Mesa 5: Pasado y presente del pensamiento de izquierda - CeDInCI
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<strong>Mesa</strong> 5 — <strong>Pasado</strong> y Presente <strong><strong>de</strong>l</strong> Pensamiento <strong>de</strong> Izquierda<br />
Blas <strong>de</strong> Santos<br />
Subjetividad, memoria y polítca<br />
posibilidad. Por eso, los márgenes <strong>de</strong> opción <strong>de</strong> esos sentidos en los que se que dan y recrean las i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s<br />
rectoras <strong><strong>de</strong>l</strong> comportamiento subjetivo se extien<strong>de</strong>n <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el retorno a aquellas realizaciones—reales o<br />
fantaseadas—alguna vez probadas o anheladas, hasta los <strong>de</strong> la aventura <strong>de</strong> apostar a todo lo todavía por conocer.<br />
Lo atractivo <strong>de</strong> esta posibilidad no <strong>de</strong>be ocultar las dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la subjetividad para alcanzarla. El<br />
hecho es que cuando se piensa el tránsito <strong>de</strong> subjetivida<strong>de</strong>s concretas, es <strong>de</strong>cir históricas, hay que consi<strong>de</strong>rar<br />
no sólo la potencia <strong>de</strong> lo por todo-por-hacer sino también la experiencia <strong>de</strong> lo todo-ya-hecho en ese momento<br />
originario <strong><strong>de</strong>l</strong> sujeto en el que culminó su pre-historia y <strong>de</strong> cuya omnipotencia aun guarda nostalgia. Un<br />
origen que, al no contar con los recursos psíquicos que en ese acto se constituían, permanece para siempre<br />
ro<strong>de</strong>ado <strong><strong>de</strong>l</strong> prestigio <strong>de</strong> lo creado <strong>de</strong> la nada. Es por eso que las fuerzas que la subjetividad podrá remitir a la<br />
experiencia estarán marcadas siempre por el recurso mítico a esa omnipotencia que en el inicio lo rescató <strong>de</strong><br />
la inermidad. De ahí la funcionalidad <strong>de</strong> recurrir a su auxilio ante las incertidumbres <strong>de</strong> lo por-venir, que<br />
arriesgan los nuevos sentidos cuando la realidad contradice los consagrados en el pasado. En esa situación<br />
la subjetividad coloca a la memoria en la encrucijada <strong>de</strong> servir a su regresión (volver a lo que ya fue) o a su<br />
proyecto (buscar lo aun-no-sido).<br />
V.<br />
La historia pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rse como el trabajo político <strong>de</strong> la memoria operando entre las tensiones que el <strong>de</strong>venir<br />
<strong>de</strong> la vida opone a la inercia <strong>de</strong> lo vivido tratando <strong>de</strong> rescatarse <strong>de</strong> la regresión al pasado. Hacer historia<br />
es entonces hacer futuro. La construcción histórica proce<strong>de</strong> introduciendo un corte en el continuo <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado<br />
al inscribir el todo <strong>de</strong> lo acontecido en las coor<strong>de</strong>nadas, imaginarias y simbólicas, en las que encuentra una<br />
significancia política. Esta operación implica el pasaje, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la inmediatez plena e intransmisible <strong>de</strong> lo vivido,<br />
al plano comunicable pero discreto, <strong>de</strong> lo discursivo. O sea, la <strong>de</strong> la abstracción, la objetivización y la universalización<br />
propia <strong><strong>de</strong>l</strong> concepto. Una transcripción que involucra la transposición <strong><strong>de</strong>l</strong> sentido <strong>de</strong> lo personalprivado<br />
al or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> lo público y el acceso <strong>de</strong> la construcción <strong>de</strong> significaciones al campo <strong>de</strong> lo colectivo y a la<br />
participación <strong>de</strong>mocrática, igualitaria y libre <strong>de</strong> su gestión cualquiera sea las condiciones en que <strong>de</strong>ba llevarse<br />
a cabo. En ese pase, lo incomparable e intraducible <strong>de</strong> las propias historias, se re-escribe como materia <strong>de</strong> la<br />
Historia <strong>de</strong> todos. En esta perspectiva el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> clase o <strong>de</strong> género no <strong>de</strong>be sustituir, sino integrar la<br />
<strong>de</strong> totalidad humana términos <strong>de</strong> un conflicto en el que, aun bajo formas <strong>de</strong> articulación o antagonismo, <strong>de</strong>bería<br />
incluirse. El problema ocurre cuando nuevas realida<strong>de</strong>s exponen a la subjetividad a que arriesgue su i<strong>de</strong>ntidad,<br />
<strong>de</strong>scartando antiguas significaciones o resignificándolas Este riesgo es el <strong>de</strong> una periodización <strong>de</strong> lo vivido<br />
en exclusividad, que siente como pérdida resignar esa privacidad ilusoria amenazada por la inclusión en<br />
los universos <strong>de</strong> sentido compartidos ganando, en cambio, la falta <strong>de</strong> objetividad que la universalidad <strong>de</strong> lo<br />
común pudieran darle.<br />
La inmediatez <strong>de</strong> una propiedad, tan cierta y cercana como que es la <strong><strong>de</strong>l</strong> eco <strong>de</strong> su amor propio, temiendo ser<br />
expropiada si comparte la participación en representaciones ajenas a las familiares y en las que sólo a través<br />
<strong>de</strong> su equivalencia metafórica podrá reconocer aquella unidad intransferible cuando <strong>de</strong>je <strong>de</strong> lamentarse <strong>de</strong><br />
haberla perdido. Esta operación supone el olvido <strong>de</strong> ese patrimonio fantaseado que condicionaba su <strong>de</strong>seo al<br />
goce <strong>de</strong> atesorarlo sólo para sí, pero es la misma que abre al “recuerdo” <strong>de</strong> lo inédito: la invención <strong>de</strong> las formas<br />
—razón <strong>de</strong> la disputa política—<strong>de</strong> solidarizarse o aprovecharse <strong><strong>de</strong>l</strong> otro, su semejante, para po<strong>de</strong>r alcanzar<br />
su satisfacción.<br />
En esta dialéctica, ni la subjetividad ni la política se antece<strong>de</strong>n como causa, en tanto que ambas tienen lugar<br />
en la misma anticipación recíproca que las funda a la vez. Una secuencia mutua <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminación que transcurre<br />
en ese tiempo <strong>de</strong> conjugación que es el futuro-anterior.<br />
VI.<br />
En la opinión pública circula la creencia <strong>de</strong> que muchos <strong>de</strong> los males <strong>de</strong> la actual situación política se <strong>de</strong>ben a<br />
que nuestra sociedad pa<strong>de</strong>ce un déficit <strong>de</strong> memoria. Una suerte <strong>de</strong> amnesia <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado político reciente. Estaría<br />
<strong>de</strong> acuerdo si <strong>de</strong> esa forma se estuviera aludiendo al efecto paradojal provocado por ese exceso <strong>de</strong> rememoración<br />
<strong>de</strong> lo vivido al que asistimos. La prueba <strong>de</strong> ese uso estéril <strong>de</strong> la memoria es la recurrencia <strong>de</strong> las<br />
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