La relación entre humanos y mascotas Una terapéutica de resiliencia

Existen múltiples definiciones de filosofía, que en su esencia
vienen a significar casi lo mismo. La que más me parece
atinente a nuestro ejercicio de vida es la que dice que la filosofía
estudia la naturaleza fundamental de la existencia 3 ,
del hombre, y de la relación del hombre con la existencia.
En comparación con las ciencias especiales que sólo tratan
aspectos particulares, la filosofía trata aquellos aspectos
del universo que pertenecen a todo lo que existe. Haciendo
una metáfora, en la región de la cognición, las ciencias
especiales son árboles, pero la filosofía es el suelo que hace
posible el bosque.
La filosofía le proporciona al hombre una visión comprensiva
de la vida. Tiene cinco ramas, cuyas dos más importantes
son la metafísica y la epistemología.
La metafísica es el estudio de la existencia como tal o, en
palabras de Aristóteles, del ser qua ser. Es la rama básica
de la filosofía. Persigue el saber acerca del ente (cualquier
cosa que exista) en su entidad, en consideración del ser,
que es el fundamento del ente, de la esencia, del pensar y
del conocer. Tiene muchas imbricaciones con la ontología.
La metafísica establece los primeros principios en los que el
ser fundamenta el ente y la del modo de ser de éstos.
La metafísica respondería a preguntas como: ¿estamos en
un universo regido por las leyes naturales y, por lo tanto,
estable, absoluto y cognoscible? ¿O estamos en un caos incomprensible,
un dominio de milagros inexplicables, un flujo
impredecible, desconocido que nuestra mente no puede
entender? ¿Las cosas a nuestro alrededor son reales, o
mera ilusión? ¿Existen de manera independiente de cualquier
observador, o han sido creadas por el observador?
¿Son el objeto o el sujeto de la conciencia del hombre?
¿Son lo que son o pueden ser cambiadas mediante un solo
acto de nuestra conciencia, como un deseo? Por supuesto,
la naturaleza de nuestras acciones –y nuestros objetivos
de vida– serán diferentes de acuerdo con el conjunto de
respuestas que nosotros aceptemos.
No importa a qué conclusión lleguemos, nos veremos confrontados
por la necesidad de dar respuesta a otra pregunta
corolaria: ¿cómo lo sé? Puesto que el hombre no es
omnisapiente o infalible, tendrá que descubrir lo que pueda
reivindicar como conocimiento o cómo probar la validez
de sus conclusiones.
¿Adquiere el hombre conocimiento mediante un proceso
de la razón, o por la repentina revelación de un poder sobrenatural?
¿Es la razón una facultad que identifica e integra
el material suministrado por los sentidos del hombre, o
está alimentada por ideas innatas, implantadas en la mente
humana antes del nacimiento? ¿Es la razón competente
para percibir la realidad, o posee el hombre alguna otra
facultad cognitiva superior a la razón? ¿Puede el hombre
lograr la certeza, o está condenado a la duda perpetua?
Respuestas a esos cuestionamientos son competencia o le
incumben a la epistemología, la teoría del conocimiento,
que estudia los medios cognitivos del hombre, y que es la
segunda rama de la filosofía.
Estas dos ramas son las bases teóricas de la filosofía. La
tercera rama –la ética– puede considerarse como su tecnología,
u operacionalización de las conclusiones a que se
haya llegado.
ÉTICA
La ética no se aplica a todo lo que existe, sólo al hombre,
pero se aplica a todos los aspectos de la vida de los seres
humanos: su carácter, sus acciones, sus valores, su relación
con todo lo que existe. La ética define un código de valores
que guía las elecciones y las acciones del hombre –las elecciones
y acciones que determinan el curso de su vida.
Es preciso tener claro que los seres humanos no podemos
definir una ética hasta que no conozcamos la naturaleza
del universo en el que nos encontramos, la naturaleza de
nuestros medios de cognición y nuestra propia naturaleza.
Antes de hablar sobre la ética, debemos contestar las preguntas
que presentan la metafísica y la epistemología: ¿es
el hombre un ser racional, capaz de manejar la realidad;
o es más bien un desadaptado irremediablemente ciego,
una brizna golpeada por el flujo universal? ¿Son posibles
para el hombre terrenal el logro y el placer; o se encuentra
sentenciado al fracaso y el desastre? Dependiendo de las
respuestas, podemos continuar considerando las preguntas
que propone la ética: ¿qué es bueno o malo para el hombre,
y por qué? ¿La búsqueda de la alegría o un escape al
sufrimiento, deberían ser el principal interés del hombre?
¿Debería tener el hombre como el principal objetivo de su
vida su auto-realización o la auto-destrucción? ¿Debería el
hombre perseguir sus valores o poner los intereses de los
demás por encima de los suyos propios? ¿Debe el hombre
buscar la felicidad, o el auto-sacrificio?
3 Buena parte de los conceptos filosóficos que aquí emito
son tomados del pensamiento de la fundadora del Objetivismo,
Ayn Rand. Se puede consultar, para este tema, su
obra Philosophy, Who needs its? Signet by Penguin Books,
New York, 1982.
4 En este estupendo libro el filósofo Ferry contrapone su
pensamiento kantiano al del científico Vincent, que expone
su criterio desde su perspectiva basada en la ciencia.
5 Es decir, todavía vivimos bajo principios que ignoraban y
desconocían los descubrimientos científicos que hoy nos
brindan la posibilidad de ver el universo, con una metafísica
mejor cimentada en la ciencia.
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Fundación Universitaria del Área Andina