Memorias del IGME. Tomo 15 - Instituto Geológico y Minero de ...

576 DESCRIPCION M INERA PROVINCIA DE HUELVA BÍ-1
nes de escombros y tau grandes huecos que ha¡ cambiado la topo-
mejantes casos lo más caro de la explotación consistía en la extrac-
grafía del paraje. ción de la ¡nena hasta la superficie. Daremos idea de las dimensio-
En la parte septentrional junto á la misma villa se halla el cerro
nes de esas cavernas, diciendo que para descender al fondo de una
que llaman El Peñasco, cuya cumbre y parte de las laderas están
de dos, ya agotadas, en que pudimos penetrar, hubo que bajar por
ocupadas por un macizo lenticular de jaspes interestratificados el¡ dos escalas que en conjunto median unos 14 metros, siendo despizarras,
al cual siguen por levante diversas crestas Irás pequeñas y
pués preciso caminar con los candiles en diversos sentidos para loaisladas
de la dicha roca silicea. Ocupó la porción occidental de ese
grar ver las descarnadas paredes del jaspe.
cerro la concesión de manganeso titulada Venus V. lám. 19`, mieu-
Practicáronse también en el contacto de esta roca con las pizarras
tras que se asignó la oriental á la colindante Apolo, así como los
más ó menos metamorfoseadas de la caja diferentes excavaciones á
crestones que quedan más al este, fuera de la demarcación de esta
cielo abierto, tanto por la parte del yacente como por la del pentiltima,
se abarcaron e¡ otra tercera, colindante también con ella.
diente de los jaspes, y con ellas se hallaron casi á flor de tierra y
Todos esos asomos de jaspe ofrecían manchas, geodas y filoucillos
siempre dentro de la circunscripción de la mina Apolo, diversos
de manganesa; ninguna diferencia esencial porfia
Z) C
y, sin embargo, ni en los comprendidos para la
señalarse en ellos,
mina Venus, en la
depósitos, muy irregulares en su forma, á veces con la de filón (corte
EF), de unas mauganesas compactas muy poco ferriferas y sólo con
cual se practicaron muchas é importa¡tes labores en distintos puntos
alguna mezcla de cuarzo en determinados sitios, que, si no eran tan
v profundidades, ni en los correspondientes á lo más oriental de las
ricas en grados clorométricos como las procedentes de las bolsas ó
tres concesiones mineras, se llegó á encontrar otra cosa que vetas y soplados comprendidos en los jaspes, no bajaban generalmente de
geodas que efectivamente estaban constituidas por un mineral muv una ley de 70 de esos grados.
rico, pero cuya cantidad era demasiado exigua para intentar su ex- Ha sido, pues, la mina Apolo una de las de manganeso más im-
plotación. En la mina Apolo, por el contrario, como si la metalización portantes de la comarca: e¡ ella no ha dejado de trabajarse con acti-
se hubiera concentrado el¡ ella, las gulas manganesiferas, ó mejor vidad en un periodo de más de diez y ocho años, produciendo un tolas
rendijas de los jaspes en que se acomodaban, dirigieron á los mi- tal de 12000 toneladas de mena, poco más ó menos; y si e] deprecio
peros al descubrimiento de grandes soplados ó verdaderas cavernas, de ésta y el agua acumulada en abundancia en sus excavaciones liicuyas
paredes estaban cubiertas, en espesor de algunos metros, de
rieron que se suspendiera su explotación, quedan todavía en ella
gruesas costras de pirolusita concrecionado-compacta, concreciona- minerales ricos á la profundidad de 50 metros alcanzada con las lado-testácea
y concrecionado-fibrosa, á veces cubierta de cristalitos bores, sin que en esa hondura, mucho mayor que á la que llegan los
de la misma substancia, que no dejaba de mostrarse también esta- jaspes del Peñasquillo, indiquen los del Peñasco que su extinción se
lactitica; recordando su disposición las caprichosas formas que tanto halle inmediata.
admiran en los depósitos calcáreos de las grietas calizas, de los cua- Otro criadero muy notable, por sus condiciones especiales y por
les variaban esencialmente, dejando aparte su naturaleza, por el co la gran cantidad de manganesas de alta ley en oxigeno que ha pro-
negro mate ó metaloide que les es propio. Generalmente esos
ducido, es el de Peñas Campanas, cuyo paraje se halla al sudoeste (le
soplados dejaban hacia su centro uu hueco suficiente para la entra- la consabida villa. En él los jaspes, arrumbados en el mismo senti-
da del minero (aa el¡ el corte EF de la lámina), que desde luego em- do que los del Peñasco y Peñasquillo y separados de éstos por una
prendía el arranque de las costras, pudiendo asegurarse que en se- faja de rocas hipogénieas, dirigida de E. á O., que no se pierde has
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