La relación entre humanos y mascotas Una terapéutica de resiliencia
La relación entre humanos y mascotas Una terapéutica de resiliencia
La relación entre humanos y mascotas Una terapéutica de resiliencia
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
sociedad y cultura<br />
Otro reflejo que ha llevado a una vida fácil, <strong>de</strong> mucha explotación,<br />
es la producción y el comercio <strong>de</strong> drogas alucinógenas,<br />
lo que ha llevado a los carteles colombianos a ser<br />
<strong>de</strong> los más cotizados y a suministrar <strong>entre</strong> 70% y 80% <strong>de</strong><br />
la cocaína que se consume en los Estados Unidos y Europa;<br />
a<strong>de</strong>más, muy difícil <strong>de</strong> comprobar por la clan<strong>de</strong>stinidad<br />
que caracteriza dicho comercio.<br />
Otro factor <strong>de</strong>terminante es la violencia política que ha tenido<br />
una gran persecución hacia los lí<strong>de</strong>res que saben por<br />
don<strong>de</strong> va el cuento. Al no ser indiferentes, han hablado<br />
para salvar la vida, único tesoro. Les ha tocado, incluso,<br />
salir <strong>de</strong>l país, gracias al apoyo <strong>de</strong> muchas ONGs <strong>de</strong>fensoras<br />
<strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>humanos</strong>.<br />
Se pue<strong>de</strong> ver que quienes están <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> toda esta cruel<br />
realidad son aquellos que buscan el po<strong>de</strong>r y un interés económico,<br />
sin interesarles el dolor inmenso <strong>de</strong> miles <strong>de</strong> familias<br />
colombianas. Duelo que no superan fácilmente, porque<br />
“culturas diferentes afrontan el problema <strong>de</strong> la muerte y el<br />
duelo <strong>de</strong> manera distintas” (Pangrazzi, 1993). Los traumas<br />
producidos por las acciones crueles, salvajes, enloquecedoras<br />
y ensangrentadas <strong>de</strong> personas que, con su pérdida <strong>de</strong><br />
conciencia y sentido <strong>de</strong> dignidad humana, han llevado a<br />
<strong>de</strong>litos <strong>de</strong> lesa humanidad.<br />
Lo anterior no se pue<strong>de</strong> olvidar fácilmente, <strong>de</strong>jando huellas<br />
imborrables y, mucho menos, a aquellos hermanos que<br />
han presenciado “la muerte salvaje <strong>de</strong> sus seres queridos,<br />
que ni los animales hacen” 3 . Para muchas familias, esta situación,<br />
es un choque muy fuerte difícil <strong>de</strong> superar, lo que<br />
lleva a muchos <strong>de</strong>splazados a sufrir graves problemas mentales<br />
que no son fáciles <strong>de</strong> manejar.<br />
El otro gran dolor es cambiar <strong>de</strong> principios al quedarse callados<br />
y ven<strong>de</strong>rse para el bando que manda en el momento;<br />
si no lo hacen, son hostigados, amedrentados, torturados<br />
para no ser asesinados; si tienen suerte, les perdonan<br />
la vida y, lo peor, ante los ojos y en presencia <strong>de</strong> la familia o<br />
vecinos para que aprendan, <strong>de</strong>jando unas secuelas y traumas<br />
que nunca se olvidarán.<br />
Lo <strong>de</strong>scrito anteriormente y la búsqueda incansable <strong>de</strong>l “po<strong>de</strong>r<br />
sobre la tierra y las riquezas minerales” (Agenda Social<br />
Pontificio Consejo <strong>de</strong> Justicia y Paz), producen el <strong>de</strong>salojo<br />
<strong>de</strong> quienes por generaciones eran dueños <strong>de</strong> las tierras.<br />
Los señores <strong>de</strong> la guerra se apropian <strong>de</strong> terrenos don<strong>de</strong><br />
cultivan estupefacientes, asegurando el mercado <strong>de</strong> estos<br />
cultivos ilícitos para los gran<strong>de</strong>s consumidores que son las<br />
potencias. En consecuencia, un gran número <strong>de</strong> familias<br />
han huido para evitar que las fuerzas guerrilleras recluten<br />
a sus hijos, ocasionando todo esto una erosión <strong>de</strong> las estructuras<br />
familiares tradicionales, especialmente, cuando<br />
los miembros masculinos han sido asesinados.<br />
Todo lo anterior, caracteriza al pueblo colombiano como el<br />
país más infractor <strong>de</strong> las normas <strong>de</strong>l Derecho Internacional<br />
Humanitario y violador <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>humanos</strong>.<br />
¿Qué hacer ante esta cruda realidad? <strong>La</strong> experiencia lleva<br />
a ratificar que se <strong>de</strong>be continuar acompañando y haciendo<br />
presencia en estos lugares, fortaleciéndolos con procesos<br />
<strong>de</strong> cercanía y confianza en el Dios <strong>de</strong> la vida, el Dios que<br />
camina y sufre con su pueblo, fortaleciendo el sentido <strong>de</strong><br />
patria, <strong>de</strong>fendiendo la madre tierra.<br />
Conformar comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> base, estar con ellos, apoyarlos,<br />
con una luz <strong>de</strong> esperanza por medio <strong>de</strong> la Palabra <strong>de</strong><br />
Dios: “He venido para que tengan vida y vida en abundancia”<br />
(BIBLIA, San Juan, 10, 10.), como pueblo “unidos<br />
venceremos”; informando a entes locales, a la Iglesia, por<br />
medio <strong>de</strong> la Pastoral Social, con su sección <strong>de</strong> Movilidad<br />
Humana; llevándolos a leer la realidad que nos ro<strong>de</strong>a.<br />
Es necesario que nos interpelemos ante los hechos circundantes,<br />
no siendo pasivos, sino capaces <strong>de</strong> unirnos y salir<br />
a protestar por lo que tenemos, lo que nos pertenece, con<br />
medios pacíficos a nuestro alcance, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la no violencia y<br />
la capacitación en <strong>de</strong>rechos <strong>humanos</strong>, que los lleve a tomar<br />
conciencia <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa y difusión <strong>de</strong> los mismos. Todo ello<br />
acompañado <strong>de</strong> una formación integral <strong>de</strong> acuerdo con las<br />
necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la comunidad <strong>de</strong> base, y apoyando y gestionando<br />
proyectos productivos y sostenibles para su propia<br />
promoción y <strong>de</strong>sarrollo. Esto conduce a una organización<br />
mínima <strong>de</strong> cooperativas y asociaciones que, fortalecidas en<br />
los valores, ayu<strong>de</strong>n a dignificar y fortalecer a las familias,<br />
las comunida<strong>de</strong>s veredales y a nuestro bello pueblo colombiano.<br />
“¿No es éste quizás el tiempo en el que todos <strong>de</strong>ben colaborar<br />
en la constitución <strong>de</strong> una nueva organización <strong>de</strong> toda<br />
la familia humana, para asegurar la paz y la armonía <strong>entre</strong><br />
los pueblos, y promover juntos su progreso integral?”. Su<br />
Santidad Juan Pablo II (Biblia, San Juan: 10, 10).<br />
BIBLIOGRAFÍA<br />
Agenda Social Pontificio Consejo <strong>de</strong> Justicia y Paz (s. d.).<br />
http: sedos.org/spanish/giraldo7.htp.<br />
http: //aula.elmundo.es/aula/noticia.php<br />
http: sedos.org/spanish/giraldo7.htp.<br />
Ley 387 <strong>de</strong>l 18 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1997.<br />
PANGRAZZI, Arnaldo (1993). El duelo. Ediciones Paulinas.<br />
67