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A p r o i n • 36
pasado de una elegancia y cultura natural
a lo más borde, grosero, zafio, inculto
y guarro que imaginarse pueda?. ¿Cómo
pueden estar eructando permanentemente
y en todo lugar y quedarse tan
panchos? ¿Porqué comen tan mal?, ¿Por
qué tanto para ellos como para ellas la
ducha representa un acontecimiento o
un suplicio del que huir cotidianamente?.
Además, si su aversión al uso de los
cuartos de baño es notable, ¿qué no ocurrirá
en los públicos?. ¿En que consiste
la educación en Inglaterra?. Afortunadamente
Londres es un crisol de razas y de
culturas en el que parece que si por algún
lado acabarán salvándose, en ese sentido,
es a través de su inmigración, ya que lo
más ramplón de la juventud, no es foráneo,
sino de origen puramente nativo, y
lo más cachondo del caso es que siguen
considerándose los elegidos… Nada que
ver con la gente mayor, más bien ya muy
mayor, también “elegidos” pero mucho
más educados, cultos y agradables.
Otra de las cuestiones a considerar,
al igual que con la comida, es con los hoteles.
O vas a un cinco estrellas muy bueno
y muy caro, o lo demás está a años
luz de lo nuestro, con mucho oropel por
fuera, mucho portero uniformado, mucha
madera, etc. pero con habitaciones
pequeñas, moquetas por todas partes,
que sabe Dios lo que contienen en sus
entrañas, y servicio de lo más regulín,
salvo que te atienda algún emigrante,
generalmente más agradables.
Por otra parte en cuanto al uso de
lo público nos sacan varios cuerpos de
ventaja. Es cierto que circulan por la izquierda
y que incluso con la izquierda
cambian de marcha, pero la dirección
la manejan con la derecha (siempre han
sido muy diplomáticos), aunque ejercer
de peatón al cabo de poco tiempo resulta
más o menos sencillo, ya que en cada
encrucijada, en el suelo, te indican hacia
donde debes mirar antes de cruzar la calle,
al tiempo que con señales amarillas
luminosas indican la ubicación de los
pasos de cebra donde todos paran muy
civilizadamente. El uso de lo público y
del respeto por las normas sociales de
comunidad, más que de educación (bastante
perdida), está muy arraigado, fruto
de sus revoluciones sociales, políticas,
religiosas y económicas del siglo XIX en
pro de la colectividad y del respeto mutuo,
que supieron trasladar a EEUU y
que nosotros no hemos acometido a lo
largo de nuestra historia, aunque otra
cosa sea la limpieza de las calles, algo
que deja mucho que desear y que más
bien hace juego con el personal.
En cuanto a los museos, no falta ni