La relación entre humanos y mascotas Una terapéutica de resiliencia

presencia del Estado Mayor del Bloque Oriental (EMBO) y
del Secretariado Nacional (Casa Verde); la realización de
varias conferencias, plenos y encuentros a nivel nacional
de la organización; la conformación de aproximadamente
ocho frentes militares en los últimos cuarenta años y
la presencia del Bloque Oriental (el más grande del país)
son muchas de las razones por las cuales el departamento
del Meta es estratégico para este movimiento guerrillero.
También es importante anotar, que en el Meta se dieron
varios procesos de paz adelantados por este grupo con
el gobierno colombiano (1984, 1991 y 2002), (Ibíd: 353 -
354).
El crecimiento de las FARC-EP también estuvo muy ligado
a otro fenómeno que ha determinado el conflicto social y
armado en el Meta: el narcotráfico. En los años setenta se
inicia el boom de la marihuana en la región del Guayabero,
y en los ochenta se introducen los cultivos de coca, cuyo
auge se extiende hasta nuestros días. Los colonos acudieron
al cultivo de la coca como forma de resistir a los intentos
de concentración de la tierra de antiguos y nuevos
latifundistas.
El fenómeno del narcotráfico en el Meta (Comité Cívico
por los Derechos Humanos del Meta, 1997: 38 - 39) se consolidó
por razones económicas, geográficas y por la precaria
presencia del Estado en términos de inversión social, lo
mismo que la paupérrima condición de los habitantes de la
zona. Todo lo anterior, creó las condiciones propicias para
el surgimiento, expansión y desarrollo de este fenómeno.
La expansión de los cultivos de coca fue posible gracias a
la temprana resolución del conflicto entre narcotraficantes
y guerrilla, de la distribución de competencias y funciones
entre unos y otros. Con el gramaje cobrado a los comerciantes,
la guerrilla amplió su poder militar y económico;
pero también conllevó a nuevas contradicciones, diferencias
estratégicas y políticas con los narcotraficantes. La agudización
de estos dos grupos generó un conflicto territorial,
en la medida en que la implantación de la economía del
narcotráfico introdujo tendencias de transformación socioeconómicas
en las zonas y planteó cambios potenciales
en la correlación de fuerzas militares. En esta agudización
de los enfrentamientos por los territorios y por el dominio
de la economía del narcotráfico, aparecen en la década de
los ochenta los ejércitos privados en el Meta, financiados
por el narcotráfico.
4 Alfredo Molano, Maria Victoria Uribe, Teófilo Vásquez, Javier
Giraldo y Flor Edilma Osorio, entre otros.
5 Sólo entre enero de 1988 y diciembre de 1991, se registraron
32 atentados que dejaron 194 víctimas en 12 municipios
del Meta.
En la génesis del paramilitarismo en el Meta, tuvo mucha
importancia el paso de los ejércitos privados de
narcotraficantes de naturaleza defensiva a una ofensiva.
Sin embargo, a partir del año de 1985, frente a las posibilidades
reales de apertura democrática a la luz de procesos
de paz, a raíz de los acuerdos de paz de la Uribe entre
el gobierno y las FARC-EP en 1984, se generó un profundo
malestar en los sectores tradicionales, privados e institucionales,
de nivel nacional y regional. Frente al surgimiento
de la Unión Patriótica (UP) como grupo a la vanguardia
de la oposición política, el éxito electoral y la creciente legitimidad
de la UP, se impulsó a las élites políticas locales,
regionales y nacionales, buscar fórmulas para frenar la expansión
del movimiento político en el departamento. La
UP se constituyó en una amenaza por las posibilidades de
resquebrajamiento del statu quo, en la medida en que podría
desplazar la cuasi hegemonía de los partidos tradicionales
y amenazaba con una recomposición de la estructura
agraria regional; todo esto, con el apoyo de las FARC-EP.
En la estrategia de “eliminación o exterminio” de la UP en
el Meta, (Ibíd: 29) se señaló la existencia de una “alianza
estratégica” de la clase terrateniente tradicional (élite
política regional) con los narcotraficantes/terratenientes,
en la que estos últimos ponen al servicio de los primeros
sus ejércitos privados, los cuales adelantaron la tarea
de “limpieza” de los sectores de izquierda y populares,
con una fuerte animadversión por la guerrilla como actor
que afectaba sus intereses económicos. Para finalmente,
exterminar a la mayoría de los miembros de la UP en el
Meta.
También se menciona, como origen de los grupos paramilitares
en el Meta, la agrupación de algunos representantes
de la economía esmeraldera de Boyacá, del narcotráfico
y de sectores de la elite local. Las estructuras resultantes
de esta unión, asimilaron la tradición de ilegalidad y de
conformación de grupos armados privados, propios de la
economía de las esmeraldas, y fueron potenciadas en un
contexto de expansión de la economía de la coca, en circunstancias
en que los diferentes componentes de la alianza
estaban muy interesados en la compra de tierras.
Con los actores y el contexto específico del departamento
del Meta, se ha desarrollado el conflicto social y armado
de los últimos cuarenta años. Un último actor, las fuerzas
militares, se ha configurado en este conflicto como una
fuerza de lucha contraguerrillera pero que, en su accionar,
ha cometido diferentes violaciones a los derechos humanos
y al derecho internacional humanitario contra la población
civil de la región. Adicionado a lo anterior, la precaria
presencia del Estado ha estado básicamente representada
por las fuerzas militares, las cuales han tenido un papel,
más que de inversión social, de aparato represivo contra
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