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La relación entre humanos y mascotas Una terapéutica de resiliencia

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arte y sociedad<br />

cine, con la violencia figurativa <strong>de</strong> lo representado. En lugar<br />

<strong>de</strong> alcanzar esa otra violencia <strong>de</strong> una imagen-movimiento<br />

que <strong>de</strong>sarrolla sus vibraciones en una secuencia movediza<br />

que se hun<strong>de</strong> en nosotros.<br />

Para el director <strong>de</strong> cine ruso Sergei Eisenstein, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su<br />

perspectiva dialéctica: el choque es la forma misma <strong>de</strong> la<br />

comunicación <strong>de</strong>l movimiento en las imágenes. Y el choque<br />

tiene un efecto sobre el espíritu, lo fuerza a pensar el Todo.<br />

“Precisamente el todo no pue<strong>de</strong> ser sino pensado, porque<br />

es la representación indirecta <strong>de</strong>l tiempo que emana <strong>de</strong>l<br />

movimiento” 3 . Para Eisenstein, el montaje es ‘montajepensamiento’,<br />

ya que es el proceso intelectual que, bajo<br />

el choque, piensa el choque. De acuerdo con esta noción<br />

<strong>de</strong> choque, ya no sólo pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse <strong>de</strong>l cine “yo veo, yo<br />

oigo”, sino yo siento, ‘sensación totalmente fisiológica’. Y<br />

es esta actuación sobre el cortex cerebral lo que hace nacer<br />

el pensamiento, el “yo pienso” cinematográfico. Eisenstein<br />

es dialéctico porque concibe la violencia <strong>de</strong>l choque bajo la<br />

figura <strong>de</strong> la oposición, y el pensamiento <strong>de</strong>l todo con la forma<br />

<strong>de</strong> la oposición superada o <strong>de</strong> la transformación <strong>de</strong> los<br />

opuestos: “<strong>de</strong>l choque <strong>de</strong> dos factores nace un concepto”<br />

(Deleuze, 1974: 212) 2 . Según esto, la imagen cinematográfica<br />

<strong>de</strong>be tener un efecto <strong>de</strong> choque sobre el pensamiento,<br />

y forzar al pensamiento a pensarse a sí mismo y a pensar el<br />

todo (<strong>de</strong>finición <strong>de</strong> lo sublime).<br />

El problema aparece cuando el cine, como industria, está<br />

al servicio <strong>de</strong> la violencia <strong>de</strong> lo representado, situación bien<br />

conocida por todos nosotros. Basta consultar una cartelera<br />

<strong>de</strong> cine, en un periódico <strong>de</strong> una ciudad cualquiera, para<br />

darnos cuenta <strong>de</strong> la cantidad <strong>de</strong> películas violentas, o <strong>de</strong><br />

‘acción’ como se las llama, apoyadas por el engranaje sensacionalista<br />

y consumista que nutre los espectáculos <strong>de</strong><br />

masas. Pareciera que el cine muriera, por su mediocridad<br />

cuantitativa.<br />

“Cuando la violencia ya no es la <strong>de</strong> la imagen y sus vibraciones<br />

sino la violencia <strong>de</strong> lo representado, se cae en una<br />

arbitrariedad sanguinolenta; cuando la gran<strong>de</strong>za ya no es<br />

la gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> la composición, sino una pura y simple inflación<br />

<strong>de</strong> lo representado ya no hay excitación cerebral o<br />

nacimiento <strong>de</strong>l pensamiento. Es más bien una <strong>de</strong>ficiencia<br />

generalizada en el autor y en los espectadores” (Ibíd: 219<br />

- 220).<br />

Pero también existe otra posibilidad, la <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar al<br />

pensamiento en relación con el cine, no como lo hace<br />

Eisenstein, sino como la irrupción <strong>de</strong> un pensamiento que<br />

se expresa en la constatación <strong>de</strong> que: ‘todavía no pensamos’.<br />

Se trataría <strong>de</strong> un ser <strong>de</strong>l pensamiento siempre por<br />

venir, <strong>de</strong> una condición que fuerza a pensar (lo que fuerza<br />

a pensar es ‘la impotencia <strong>de</strong>l pensamiento’, la inexistencia<br />

<strong>de</strong> un todo que podría ser pensado). Ya no se trataría <strong>de</strong><br />

hacer visible el pensamiento, sino todo lo contrario: hacer<br />

un cine que no se <strong>de</strong>ja pensar en el pensamiento y que no<br />

se <strong>de</strong>ja ver en la visión. En tanto que la imagen cinematográfica<br />

ha <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> ser meramente sensorio-motriz se<br />

produce una ‘impotencia’ que fuerza a pensar. Y esta crisis<br />

<strong>de</strong>l esquema sensorio-motriz tiene que ver con una crisis<br />

en la manera en cómo asumimos nuestras vivencias, en la<br />

manera en cómo vivimos en el mundo:<br />

“El hecho mo<strong>de</strong>rno es que ya no creemos en este mundo.<br />

Ni siquiera creemos en los acontecimientos que nos suce<strong>de</strong>n,<br />

el amor, la muerte, como si sólo nos concernieran a<br />

medias. No somos nosotros los que hacemos el cine, es el<br />

mundo el que nos parece un mal film. (...) Lo que se ha<br />

roto es el vínculo <strong>de</strong>l hombre con el mundo (...) Volver a<br />

darnos una creencia en el mundo, ese es el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l cine<br />

mo<strong>de</strong>rno (cuando <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser malo). Cristianos o ateos, en<br />

nuestra universal esquizofrenia ‘necesitamos razones para<br />

creer en el mundo’” (Ibíd: 234).<br />

Para abordar el cine como herramienta didáctica en la enseñanza<br />

<strong>de</strong> la filosofía, se requiere –a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> una concepción<br />

filosófica <strong>de</strong>l cine– un conocimiento acerca <strong>de</strong> los<br />

elementos pedagógicos que permitan un abordaje ‘multimedial’<br />

<strong>de</strong> la experiencia cinematográfica. El cine implica y<br />

posibilita la experiencia multisensorial a través <strong>de</strong> un lenguaje<br />

audiovisual que simula la realidad a través <strong>de</strong> la fuerza<br />

<strong>de</strong> la ilusión fílmica y su gran capacidad narrativa.<br />

PEDAGOGÍA MULTIMEDIAL Y EXPERIENCIA<br />

CINEMATOGRÁFICA<br />

Si <strong>de</strong>scomponemos el término multimedia, el significado <strong>de</strong><br />

“multi” queda claro: “más <strong>de</strong> uno o muchos”; sin embargo,<br />

el <strong>de</strong> “medio” pue<strong>de</strong> tener distintas acepciones: medio<br />

como algo que se usa para obtener un fin, medio como<br />

soporte, medio como canal <strong>de</strong> comunicación, medio como<br />

recurso, medio como material, <strong>entre</strong> otros.<br />

Para aclarar conceptos, realizamos una mirada retrospectiva<br />

y ver que una <strong>de</strong> las características <strong>de</strong> las tecnologías<br />

multimedia está en su posibilidad <strong>de</strong> combinar imágenes,<br />

textos <strong>de</strong> <strong>de</strong> todo tipo, documentos, datos, gráficos y sonido.<br />

El vocablo multimedia aparece en la década <strong>de</strong> los<br />

2Nos hemos basado en el capítulo 7: el pensamiento y el cine,<br />

para <strong>de</strong>sarrollar el tema <strong>de</strong>l pensamiento en el cine.<br />

3 En filosofía este es el pensamiento <strong>de</strong> lo sublime. Lo sublime<br />

aparece cuando la imaginación sufre un choque que la empuja<br />

a su límite y fuerza al pensamiento a pensar el todo como<br />

totalidad intelectual que supera a la imaginación. Esta i<strong>de</strong>a<br />

<strong>de</strong> lo sublime pue<strong>de</strong> ‘rastrearse’ <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los textos: Observaciones<br />

sobre el sentimiento <strong>de</strong> lo bello y lo sublime y <strong>La</strong> crítica<br />

<strong>de</strong>l juicio, <strong>de</strong> Kant.<br />

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