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Nº 056 - Cosas que me gustan

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aprovechó Jai<strong>me</strong> para apuñalar}!) en la garganta.<br />

Arrlaga grItó espantado. Pero ya Marcet daba las<br />

órdenes: ·-"A ver, ayúden<strong>me</strong> a llevar el cuerpo<br />

a. la letrina, alli se puede desangrar <strong>me</strong>jor y evitaremos<br />

<strong>que</strong> el piso se manche." Alzaga mantenía<br />

una vela encendida, hasta <strong>que</strong> recibió de<br />

Marcet la orden dE': aca.bar el degüello. Empuñó<br />

01 puñal, <strong>que</strong> continuaba en la herida, y le hizo<br />

un tajo cIrcular; Álvarez dejó de exIstir.<br />

Juan Pablo,· el más afectado por la horrIble<br />

~scena, recibió la orden de buscar el coche <strong>que</strong><br />

~staba esperando en la calle de las Torres (RivajavlaJ,<br />

mIentras los otros dos bajaban el cadáver<br />

a la sala. Marcet. aprovechó para <strong>que</strong>darse<br />

con el anIllo del muerto, co<strong>me</strong>ntando sarcástico,<br />

<strong>que</strong> ya no le servía de nada. Arriaga anunció <strong>que</strong><br />

el carruaje estaba en la puerta. JaI<strong>me</strong> llmpló<br />

sumaria<strong>me</strong>nte con su propia capa algunas manchas<br />

<strong>que</strong> divisó en la oscuridad reinante.y luego<br />

los tres se echaron el muerto al hombro; le habían<br />

puesto una venda en el cuello con un pañuelo<br />

para <strong>que</strong> no sa.n~rara tanto, y encima colocaron<br />

un ramo de violet.as <strong>que</strong> llevaba Juan Pablo.<br />

Jai<strong>me</strong> manejaba el coche mientras los otros mantenían<br />

el cadáver sentado, como si se tratara de<br />

un hombre total<strong>me</strong>nte borracho. Pensaban hablar<br />

fuerte y reírse por si encontraban a alguien por<br />

pI camino. Pero esa noche helada no hallaron a<br />

nadIe y se dIrIgIeron tranquila<strong>me</strong>nte hacIa Barracas<br />

por la calle larga, <strong>que</strong> los conduciría a<br />

Santa Lucia, el lugar de destIno. Y allí, claro, se<br />

hallaba la noria, <strong>que</strong> había fascinado, al cerebro<br />

del grupo. Ladraron 100S perros, pero al reconocer<br />

al amo enmudecieron en seguida. Y en el sllencio<br />

de la noch~, ios tres amigos -los cuatro---. se<br />

dirigieron al pozo. A t.aron una piedra al extremo<br />

de una cuerda <strong>que</strong> colgaba de la noria y el otro<br />

extremo 10 aseguraron al brazo de Alvarez. Luego<br />

echaron el cadáver al fondo.<br />

Era la una de la mañana cuando llegaron al<br />

centro. Debían toda vía ir a la tienda de Alvarez<br />

a robar. Devolvieron el coche y continuaron a<br />

pIe. En la tienda encendieron luces pensando <strong>que</strong><br />

a nadIe llamarían la atención por ser su dueilo<br />

tan noctámbulo, y todo lo regIstraron. Encontraron<br />

al fIn billetes de banco en un cajón y<br />

montones de onzas en un baúl. En total eran<br />

ochenta mil pesos, <strong>que</strong> se repartieron allí mIsmo.<br />

Sólo al termInar la operaCión, se dIeron cuenta<br />

de <strong>que</strong> sus tl'ajes estaban manchados de barro<br />

y de sangre.<br />

Ja1<strong>me</strong> se mostraba contento; sugirió <strong>que</strong> debían<br />

hacer desaparecer la ropa <strong>que</strong> llevaban puesta,<br />

pero tambIén aconsejó Ir al día sIguIente a la<br />

casa adonde se co<strong>me</strong>tiera el cri<strong>me</strong>n, con los sirvIentes<br />

para lavar las manchas y vestiglos. Luego<br />

Arrlaga debía devolver la llave a la dueña, dIcIendo<br />

<strong>que</strong> a Dehesa no le gustaba la casa. En<br />

cuanto se dIeran cuenta de la desaparIcIón de<br />

Alvarez, debían ser ellos los pri<strong>me</strong>ros en buscarlo:<br />

¡al fin y al cabo eran sus <strong>me</strong>jores amigos!<br />

El plan tan madurado, parecía perfecto.<br />

BUSQUEDA<br />

Efectiva<strong>me</strong>nte, a la mañana del 6 de Julio partieron<br />

los amigos, con sus mucamos respectivos<br />

TODO ES HISTORIA N9 56<br />

El jefe de polic/a don Gregario Perdriel acluó<br />

decisiva<strong>me</strong>nte en la investigación del cri<strong>me</strong>n<br />

de Alvare •.<br />

provistos de baldes, trapos y cal. Se les encargó<br />

llmplar a fondo las manchas de esa casa, lo <strong>que</strong><br />

se hizo durante varias horas. Los "señoritos decentes"<br />

eran incapaces de limpiar ellos mismos<br />

las manchas, aun<strong>que</strong> fuera para cubrir las huellas<br />

de su propIo crI<strong>me</strong>n. ¿LImpiar eHos ¿Agacharse<br />

con un trapo ¡Jamás!<br />

La tienda de la Recova Nueva <strong>que</strong>dó cerrada<br />

al día sIguíente. Era algo Insóllto, por<strong>que</strong> el prestamista<br />

casI nunca se alejaba de sus funcIones.<br />

Los tres delincuentes aparecieron por la noche y<br />

dieron grandes golpes hasta <strong>que</strong> los vecinos informaron<br />

<strong>que</strong> en todo el día no se había visto a<br />

Alvarez .. -"Estará durmiendo la mona en alguna<br />

parte", dIjo JaI<strong>me</strong> rIendo. El mIsmo había ido a<br />

ver al dueño del coche de alquller preguntándole<br />

sI no habia encontrado un puñal. ~UAquí está el<br />

suyo, señor", le contestaron, y Marc'et, lleno de<br />

ansiedad, vio <strong>que</strong> estaba llmpio de sangre. El<br />

dueño de la casa de alqulleres no le díjo nada<br />

más, pero lo <strong>que</strong> sucedía era <strong>que</strong> Jai<strong>me</strong> no recordaba<br />

<strong>que</strong> sólo se había empleado un puñal la<br />

noche anterior, el suyo, pues Alzaga no tuvo <strong>que</strong><br />

usar éste <strong>que</strong> habían perdIdo.<br />

Un día después, don Angel Alvarez inquirió por<br />

su herm~no. ¿A qUién se dirigió a los tres amigos,<br />

desde luego. Respondieron éstos <strong>que</strong> no sabían<br />

nada de Francisco. Pero el hermano entró<br />

en la tienda y pudo ver <strong>que</strong> había sido asaltada.

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