La casa de convalescencia.indd - Ediciones B
La casa de convalescencia.indd - Ediciones B
La casa de convalescencia.indd - Ediciones B
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
—Ya lo verá, esta misma noche.<br />
Sunny resiste el impulso <strong>de</strong> hacer un comentario más áspero,<br />
un impulso que le colea en la cabeza como un nervio; los manteles<br />
no son su responsabilidad. Sin embargo, opta por practicar<br />
la paciencia. Por supuesto, porque Julia es una enferma y, en<br />
consecuencia, gruñona. Sunny no está obligada a que le guste<br />
Julia, y que le guste o no es lo <strong>de</strong> menos, porque los sentimientos<br />
personales suelen <strong>de</strong>jarse <strong>de</strong> lado en aras <strong>de</strong> un bien mayor.<br />
¿No es eso evi<strong>de</strong>nte<br />
Sunny abre con cuidado una puerta <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra que hay al<br />
otro lado <strong>de</strong>l pasillo para ver si la capilla está ocupada, vacilando<br />
en el umbral. Julia mira por encima <strong>de</strong>l brazo, ve la cruz<br />
vacía que cuelga al fondo, iluminada por la verdosa luz diurna<br />
que penetra por las ventanas sin cortinas <strong>de</strong>l lado umbrío <strong>de</strong>l<br />
edificio.<br />
—No, gracias —dice en voz alta, luego escon<strong>de</strong> la cara en<br />
el cuello <strong>de</strong>l abrigo <strong>de</strong> pieles, como una con<strong>de</strong>sa imaginaria. Y<br />
no mira a Sunny, sino que se aleja por el pasillo, andando torpemente.<br />
Visitan la Sala Ver<strong>de</strong>, llena <strong>de</strong> carnosas plantas exóticas tan<br />
húmedas y suaves como el pliegue interno <strong>de</strong> un codo, y <strong>de</strong>spués<br />
el Solárium, que Julia admira por sus ventanas; sin embargo,<br />
la Sala Radiante no parece tan acogedora ahora que el<br />
hogar <strong>de</strong> granito finlandés esta frío y vacío, y no le impresiona<br />
en absoluto.<br />
—No importa. Espere a que nieve y se alegrará <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r<br />
sentarse aquí —dice Sunny.<br />
Sabe que a Julia no le resultará fácil adaptarse a los horarios,<br />
y es normal. Esa primera noche, a la hora <strong>de</strong> cenar, la encuentra<br />
sentada en la silla <strong>de</strong> su habitación, mirando por la ventana. Ha<br />
vuelto a maquillarse y viste una falda negra y una blusa con<br />
una cinta beige en el cuello. Algunos dirían que es algo formal,<br />
quizá <strong>de</strong>masiado; no son tiempos prósperos para la mayoría.<br />
Sunny la acompaña abajo y la ayuda a encontrar un sitio don<strong>de</strong><br />
sentarse, bajo el techo rojo y entre vecinas ataviadas con vestidos<br />
<strong>de</strong> punto mucho más sencillos. Presenta a Julia. Se informa<br />
— 26 —