Hacia-Rutas-Salvajes-Into-The-Wild-Jon-Krakauer
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«El padre de Billie no se adaptaba muy bien a la vida en sociedad. En<br />
muchos sentidos, él y Chris se parecían mucho», añade Walt.<br />
Loren Johnson era un hombre orgulloso, terco y soñador. Entre otras<br />
aficiones, era silvicultor, músico autodidacto y poeta. En los alrededores de Iron<br />
Mountain, la relación de empatía que mantenía con las criaturas del bosque era<br />
legendaria.<br />
«Siempre estaba criando animales salvajes —cuenta Billie—.<br />
Si encontraba un animal atrapado en un cepo, lo llevaba a casa, le amputaba<br />
la pata herida, lo curaba y luego lo dejaba marchar. En una ocasión atropelló a<br />
una cierva con la camioneta, dejando huérfana a la cría. Estaba deshecho.<br />
Trajo el cervatillo a casa y lo crió junto a la estufa de leña, como si fuera uno de<br />
sus propios hijos.»<br />
Para mantener a su familia Loren se embarcó en distintas aventuras<br />
empresariales, pero ninguna tuvo demasiado éxito. Durante una temporada se<br />
dedicó a la cría de pollos, y luego a la de visones y chinchillas. También abrió<br />
unas cuadras y organizó paseos y excursiones turísticas a caballo. Sin<br />
embargo, casi todo lo que comían en casa de Billie provenía de la caza, pese a<br />
que matar animales lo deprimía. «Mi padre lloraba cada vez que abatía un<br />
ciervo —dice Billie—, pero teníamos que comer y se veía obligado a cazar.»<br />
Loren llegó a trabajar como guía de caza, lo que todavía le resultó más<br />
doloroso. «Venían unos hombres de la ciudad con unos enormes Cadillac y mi<br />
padre los acompañaba durante una semana para conseguir un trofeo. Solía<br />
garantizarles que cobrarían un ciervo antes de que se fueran, pero la mayoría<br />
de ellos eran tan malos tiradores y bebían tanto que no había manera de que<br />
dieran en el blanco, así que muchas veces era mi padre quien al final tenía que<br />
dar muerte al animal por ellos. ¡No puede imaginarse cómo se odiaba a sí<br />
mismo por hacer eso!»<br />
No es sorprendente que Loren sintiese un gran afecto por Chris. Y que Chris<br />
adorara a su abuelo. La habilidad que tenía el anciano para desenvolverse en<br />
el monte y su amor por la naturaleza dejaron una profunda huella en el niño.<br />
Cuando cumplió ocho años, Walt lo llevó por primera vez a hacer<br />
montañismo. Caminaron durante tres días por el valle de Shenandoah y luego<br />
subieron al Old Rag. Llegaron juntos a la cumbre, y durante toda la excursión<br />
Chris cargó con su mochila sin pedir ayuda. Subir a aquella montaña se<br />
convertiría para ambos en una tradición; desde entonces, realizaron la<br />
ascensión del Old Rag casi cada año.<br />
Unos años más tarde, Walt llevó a Billie y a los hijos que había tenido en<br />
ambos matrimonios a Colorado para escalar el pico Longs, cuyos 4.345 metros<br />
de altitud lo convierten en la cumbre más alta del Parque Nacional de las<br />
montañas Rocosas. Walt, Chris y el hijo menor del primer matrimonio de Walt<br />
llegaron hasta la cota 3.900. Allí, en una prominente muesca llamada el Ojo de<br />
la Cerradura, Walt decidió dar media vuelta. Estaba muy fatigado y notaba la<br />
altitud en exceso. Además, la ruta hacia la cumbre parecía demasiado abrupta<br />
y expuesta.<br />
«Los hice parar —explica Walt—, pero Chris quería seguir hasta la cima. Le<br />
dije que de ninguna manera. Sólo tenía doce años, de modo que lo único que<br />
pudo hacer fue protestar. Si hubiera tenido catorce o quince, sencillamente se<br />
habría ido sin mí.»<br />
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