revista completa en pdf - Aproin

9 • Ap r o i n
ción, sino que cada técnico campa a sus
anchas, con sus propias interpretaciones,
que en el mejor de los casos consensúan
de vez en cuando, artículo por artículo,
siempre “a toro pasado”, en un estado de
incertidumbre absoluta.
En 40 años y en esta materia, la involución
sufrida en el Ayuntamiento de
Vigo de cara al administrado ha sido
absoluta. La burocracia ha crecido hasta
límites insospechados, la inseguridad
para todos,–incluso para los propios
funcionarios– es ahora preocupante, la
irresponsabilidad de los “responsables”
es general, y cuando tras cerca de medio
año de la aprobación del PGOM, ni se
conoce la norma de aplicación, ni se ha
dado una sola licencia de obra con arreglo
al nuevo Plan, cuando la tramitación
de una licencia podría llevarse a cabo en
menos de una semana, nadie garantiza
que en menos de nueve meses (un parto)
alguien pueda obtener una licencia.
Hemos pasado de tardar más en dar
una licencia que en hacer un edificio,
y todo ello en un Ayuntamiento en el
que desde hace ya unos 8 años se solicitan
menos licencias que las necesarias,
debido a la falta de planeamiento, algo
que ahora, con menor demanda incluso
de licencias, podrían concederse casi
instantáneamente si hubiese coordinación
y ganas, al igual que ocurre con
las licencias en las que el Ayuntamiento
tiene interés, que debería ser en todas.
A todo esto, el personaje que ocupa
la alcaldía, el del “mar de grúas”, no
sólo sigue sin querer enterarse de nada,
sino que sigue culpando a todo el mundo
ajeno a si mismo y predicando “urbi
et orbe” las bondades de un plan al que
ha destrozado y ha hecho inviable.
Desgraciadamente, navegando entre
una absoluta inseguridad jurídica, con
funcionarios atemorizados ante las cada
vez mayores posibilidades de encontrase
declarando ante un juez, sin que nadie
les ampare, con políticos que ni responden
ni les protegen, con un temor diario
a equivocarse y buscando por ello la
situación fácil de no mojarse en nada,
con jefes inmediatos que se inhiben a
la hora de buscar soluciones, concejales
rendidos a los pies de un dictador que
no tiene ni idea del asunto, pero que, en
su absoluta vanidad, no admite la más
mínima controversia, no puede haber
solución, ni teórica ni materialmente.
Hay que desengañarse, la única solución
al funcionamiento interno del
Ayuntamiento, al menos en materia de
urbanismo, pasa por el mismo camino
que la solución al Plan General, esperar
dos años a una nueva Corporación que
cambie el Plan, ponga orden en la casa y
su funcionamiento interno, e ilusione a
unos funcionarios hartos de tanta indefensión
y de tanto mangoneo.
En estos dos años, no vendría mal que
ya que nadie establece unas reglas de interpretación
a toda la controvertida normativa
de aplicación, nuestros funcionarios
se aplicasen a la tarea, pues si dentro
de dos años, con una nueva Corporación,
estando clara la aplicación del Código
Técnico y modificadas las Normas del
Habitat, dispusiéramos ya de una interpretación
al menos consensuada entre