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Mesa 5: Pasado y presente del pensamiento de izquierda - CeDInCI

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<strong>Mesa</strong> 5 — <strong>Pasado</strong> y Presente <strong><strong>de</strong>l</strong> Pensamiento <strong>de</strong> Izquierda<br />

omar acha<br />

Progreso y nacionalismo<br />

convicciones persistían), y tampoco los márgenes teóricos contra los cuales <strong>de</strong>finía su propia especificidad eran<br />

idénticos. Si el término “evolución” aparecía en el título mismo <strong>de</strong> EIA, la impronta <strong>de</strong> su sentido poseía tantas<br />

divergencias como similitu<strong>de</strong>s con las certidumbres <strong>de</strong> antaño.<br />

La voluntad <strong>de</strong> constituirse en intérprete <strong>de</strong> la historia aparecía realizada en 1914 con una vocación <strong>de</strong><br />

autoconstitución en “filósofo” <strong>de</strong> la “argentinidad”. Esa búsqueda, que aparecía como como evolutivamente<br />

necesaria, era indudablemente el contexto en el cual el propio Ingenieros creía hallar su posición <strong>de</strong> intelectual<br />

<strong>de</strong> la nación. “Cuando nuestra raza llegue a contar en su historia intelectual un filósofo (...) habrá en su doctrina,<br />

a no dudarlo, algo nuevo y autóctono: la ‘argentinidad’” 6 . En este planteo, lo peculiar <strong><strong>de</strong>l</strong> enfoque presentado era<br />

que reconocía la cualidad ficcional <strong>de</strong> la peculiaridad “nacional”.<br />

Pocos años más tar<strong>de</strong>, en EIA, encontraba su horizonte en la malla <strong>de</strong> impugnación ética <strong>de</strong> la medianía<br />

intelectual, el conservadurismo moral y la quietud conformista que articuló la impronta ética ingenieriana <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

El hombre mediocre hasta Las fuerzas morales.<br />

Poseía la pretensión <strong>de</strong> incidir en un contexto a través <strong>de</strong> la narración <strong>de</strong> la larga historia <strong>de</strong> la imposición<br />

progresiva <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as emancipatorias respecto a las reaccionarias. El elemento don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>senvolvía el<br />

triunfo <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as progresistas era el tiempo. Nuestra interpretación sostiene que una noción progresista <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

tiempo, según la cual existe un sentido dado por el inevitable advenimiento <strong>de</strong> lo superior, otorgaba una fuerza<br />

ética a la escritura histórica ingenieriana 7 . Lo pasado estaba investido, así, <strong>de</strong> una carga valorativa negativa.<br />

Solamente eran rescatables en el pasado los mojones que llevaron a la condición actual, vista como superior a<br />

aquellos tiempos don<strong>de</strong> no primaba la razón y la ilustración contemporáneas. Los hombres (pues son ellos los<br />

actores <strong><strong>de</strong>l</strong> drama histórico narrado por Ingenieros) eran clasificados entre quienes trabajaban por el futuro y<br />

quienes se conformaban con el quietismo y, peor aun, por el retroceso a etapas consi<strong>de</strong>radas por Ingenieros<br />

como superadas. Existía, pues, una correlación estricta entre i<strong>de</strong>as políticas progresivas y futuro, y entre i<strong>de</strong>as<br />

políticas regresivas y pasado.<br />

Una tercera dicotomía se articulaba con estas convicciones: la nación argentina, que nacía <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los inicios <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

siglo XIX, y el feudalismo que se reconstituyó luego <strong>de</strong> la <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong> los i<strong>de</strong>ales <strong>de</strong> la revolución <strong>de</strong> 1810.<br />

Naturalmente, Ingenieros hacía sistema entre la nación y el progreso y entre la dispersión “feudal” y la reacción.<br />

Finalmente, en nuestra opinión, en su escritura funcionaba una última dicotomía: por un lado estaban las<br />

élites ilustradas que pugnaban por la constitución <strong>de</strong> la nación argentina bajo los estandartes <strong><strong>de</strong>l</strong> futuro, y por<br />

el otro estaban los caudillos retrógrados y las masas que eran, o bien —ellos— pérfidos en el<br />

<strong>de</strong>smembramiento <strong>de</strong> la nación en las provincias don<strong>de</strong> eran caudillos, o bien —en el caso <strong>de</strong> las masas—<br />

estas poseían una mentalidad bárbara que no les permitía compren<strong>de</strong>r las propuestas <strong>de</strong> las minorías<br />

ilustradas.<br />

El <strong>de</strong>senvolvimiento histórico <strong>de</strong> los i<strong>de</strong>ales eran anudados a la civilización y a esta seguía la formación <strong>de</strong> la<br />

nación argentina. Sin hallar un origen arcaico <strong>de</strong> la nación, Ingenieros reconocía en la conquista española el<br />

embrión <strong>de</strong> la nación futura. Y es que si la nación era también el signo que <strong>de</strong>notaba el progreso, en un<br />

Ingenieros que nunca abandonó sus convicciones ilustradas éste se entendía como el ingreso <strong>de</strong> la naciones<br />

americanas al camino <strong>de</strong> la civilización europea. “Las nuevas naciones que en estos territorios van sustituyendo<br />

progresivamente a los imperios y tribus en que se agrupaban las razas indígenas, continúan la historia <strong>de</strong> las<br />

razas blancas inmigrantes; el título <strong>de</strong> civilizadas sólo suele discernírseles en la justa medida en que a la<br />

mestización inicial ha sucedido el predominio <strong>de</strong> la sangre aria” (I, 12). Este retorno <strong>de</strong> la clasificación <strong>de</strong> razas<br />

edición en cinco tomos correspondientes al volumen 13 <strong>de</strong> las Obras Completas (Buenos Aires, Elmer, 1956).<br />

6 J. Ingenieros. Las direcciones filosóficas <strong>de</strong> la cultura argentina. Buenos Aires, Eu<strong>de</strong>ba, 1973 (originalmente publicado en la Revista <strong>de</strong> la Universidad<br />

<strong>de</strong> Buenos Aires, en 1914), p. 7.<br />

7 Nuestra interpretación <strong>de</strong> EIA pue<strong>de</strong> compren<strong>de</strong>rse como una aplicación <strong><strong>de</strong>l</strong> concepto <strong>de</strong> “narrativa ejemplar” y una <strong>de</strong> una subordinada “narrativa<br />

crítica”, según la clasificación <strong>de</strong> retóricas históricas <strong>de</strong> Joern Rüsen. Zeit und Sinn. Strategien historischen Denkens. Frankfurt/Main, 1990, esp. pp.<br />

153-230. I<strong>de</strong>m. "Historical Narration: Foundation, Types, Reason", en History and Theory, vol. 26, no. 4 (Beiheft), pp. 87-97. Por la primera, Ingenieros<br />

hallaba en todo momento histórico una luz <strong>de</strong> progresividad, que tenía la virtud <strong>de</strong> mostrar más agudamente las faltas <strong>de</strong> los sectores reaccionarios.<br />

Por la segunda, el pasado no enseñaba totalmente todo lo que restaba por realizar, porque el pasado siempre <strong>de</strong>bía ser superado. Des<strong>de</strong> luego, entre<br />

ambas narrativas existe cierta contradicción lógica. Sin ser dialéctico, Ingenieros no se atenía rigurosamente al principio <strong>de</strong> educación.<br />

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