o_190omav3v14otfb71vgb19ta1t1ua.pdf
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Una vez que tuvimos ese conocimiento del poder del dinero trabajando para<br />
nosotros, él quiso que fuéramos astutos financieramente hablando, y que no dejáramos<br />
que los rufianes nos presionaran. Es necesario que usted conozca la ley, y la forma en<br />
que trabaja el sistema. Si usted ignora eso, resultará fácil apremiarlo. Si sabe bien de<br />
qué está hablando, tiene una chance de luchar. Esa es la razón por la cual él pagaba<br />
tanto para contratar contadores y abogados sagaces. Era menos costoso pagarles a ellos<br />
que al gobierno. Para mí, su mejor lección, la cual he utilizado durante la mayor parte<br />
de mi vida, es: "sé inteligente, así no te verás tan manipulado". El conocía la ley<br />
porque era un ciudadano que cumplía con ella. El conocía la ley porque resultaba caro<br />
desconocerla. "Si sabes que estás en lo correcto, no tendrás miedo de luchar en contra<br />
ofensa." Inclusive si usted está emocionado con Robin Hood y su banda de alegres<br />
secuaces.<br />
Mi padre altamente instruido siempre me alentaba a buscar un buen trabajo en<br />
una corporación sólida. El hablaba de las virtudes de "gestar tu camino ascendente en<br />
la pendiente corporativa". El no entendía que, al depender sólo de un cheque de pago<br />
mensual de un empleador corporativo, yo sería una vaca dócil lista para ser ordeñada.<br />
Cuando le comenté a mi padre rico el consejo de mi papá, se limitó a reír entre<br />
dientes. "¿Por qué no ser el dueño de la corporación?", fue todo lo que dijo.<br />
Siendo jovencito, yo no entendía qué quería decir papá rico con ser el dueño de<br />
mi propia corporación. Esa era una idea que parecía imposible e intimidatoria. Aunque<br />
me entusiasmaba la idea, mi juventud no me permitía visualizar la posibilidad de que<br />
personas adultas, algún día trabajarían para una compañía de mi propiedad.<br />
El punto es que, de no ser por mi padre rico, probablemente yo hubiera seguido<br />
el consejo de mi padre instruido. El recordatorio ocasional de mi padre rico, era lo que<br />
meramente mantenía viva la idea de ser dueño de mi propia corporación, y me<br />
mantenía en una senda diferente. Para cuando tuve 15 ó 16 años, sabía que no iba a<br />
continuar por el camino que mi padre instruido me había recomendado. No sabía cómo<br />
lo haría, pero estaba determinado a no orientar la proa en la dirección hacia la que<br />
apuntaban la mayoría de mis compañeros de clase. Esa decisión cambió mi vida.<br />
No fue sino hasta bien entrados mis 20 años, que el consejo de mi padre rico<br />
comenzó a cobrar mayor sentido. Yo acababa de salir del Cuerpo de Marina y<br />
trabajaba para Xerox. Estaba ganando mucho dinero, pero cada vez que veía la<br />
liquidación de mi sueldo, me sentía decepcionado. Las retenciones eran muy grandes,<br />
y cuanto más trabajaba, más grandes eran. A medida que me volvía más exitoso, mis<br />
superiores hablaban de promociones y ascensos. Era una ilusión, pero podía oír a mi