La relación entre humanos y mascotas Una terapéutica de resiliencia

sociedad y cultura
Así mismo, las operaciones de mantenimiento de la paz
en Irak, Haití, Bosnia y Somalia situaron, en el centro del
debate internacional, nociones ligadas a los derechos humanos,
como el derecho de injerencia humanitaria, el cual
abrió nuevas posibilidades de interpretación al concepto
fundacional de la soberanía estatal. Por último y cerrando
la década, la Asamblea General de Naciones Unidas aprueba
la Declaración del Milenio, instrumento con el cual los
Estados miembros reafirman su compromiso con la Organización
y con la Carta de San Francisco, cimientos de la
institucionalidad internacional de los derechos humanos.
En Colombia, el escalonamiento del conflicto armado, durante
la última década y su deshumanización progresiva,
ha derivado en la mayor visibilidad internacional del país;
situación ligada al incremento del accionar de los paramilitares,
el aumento de la capacidad operativa de la guerrilla,
la intensificación del narcotráfico y la ampliación de los
nexos con los grupos armados, así como al uso de prácticas
de “guerra sucia” por parte de algunos agentes estatales.
Fenómenos que en conjunto se han traducido en el aumento
del desplazamiento, del secuestro, de los asesinatos
políticos, y en el mayor número de infracciones graves al
derecho internacional humanitario.
Desde la década de los años ochenta, como consecuencia
de la degradación progresiva de la situación interna, distintas
agencias de Naciones Unidas y del Sistema Interamericano,
así como reconocidas organizaciones no gubernamentales
(ONG) internacionales de derechos humanos, como
Human Rights Watch, Amnistía Internacional, Pax Christi o
la Oficina de América Latina en Washington (WOLA), monitorean
permanentemente la situación de las garantías
fundamentales del país. En 1997 esa presión internacional
derivó en la apertura de una Oficina del Alto Comisionado
de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia;
agencia que se ha constituido en un enlace de la política
intermestica de los derechos humanos, al vincular la
institucionalidad internacional con la crisis doméstica.
CORRESPONSABILIDAD
Después de cuatro años de relaciones tensas con los Estados
Unidos, la elección de Andrés Pastrana se consideró
como una oportunidad para restablecer el enfoque cooperativo
en las relaciones bilaterales, luego de un período de
fuertes presiones desde el gobierno de Estados Unidos por
cuenta de las acusaciones de financiamiento de la campaña
presidencial de Ernesto Samper con dineros del Cartel
de Cali. Tensiones que derivaron en la descertificación del
país en la lucha contra las drogas por dos años consecutivos
(1996-1997), la calificación de “narco-democracia” por
sectores de poder de los Estados Unidos y el consecuente
debilitamiento del Estado colombiano en el escenario internacional,
así como la agudización de la situación interna,
en razón de las dificultades de gobernabilidad del presidente
2 .
Con la intención de promocionar su estrategia internacional
y haciendo coincidir las preocupaciones internacionales
hacia Colombia, con sus objetivos de política exterior, el
gobierno Pastrana recurrió a la situación interna de derechos
humanos, ventilando (Ramírez, 2000: 14) 3 en los
foros internacionales la necesidad de resolver el conflicto
interno, como mecanismo sostenible para el respeto de los
derechos humanos.
La política exterior del electo presidente Pastrana comenzó
con algunos caminos claros. De una parte, el mejoramiento
de las relaciones con los Estados Unidos, tras la crisis vivida
durante el gobierno Samper; de otra, la internacionalización
del proceso de paz, anunciada desde su campaña
electoral; y por último, la continuación de la lucha antinarcóticos,
pero esta vez bajo el esquema de corresponsabilidad
internacional y asociada a la negociación política del
conflicto interno.
Con el propósito de desarrollar las acciones formuladas y
de darle un mejor perfil al tema, se designó al Vicepresidente
de la República como promotor y coordinador de las
tareas institucionales de protección, defensa y promoción
de los derechos humanos en el ámbito nacional y como
instancia de apoyo para la gestión internacional del Ministerio
de Relaciones Exteriores. En tal sentido, se plantearon
las siguientes estrategias para la política internacional de
derechos humanos (Presidencia de la República, S. F.) 4
1 Contribución en el diseño y seguimiento de una política
integral en materia de derechos humanos y de derecho internacional
humanitario, en coordinación con las entidades
nacionales encargadas del tema que tenga en cuenta las
recomendaciones formuladas por los organismos competentes
de las Naciones Unidas y del Sistema Interamericano
de Protección de los Derechos Humanos, tanto en el sentido
general como en cuanto hace a casos particulares.
2 Coordinación interinstitucional para el desarrollo de los
compromisos convencionales y no convencionales del Estado
que permita dar respuestas adecuadas y oportunas a
los organismos internacionales, tanto en materia de casos
individuales como de informes de carácter general.
3 Fortalecimiento de la interlocución con los diferentes organismos
internacionales, gubernamentales y no gubernamentales,
encargados del tema de los derechos humanos y
del derecho internacional humanitario.
4.Diseño de una política exterior que consulte las necesi-
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