01.09.2014 Views

o_190omav3v14otfb71vgb19ta1t1ua.pdf

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

padre era dueño de depósitos, una compañía constructora, una cadena de almacenes, y<br />

tres restaurantes. Estos últimos eran los que lo mantenían fuera hasta tarde.<br />

Mike tomó el autobús hacia su casa luego de que terminamos de limpiar. Iba a<br />

hablar con su papá cuando él llegara a casa esa noche, y le preguntaría si nos podría<br />

enseñar cómo hacernos ricos. Mike prometió llamarme bien hablara con su papá,<br />

aunque fuera tarde.<br />

El teléfono sonó a las 8:30 p.m.<br />

"O.K." dijo. "El próximo sábado." Y colgó. El padre de Mike había accedido a<br />

reunirse con nosotros.<br />

El sábado por la mañana a las 7:30 hs., tomé el autobús hacia el lado pobre de la<br />

ciudad.<br />

Comienza la lección:<br />

“Les pagaré 10 centavos por hora. "<br />

Aún para los estándares de pago de 1956, 10 centavos era bajo.<br />

Michael y yo nos reunimos con su papá esa mañana a las 8 hs. En punto. El<br />

estaba atareado, y ya había estado trabajando por más de una hora. Su supervisor de<br />

construcciones se estaba yendo en su camioneta justo cuando yo llegaba caminando a<br />

su pequeña, simple y pulcra casa. Mike me recibió en la puerta.<br />

"Papá está hablando por teléfono, y dijo que esperáramos en el porche trasero",<br />

dijo Mike, mientras me abría la puerta. El viejo piso de madera crujía mientras yo<br />

cruzaba el umbral de esta antigua casa. Había una alfombra ordinaria al cruzar la<br />

puerta. Estaba allí para disimular los años de uso de incontables pisadas soportadas por<br />

el piso. Aunque estaba limpia, necesitaba ser reemplazada.<br />

Sentí claustrofobia al entrar a la angosta sala de estar, sobrecargada de viejos y<br />

enmohecidos muebles que hoy serían piezas de colección. Sentadas en el sofá, había<br />

dos mujeres un poco mayores que mi madre.<br />

Frente a ellas estaba sentado un hombre en ropa de trabajo. Vestía pantalones y<br />

camisa caqui, planchada prolijamente pero sin almidón, y botas de trabajo bien<br />

lustradas. Era unos diez años mayor que mi padre diría, alrededor de 45 años. Nos<br />

sonrieron a medida que pasamos entre ellos hacia la cocina, que llevaba al porche que<br />

se abría al patio trasero. Les devolví tímidamente la sonrisa.<br />

"¿Quiénes son esas personas?" pregunté.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!