La relación entre humanos y mascotas Una terapéutica de resiliencia

COSTUMBRES
Una tribu africana tiene por costumbre mutilar a sus niñas
casi adolescentes. Con una cuchilla les extirpan el clítoris 2 .
Durante buena parte del Imperio Romano, la exposición
de niños y el infanticidio fueron prácticas usuales y perfectamente
legales. Un bebé no se consideraba oficialmente
venido al mundo sino hasta que era recogido, levantado,
del suelo por su padre. Si él no lo hacía, el niño era abandonado
(expuesto) a la puerta del domicilio o en un basurero
público. Si alguien lo deseaba, podía recogerlo. Las
niñas eran con frecuencia las más expuestas. También se
exponían o ahogaban a las criaturas mal formadas. O los
pobres abandonaban a los hijos que no podían criar. Un
niño expuesto era muy infrecuente que sobreviviera. Como
decisión legítima y madura, la exposición podía adoptar el
aspecto de una manifestación de principios. Un marido que
sospechara que su mujer le ha sido infiel, expondría al hijo
que cree adulterino (Veyne, 1990: 23).
También, durante esa época, en una de las colinas próximas
a Roma, los que fueron considerados traidores a la
patria, eran despeñados desde una roca llamada Tarpeya,
nombre tomado de, quizá, la primera traidora a Roma
(Montanelli, 1971: 289).
El papa Alejandro VI tuvo cuatro hijos con Vanozza Catanei:
César, Juan, Lucrecia y Jofre –de mayor a menor. Ya
de obispo había tenido otros tres, pero los públicamente
reconocidos y criados desde que era cardenal fueron los
nombrados. Sus hijos le llamaban “padre” delante de todo
el mundo. La Roma del siglo XVI lo sabía, al igual que casi
toda Europa. Y todos llevaron el apellido del papa, Borgia.
La relación afectiva de Rodrigo Borgia con la Catanei fue
larga, reconocida y con responsabilidades de pareja –inclusive
el papa Borgia le eligió los tres esposos a su amante.
Alejandro VI no fue el único papa que practicó esa conducta,
tal vez, fue el más osado en publicitar su paternidad. En
tiempos de su antecesor Inocencio los hijos de los clérigos
eran reconocidos como “sobrinos” (Puzo, 2001).
COSTUMBRES, MORAL Y ÉTICA
El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua
define Ética como: “…recto, conforme a la moral. Parte de
la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del
hombre. Conjunto de normas morales que rigen la conducta
humana” (RAE, 2001).
Ética viene del griego ethos que significa costumbre. Moral
viene del latín mores que significa costumbres (Müller y
Halder, 1986). Esa es la razón de por qué a las diferentes
definiciones de Ética, con frecuencia se le ha unido el explicativo
de ciencia de las costumbres (Diccionario Enciclopédico
de Derecho Usual, 1996:600).
Mas ¿estamos avocados a que una costumbre impuesta
por un grupo social dominante, o un moda imperante, un
visionario en estado de éxtasis o un científico equivocado,
conviertan una conducta en una costumbre y de ahí, la
consuetudinaria comisión del acto lo transforme en una
moral de un pueblo, cultura o sociedad?
Primero veamos el mecanismo socio-cultural por el cual una
costumbre, un hábito, se torna en una ética o en una moral.
La costumbre, el acontecer cotidiano de una comunidad,
para efectos de garantizar la supervivencia de la misma, y la
coexistencia pacífica, comienza por aprobar determinadas
conductas y por reprochar todas aquellas que la amenazan
o ponen en peligro la existencia de sus miembros. Igualmente,
desaprueba aquellas conductas que, de cualquier
manera, afectan la vida cotidiana armoniosa y pacífica. De
las conductas aprobadas se forma la costumbre, y, en conformidad
con ésta, el acontecer es ético o moral. Mientras
que es contrario a la misma, cuando la conducta realizada
es opuesta a las expectativas y valores de la comunidad.
Las virtudes éticas son para Aristóteles las que sirven para
la realización del orden de la vida del Estado –la justicia,
la amistad, el valor, etc.– y tienen su origen directo en las
costumbres y en el hábito, por lo cual pueden llamarse virtudes
del hábito o tendencia.
Ahora, es preciso aclarar que, a pesar de un significado
común, costumbre, ética y moral no son lo mismo. Moral
son las normas de conducta que nos son dadas, cuando
niños, en el hogar, o mediante la religión, o la clase del
colegio acerca de las buenas maneras; “forman parte de la
vida cotidiana y ha estado presente en todas las personas
y todas las sociedades” (Cortina, 2002). La ética es la moral
filosofada, o la reflexión sobre la moral; es decir, nació con
la filosofía. Por tanto, la ética, para serlo, requiere de un
proceso filosófico –como lo veremos más adelante.
FILOSOFÍA
En el inicio del escrito mencioné diferentes costumbres en
diferentes épocas de la humanidad. Costumbres que hoy
nos podrían parecer inapropiadas, por decir lo menos. La
pregunta de rigor es si ¿existe otra forma de establecer
una Ética de una manera diferente a una casual, ocasional
y coyuntural, con la aquiescencia de un pueblo o una cultura?
Por supuesto que la existe. Precisamos recurrir a la
máxima de las ciencias para llegar a nuestro propósito: la
filosofía.
1 Optómetra, docente del Programa de Optometría de la Fundación
Universitaria del Área Andina.
2 No consigo recordar el escrito de donde extraje esta información
pero es cierta. Agradezco del lector su aquiescencia.
Probablemente mi inconsciente olvidó el origen por lo impactante
y tenebroso del acto, para nosotros… espero.
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