .2 DESCRIPCIÓN MINERA PROVINCIA DE HUELVA 1213
minerales , derivase, según los sostenedores de las ideas de Descartes, al hierro, á que se baya verificado lo mismo con las substancias de los
de una
terior;
C5 ran masa fluida que desde el centro
y según los que combaten la idea (le
lo irradia
tal calor
hacia el exinicial,procriaderos
de que hablamos, con tanto m is motivo cuanto que no es
condición indispensable para ellos que la acumulación tuviera lugar
cede de otras distintas causas físicas, químicas y mecánicas, que de de una sola vez y de repente; siendo, por el contrario, lo más prouna
manera perenne lo reproducen en los diversos puntos de La hable, á juzgar por ciertas particularidades que se notan en los
Tierra en relación con las mismas causas y condiciones del medio mismos yacimientos, el que el relleno se verificase de una manera
donde se desarrolla, teniendo esto último la ventaja de dar así me- lenta y sucesiva, á la manera de lo que hoy mismo sucede en el
jor explicación de las irregularidades que se advierten en su dis- cauce de ciertos manantiales donde se depositan piritas, y entre los
tribución, las cuales se han observado en los distintos puntos donde cuales podemos citar como ejemplo las aguas termales (le Cl►andepor
las excavaciones y sondeos han podido medirse los grados tér- saigues en el Cantal.
micos. Añadiremos que, sin perjuicio de lo dicho, el agua, en el contacto
La objeción de que el agua no puede existir sin evaporarse á de las substancias minerales y con el auxilio del calor y de la elec-
,grandes profundidades de La Tierra, carece de fundamento; puesto tricidad, puede dar lugar al desarrollo de reacciones químicas que,
que á la fuerza del calor se opone como anta roni ta la presión que como dice el sabio profesor Stoppani, provoquen actividad en la ma-
puede mantener los cuerpos sólidos á temperaturas muy superiores teria más inerte, capaces de poner sus elementos en recíproca ac-
á la de su punto de fusión, y Daubrée ha demostrado también expe- ción, de manera que sucesivamente se atraigan ó se rechacen, resol.
rimentalmente que no sólo no es un obstáculo la alta temperatura tardo de ello la composición y descomposición de los cuerpos.
que, cualquiera que sea la causa, existe en el interior del globo Ahora bien: como una vez iniciado en el interior de La Tierra el
para que el agua llegue líquida á grandes profundidades, sino que movimiento molecular de los minerales no es posible fijar dónde pa-
precisamente el calor que en éstas reina facilita la infiltración de rarán y si irán á depositarse cerca ó lejos del lugar de su origen,
aquélla. Porque, arrastrados en sus disoluciones al través rle las fisuras y'P0-
Todos estos razonamientos vienen á robustecer la idea, que sus- ros de las rocas no pueden dejar de circular mientras no encuentran
tentamos, de que en la formación de los minerales que dieron lugar las substancias condiciones físicas ó químicas capaces de motivar su
al depósito de las piritas de Huelva, y al de las manganesas, según precipitación y fijeza, nada tiene (le extraño que las aguas y vapores
expondremos luego, representa el principal papel el agua caldeada y subterráneos se mineralizasen entre las substancias lapídeas y metáciertos
gases, teniendo así la génesis de los criaderos íntima relación liras, y que por efectos eudodinámicos fueran transportadas al lugar
con los manantiales termo-minerales; sin que las asombrosas cano- donde hoy se las encuentra al estado de sulfuros principalmente, ó
dades de materia que llenaron las grietas del terreno en la proximi- de arsenio-sulfuros.
dad de la superficie sea un obstáculo para admitir esta hipótesis. Para darnos cuenta del estado de combinación en que se bailan
En efecto, el hierro que, como dice Groddeck, es el metal más es- tanto el hierro como el cobre y demás metales de que el análisis da
parcido en la superficie de La Tierra, se encuentra en corta cantidad cuenta en los yacimientos de piritas de la comarca que estudiamos,
en casi todas las rocas, y, sin embargo, la naturaleza logra, por me- basta considerar que son varias las reacciones que pudieron verifidio
de disoluciones muy diluidas, reunirlo ái la larga y concentrarlo, carse en el seno ele las aguas que contuvieran sales de esos metales,
y nada se opone, pues no hay razón para que el hecho se limite sólo y además hidrógeno sulfurado y ácido arsenioso; y si se tiene en