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Mesa 5: Pasado y presente del pensamiento de izquierda - CeDInCI

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<strong>Mesa</strong> 5 — <strong>Pasado</strong> y Presente <strong><strong>de</strong>l</strong> Pensamiento <strong>de</strong> Izquierda<br />

omar acha<br />

Progreso y nacionalismo<br />

Jorge Abelardo Ramos<br />

De la convicción nacionalista reconocida como propia por el mismo Ramos surge <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el vamos la tematización<br />

<strong>de</strong> la nación, y como su contrapartida permanente, la amenaza colonialista. Puesto que su nacionalismo<br />

era básicamente romántico, este <strong>de</strong>cía fundarse en las élites sino en las masas. Por las condiciones <strong>de</strong> la Argentina,<br />

esta predilección se trastocaba en un enfrentamiento entre el Interior y el Litoral-y-Buenos Aires. De<br />

esta matriz es que los individuos, más representantes <strong>de</strong> opciones respecto a la nacionalidad que a la clase<br />

social, adquirían su significado <strong>de</strong>cisivo. Si la creencia marxista fortaleció en Ramos la confrontación <strong>de</strong> la acción<br />

humana con las posibilida<strong>de</strong>s económicas y las clases, el fundamento nacionalista amplificó la responsabilidad<br />

<strong>de</strong> los individuos. En efecto, los individuos totalizan las (generalmente dos) actitu<strong>de</strong>s elegidas en el<br />

choque entre Nación e Imperialismo.<br />

Intentaremos <strong>de</strong>sglosar la confluencia <strong>de</strong> marxismo y nacionalismo. Señalemos, en primer término, la consistencia<br />

con que una cierta lectura <strong><strong>de</strong>l</strong> marxismo conectaba con su comprensión <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>venir nacional. El enfrentamiento<br />

binario entre dos clases sociales es una figura cara al marxismo, al menos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> El manifiesto comunista.<br />

Mientras esa mirada dicotómica encuentra modificaciones en la textualidad marxiana (como en El<br />

dieciocho Brumario <strong>de</strong> Luis Bonaparte), en Ramos fue casi absolutamente dominante. Para él siempre nos<br />

hallaríamos en vistas <strong>de</strong> oposiciones binarias, ética y políticamente juzgables. Veremos en esto una <strong>de</strong>cisiva<br />

estrategia para construir un relato dramático <strong>de</strong> la historia.<br />

La oposición fundante en Ramos era aquella entre la nación y el imperio que intenta sojuzgarla. Esa condición<br />

es la propia <strong>de</strong> su historia: la historiografía <strong>de</strong>berá contar las peripecias <strong>de</strong> esta titánica disputa. Si bien los<br />

caracteres culturales son importantes para la comprensión <strong>de</strong> la nacionalidad, el fundamento <strong>de</strong> la misma es<br />

la unidad económica. Para Ramos lo que hoy se <strong>de</strong>nomina América Latina (excluido el Brasil) y España formaban<br />

una unidad nacional que fue “balcanizada” por los intereses imperialistas ingleses. En significado más<br />

profundo y efectivo a largo plazo <strong>de</strong> la emancipación <strong>de</strong> la península fue la <strong>de</strong>sintegración <strong>de</strong> la nación hispanoamericana,<br />

que con<strong>de</strong>nó sus economías a la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia 9 .<br />

Sin embargo, no <strong>de</strong>bemos plegarnos al carácter romántico en su concepción <strong>de</strong> la nacionalidad (y <strong>de</strong> su figura<br />

cuasihumana, la nación). Con ello se nos hará más que evi<strong>de</strong>nte la lejanía <strong>de</strong> su concepción con la historización<br />

<strong>de</strong> la “nación” que es hoy una opinión dominante. Antes que una construcción, para Ramos era un supuesto,<br />

y uno que reposa, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> en la coherencia <strong><strong>de</strong>l</strong> sistema económico y el político, en ciertos caracteres<br />

culturales. El más importante <strong>de</strong> todos ellos es el idioma. Siempre acusó Ramos a aquellos y aquellas que<br />

se expresaban en otras lenguas que el castellano. Así, V. Ocampo y J. L. Borges traicionaban su obnubilación<br />

con lo extranjero mediante su admiración por otras escrituras 10 . Ramos no perdonaba a Milcía<strong>de</strong>s Peña -entre<br />

otras cosas- el utilizar literatura en inglés: se lo endilgaba como una <strong>de</strong>bilidad sintomática <strong>de</strong> su “cipayismo”.<br />

El español, en cambio, era un índice <strong>de</strong> la permanencia en un campo <strong>de</strong> comunicación básico y primordial.<br />

Ramos no apelaba a una sustentación étnica <strong>de</strong> la nacionalidad, ni a una consistencia dada por una esencia<br />

telúrica. Si bien esta existía (lo veremos en el caso <strong>de</strong> los caudillos), la comunidad parecía dada por el lenguaje<br />

compartido. Ramos no atinaba a cuestionarse los orígenes <strong><strong>de</strong>l</strong> “español” (que es en realidad castellano),<br />

y si otras lenguas, como el guaraní o el quechua no serían tan o más fundamentos <strong>de</strong> la comunidad nacional<br />

latinoamericana. No veía el carácter ficticio e histórico <strong><strong>de</strong>l</strong> idioma “nativo” <strong>de</strong> la Argentina 11 .<br />

La <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> los intereses nacionales es entendida en términos <strong>de</strong> “nacionalismo”, pero no <strong>de</strong> uno cualquiera.<br />

Dos dicotomías buscaban legitimar el nacionalismo con un universo discursivo izquierdista siempre suspicaz<br />

ante los reclamos particularistas. Por una parte encontramos la distinción entre nacionalismo oligárquico y<br />

nacionalismo <strong>de</strong>mocrático. El primero, i<strong>de</strong>ntificado con los intelectuales que quisieron guiar i<strong>de</strong>ológica y prác-<br />

9 “Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la formación <strong>de</strong> la 'nación', en realidad, esa in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia fue prematura en el sentido <strong>de</strong> que truncó todo posterior<br />

<strong>de</strong>senvolvimiento autónomo <strong>de</strong> la economía continental. América Latina fue sometida por el capitalismo europeo, que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> 'balcanizarla', la<br />

arrastró y adaptó en su carrera como un complemento colosal <strong>de</strong> sus metrópolis industriales” Ramos, América Latina: un país, p. 8.<br />

10 Ver Ramos. (1954) Crisis y resurrección <strong>de</strong> la literatura argentina. Buenos Aires, Indoamérica. 2da. ed. Coyoacán, 1961.<br />

11 Ver, sobre la imposibilidad <strong>de</strong> hallar un “fundamento” <strong>de</strong> la nacionalidad en una lengua “propia”, Hobsbawm. Naciones y nacionalismo <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

1780.<br />

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