Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
EbPEEJR<br />
BEbEJS<br />
AbZAliA<br />
Ladrón de Guevara,.. haga entender a los vecinos..<br />
y al mundo todo, <strong>que</strong> mi corazón se resistió<br />
siempre al cri<strong>me</strong>n: <strong>que</strong> si lo co<strong>me</strong>ti fue<br />
por efecto de las malas compañías y <strong>que</strong> en<br />
cuanto a las verdades católicas nunca dudé de<br />
ellas y <strong>me</strong>nos en este trance fatal.<br />
Sirva pues, mi confesión, de satisfacción a mis<br />
<strong>que</strong>ridos padres, a mis dulces parientes y buenos<br />
amigos, y sirva de escarmiento al mundo civilizado.<br />
El Infeliz y desgraciado<br />
Juan Pablo Arrlaga<br />
"En la capilla, a las 9,30 de la mañana del 16<br />
de Septiembre de 1828".<br />
HUIDA<br />
Pocos <strong>me</strong>ses después, el coronel Manuel A.<br />
Pueyrredón se dirige al campa<strong>me</strong>nto del general<br />
Fructuoso Rivera en Corrientes por encargo del<br />
gobernador Dorrego. Pueyrredón realiza un largo<br />
Viaje desde Buenos Aires, pasa por Curuzú-Cutlá<br />
y por Yapeyú y se instala en Itaquí, donde se<br />
hallaba el ejército. Prefiere alojarse a ocho leguas,<br />
a ormas del arroyo Itu, en compañia del<br />
coronel porteño Manuel Escalada, jefe del Estado<br />
Mayor de ese ejército llamado "del Norte".<br />
"Una noche estando en ese paraje. fue llamado<br />
el señor Escalada por el general en jefe. Viendo<br />
<strong>que</strong> tardaba <strong>me</strong> <strong>que</strong>dé dormido. A las 12 de la<br />
noche volvió y <strong>me</strong> recordó para conversar.<br />
-lA <strong>que</strong> no es usted capaz, <strong>me</strong> dijo, de adivinar<br />
con qUién acabo de estar<br />
-Por supuesto <strong>que</strong> no, le contesté. No tengo el<br />
talento de la predicción.<br />
-Con el célebre Pancho Alzaga, repuso.<br />
Vino éste a ver al general Rivera <strong>que</strong> no <strong>que</strong>riendo<br />
hablarle le mandó a Escalada. Solicitaba<br />
tomar servicio en el ejército. Escalada le dijo,<br />
<strong>que</strong> eso no podía ser, <strong>que</strong> a<strong>que</strong>l ejército estaba<br />
a las órdenes del gobierno de Buenos Aires, el<br />
cual reclamaría. .<br />
Alzaga sostenía <strong>que</strong> era inocente, <strong>que</strong> le habían<br />
calumniado e InSiStió de tal modo en ser admitido,<br />
<strong>que</strong> Escalada se vio en la necesidad de contestarle:<br />
-Señor Alzaga, es preciso <strong>que</strong> usted sepa <strong>que</strong><br />
sus cómplices ya no existen.<br />
Alzaga se aterró. El no lo sabía; se cubrió el<br />
rostro con ambas manos y lo confesó todo. «¡Es<br />
cierto, señor, dijo, soy un criminal! ~<br />
El señor Escalada, sacó entonces 18 onzas de<br />
oro <strong>que</strong> le mandaba el general Rivera y le despidió<br />
diciéndole: