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CAPITULO SEIS<br />
Lección Cinco<br />
Los ricos inventan el dinero<br />
Anoche, mientras escribía, hice una pausa, y me puse a mirar un programa de<br />
TV sobre la historia de un joven llamado Alexander Graham Bell. Bell acababa de<br />
patentar su teléfono, y estaba experimentando "dolores de crecimiento" porque la<br />
demanda de su nuevo invento era muy fuerte. Al necesitar una empresa más grande, se<br />
dirigió al gigante de ese momento, Western Union, y les preguntó si comprarían la<br />
patente, y su modesta compañía. El deseaba u$s 100.000 por el paquete completo. El<br />
presidente de la Western Union se burló de él y lo rechazó, alegando que el precio era<br />
ridículo. El resto es historia. Una industria de miles de millones de dólares emergió, y<br />
así nació AT&T.<br />
Justo al terminar la historia de Alexander Graham Bell, emitían las noticias de la<br />
noche. Allí mostraban la historia de una nueva reducción (downsizing) de una<br />
compañía local. Los trabajadores estaban enojados, y se quejaban de que los<br />
propietarios de la compañía estaban siendo injustos. Un gerente despedido, de<br />
alrededor de 45 años de edad, se encontraba en la planta con su esposa y dos bebés,<br />
rogando a los guardias que le permitieran hablar con los dueños para preguntarles si<br />
reconsiderarían su despido. El hombre acababa de comprar una casa, y tenía miedo de<br />
perderla. La cámara enfocaba su alegato para que todo el mundo pudiera verlo. De más<br />
está decir que capturó mi atención.<br />
Desde 1984, he estado enseñando profesionalmente. Ha sido una experiencia<br />
grandiosa y reconfortante. A la vez, es una profesión perturbadora, ya que he tenido<br />
que enseñar a miles de individuos, y en todos veo una cosa en común, incluyéndome a<br />
mí mismo. Todos nosotros tenemos un tremendo potencial, y hemos sido bendecidos<br />
con dones. Aún así, la única cosa en común que nos mantiene a todos frenados, es un<br />
cierto grado de duda acerca de nosotros mismos. No es tanto la falta de información<br />
técnica lo que nos detiene, sino la falta de auto confianza. Algunos se ven más<br />
afectados que otros.<br />
Una vez que dejamos la universidad, la mayoría de nosotros sabe que lo que<br />
cuenta, no es mayormente una cuestión de títulos universitarios o buenas<br />
calificaciones. En el mundo real, fuera de las universidades, se requiere algo más que