01.09.2014 Views

o_190omav3v14otfb71vgb19ta1t1ua.pdf

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Esperando mi turno el sábado<br />

Estaba listo. Estaba preparado. Incluso mi padre verdadero estaba enojado con<br />

él. Mi papá real, el que yo llamo mi padre pobre, pensaba que mi padre rico estaba<br />

violando las leyes laborales infantiles y debería ser investigado.<br />

Mi educado padre pobre dijo que yo debía reclamar lo que merecía. Por lo<br />

menos 25 centavos por hora.<br />

Mi papá pobre me dijo que si no obtenía un aumento, debería renunciar<br />

inmediatamente.<br />

"De todas maneras, tú no necesitas ese condenado trabajo", dijo con indignación.<br />

El sábado a las 8 de la mañana en punto, yo atravesé la misma desvencijada<br />

puerta de la casa de Mike.<br />

"Toma asiento y espera tu turno", dijo el papá cuando entré. Se dio la vuelta y<br />

desapareció dentro de su pequeña oficina cercana a su dormitorio.<br />

Miré alrededor pero no vi a Mike por ningún lugar. Me sentí entorpecido, y<br />

cuidadosamente me senté junto a las mismas dos mujeres que habían estado allí cuatro<br />

semanas atrás. Me sonrieron, corriéndose un poco para hacerme lugar en el sofá.<br />

Transcurrieron cuarenta y cinco minutos, y yo ya estaba echando vapor. Las dos<br />

mujeres se habían entrevistado con él y se habían retirado treinta minutos antes. El<br />

hombre mayor había estado adentro por veinte minutos, y también se había retirado ya.<br />

La casa estaba vacía, y yo allí sentado en su mohosa y oscura sala de estar, en<br />

ese bello y soleado día hawaiano, esperando para hablar con un tacaño que explotaba<br />

niños. Podía oírlo en actividad alrededor de la oficina, hablando por teléfono, e<br />

ignorándome. En un momento, estuve listo para irme, pero por alguna razón, me<br />

quedé.<br />

Finalmente, quince minutos más tarde, a las 9 hs. en punto, padre rico salió y sin<br />

decir nada, me hizo señas con su mano para que entrara a su deslucida oficina.<br />

"Entiendo que quieres un aumento, o renunciarás", dijo papá rico mientras giraba<br />

en la silla de su escritorio.<br />

"Bueno, usted no está cumpliendo su parte del trato", dije sin consideraciones,<br />

casi con lágrimas. Para un muchachito de 9 años, era realmente atemorizante enfrentar<br />

a un adulto.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!