Bhagavad Gita - The Conscious Living Foundation
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Annie Besant – <strong>Bhagavad</strong> <strong>Gita</strong><br />
19 Aquel tumultuoso estruendo desgarró el corazón de los hijos de Dhritarishtra,<br />
estremeciendo cielo y tierra con sus sones.<br />
Al ver que los hijos de Dhritharishtra estaban en orden de batalla e iban las flechas a<br />
cruzar el aire, aquel que lleva un mono (26) por cimera, el hijo de Pandu, empuñó su<br />
arco y habló así a Krishna, ¡oh Señor de la tierra!<br />
Arjuna.<br />
21 En el medio, entre los dos ejércitos, pon mi carro, ¡oh Achyuta! (27). Para que pueda<br />
contemplar esas huestes ansiosas de pelea con las que he de combatir en esta erupta<br />
guerra,<br />
23 Y mirar a los ahí reunidos, dispuestos a la lucha y querenciosos de complacer en la<br />
batalla al perverso hijo de Dhritharashtra.<br />
Sañjaya.<br />
Así solicitado por Gudakeza (28) guió Krishna (29) el carro hasta que estuvo en el<br />
medio entre ambos ejércitos.<br />
25 Frente a frente de Bhisma, de Drona y de todas las potestades del mundo, dijo al<br />
príncipe: ¡Oh Partha! Contempla esos Kuravas ahí reunidos.<br />
Y entre las filas de ambos ejércitos vió Partha (30) a padres y abuelos, preceptores y<br />
condiscípulos, tíos, primos, hijos y nietos,<br />
27 Cuñados y bienhechores, en una y otra hueste. Al ver Kaunteya (31) a tantos deudos<br />
así prestos a la lucha, movióse a profunda piedad y exclamó tristemente:<br />
Arjuna.<br />
¡Oh Krishna! Cuando contemplo a esos mis parientes prestos al combate y anhelosos de<br />
pelea,<br />
29 Se estremecen mis miembros, se me abrasa la boca, todo mi cuerpo tiembla y el<br />
cabello se me eriza.<br />
Gandiva (32) se me cae de la mano, arde mi piel, no puedo sostenerme, se atorbellina<br />
mi mente,<br />
31 Y colijo adversos augurios, ¡oh Kezava! (33). No presumo ventaja alguna de que en<br />
batalla se maten los parientes.<br />
Porque, ¡oh Krishna !, no ansío la victoria ni la realeza ni los goces. ¿Qué es la realeza,<br />
¡oh Govinda!, qué los placeres y aún la misma vida,<br />
33 Si aquellos por cuya causa anhelamos la realeza, los goces y placeres, están ahí<br />
batalladores con desprecio de vida y de riquezas?<br />
Maestros, padres, hijos, abuelos, tíos, suegros, nietos, cuñados y demás parientes,<br />
35 Aunque perezca, no quiero matarlos, ¡oh Madhusudana! (34). No quiero matarlos ni<br />
aun por lograr el imperio de los tres mundos (35), cuanto menos todavía por el imperio<br />
de la tierra.<br />
Si matamos a los hijos de Dhritharashtra, si exterminamos a esos perversos, ¿qué<br />
satisfacción allegaremos, ¡oh Janardana! (36). Pecado caería sobre nosotros.<br />
37 Así, no mataremos a nuestros deudos los hijos de Dhritharashtra; porque ¿cómo<br />
podríamos ser dichosos, ¡ oh Madhava!, si matáramos a nuestros parientes?<br />
Aunque ellos, obcecados por la codicia, no vean culpa en la destrucción de una familia<br />
ni crimen en hostilizar a los amigos,<br />
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