Memorias del IGME. Tomo 15 - Instituto Geológico y Minero de ...

vis DESCRIPCIÓN MINERA PROVINCIA DE HUELVA 148
de sus trazas son también muy variables, así como los anchos, que En la proximidad de la masa que acabamos (le describir se halla-
varían entre limites bastante extensos, á diferentes niveles, de ahí ron tres pequeñas bolsas de pirita ferro-cobriza, (le igual volumen
la forma irregular del criadero. próximamente, el cual no llegaba á 50 metros cúbicos, habiéndose
El corte longitudinal (le la figura 2.', los transversales 1 á IV, y llegado á ellas por medio de las galerías labradas al nivel del pri-
las tres secciones horizontales de la figura 1.', ponen á la vista la mer piso, que se representan con lineas de puntos en la figura 1.'
forma en conjunto del criadero, por más que en ellos no se hayan po- Dos de ellas, paralelas al criadero principal, estaban ;i uno y otro
dido precisar bien algunos de los detalles expuestos. Demuestra, en lado de la terminación del ensanche del noroeste, casi á igual dis-
efecto, el corte número 1 que antes de que el depósito metalífero ter- tancia, y la tercera en la prolongación del mismo criadero, por el lado
mine en forma de cuchillo por su extremo del noroeste, señala en el opuesto, afectando tina dirección bastante aproximada á la E. á 0.
pozo maestro una sección en forma de cuña, terminada hacia arriba La explotación del criadero de las minas de La Cliaparrita se hizo
en dos apéndices, uno á cada lado del pozo, de los cuales el más me- durante muchos años por el sistema de huecos y pilares, hasta que
ridional se inclina unos 45°, subiendo hasta un punto que sólo dista se llegó al estado que se figura en los dibujos de la lámina 118; y no
cuatro metros de la superficie del suelo. se pasó más adelante, porque, á fuerza de debilitar las columnas y
Diez metros más al sudeste, en el corte II, la masa es vertical, y quitar demasiado mineral de los entrepisos, resbalaron algunas sobre
la anchura de la sección algo mayor que la altura, midiendo una su - la salvanda arcillosa de los respaldos, cuya forma inclinada influyó
perficie á que ❑o llegan las demás; á otros 10 metros de distancia notablemente en la ruina de lasque, faltas de apoyo bastante, se cahacia
el rumbo acabado de citar, la sección transversal III alcanza yeron, provocando hundimientos que alcanzaron basta la misma sa-
la mayor hondura reconocida, acusando en la masa una inclinación perficie, no habiendo bastado á sostenerlas las obras de mamposte-
muy marcada hacia el NE. y afectando un perfil que se asemeja algo ría que para contrarrestar aquellos efectos se hicieron. En tal estado
al de un pie; y, finalmente, el corte IV, que corresponde al pro- las minas, no era posible continuar en los trabajos subterráneos; y
medio de la porción estrecha, acusa una sección de cuña inclinada como el espesor de la montera era poco en la mayor parte del en-
66° al NE. sanche del noroeste,- y á pesar de los escombros acumulados en el
En el corte longitudinal (figura 2.'), se ve que el ensanche del interior de los trabajos, se creyó conveniente todavía el establecer
sudeste de la masa piritosa ni se eleva ni profundiza lo que el del la labor á cielo abierto para aprovechar cuanto fuera posible de los
noroeste, oscilando alrededor de 14 metros su altura, mientras que restos que había (le mineral, una vez que la riqueza en cobre de
en el otro se sostiene alrededor de 22. aquellas piritas era favorable al proyecto. Decidido el nuevo sis-
Tanto las pizarras arcillosas, que desde la parte superior del cria- tema de labor, se comenzó el año 1871, habiéndose conseguido vendero
se extienden por el yacente, como los mimofiros ó poróroides del tajosamente el arranque de las menas durante diez y seis años, sependiente,
cuya estructura es pizarrera junto al respaldo de ese lado, gún pone de manifiesto la producción que aparece en la página Tu-
se hallan en estado de avanzada descomposición en el contacto de la mediata.
masa metalífera, muy teñidas las primeras por los óxidos de hierro Los minerales de las minas de La Chaparrita, aun cuando análogo
y sembradas las metamorfoseadas cristalinas de diminutos cristali- á los de las demás de pirita ferro-cobriza de la provincia, son de los
tos cúbicos de pirita de hierro, tan abundantes en algunos sitios que que siempre han tenido mayor ley en cobre, cuya circunstancia de-
la roca llega á transformarse en lo qúe los mineros llaman azufrón. bias á que la cantidad de chalcosina diseminada en la pirita de hie-