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Mesa 5: Pasado y presente del pensamiento de izquierda - CeDInCI

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<strong>Mesa</strong> 5 — <strong>Pasado</strong> y Presente <strong><strong>de</strong>l</strong> Pensamiento <strong>de</strong> Izquierda<br />

omar acha<br />

Progreso y nacionalismo<br />

no poseer un significado histórico positivo. Se ha dicho, no sin razón, que todo se resuelve en un juego <strong>de</strong><br />

camarillas que manipulan a las masas, don<strong>de</strong> la lucha <strong>de</strong> clases se diluye 37 . Pero también se diluye la cultura,<br />

las tradiciones, las resignificaciones, las tensiones y tergiversaciones 38 .<br />

Una lectura posterior <strong>de</strong> la actuación <strong>de</strong> la clase obrera durante el gobierno peronista y luego <strong>de</strong> su caída en<br />

1955 se apoya en una distinción sociológica que aspira a la precisión. Estudia allí el conservadorismo y quietismo<br />

<strong>de</strong> la clase obrera, que no lucha ni luchó —<strong>de</strong> acuerdo a Peña— por la traición <strong>de</strong> la burocracia sindical<br />

sino por ten<strong>de</strong>ncias intrínsecas a la clase en su situación. Peña intenta rebatir las confianzas burdas en el carácter<br />

ontológicamente revolucionario <strong>de</strong> la clase obrera. Para apoyar su visión señala los sucesos y situaciones<br />

en los cuales la clase obrera era una “mera masa <strong>de</strong> maniobra, una imponente multitud <strong>de</strong> extras convocados<br />

al teatro político para representar la farsa histórica <strong>de</strong> la revolución peronista”, sin que pueda apelarse<br />

en qué medida en esa “farsa” se presentaba un contenido irreductible a la i<strong>de</strong>ología <strong>de</strong> alianza <strong>de</strong> clases <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

gobierno peronista.<br />

Otra prueba que aduce Peña es la sumisión <strong>de</strong> los trabajadores a las direcciones sindicales, <strong>de</strong> las cuales no<br />

son sino “una excelente masa <strong>de</strong> maniobra”, sin que la relación fuera <strong>de</strong> una tensión más dialéctica con momentos<br />

en que la acción espontánea u organizada <strong>de</strong> la clase escapara a los acuerdos a que propendía la<br />

burocracia sindical. Esa apertura <strong>de</strong> lo posible y la acción es suturada por el reformismo absoluto asignado a<br />

la clase obrera, reconocida aun como la clase con mayor probabilidad <strong>de</strong> transformar la sociedad en un sentido<br />

socialista 39 .<br />

Consi<strong>de</strong>raciones finales<br />

Este breve recorrido nos muestra las tensiones a que siempre estuvieron sometidas las representaciones históricas<br />

<strong>de</strong> la historiografía <strong>de</strong> <strong>izquierda</strong>s. Ingegnieros pertenece a una época muy diferente a la <strong>de</strong> Peña y<br />

Ramos, y los conceptos que conducen su progresismo y su nacionalismo obe<strong>de</strong>ce a otros parámetros teóricos.<br />

Pero así como todo su “i<strong>de</strong>alismo” <strong>de</strong> la experiencia finalmente se dirigía a consolidar a la nación, pue<strong>de</strong><br />

acaso verse <strong>de</strong> manera muy diferente el nacionalismo que en Ramos incrustaba la liberación nacional como<br />

el modo específico <strong>de</strong> darse el socialismo en una semicolonia. La aceptación <strong>de</strong> esta categoría por Peña<br />

compartía el reclamo “antiimperialista” <strong>de</strong> una nación económicamente soberana. El tipo <strong>de</strong> marxismo que <strong>de</strong><br />

manera más orgánica empleaba Peña, sin embargo, no obstaba para que el progresismo a pesar <strong><strong>de</strong>l</strong> tragicismo<br />

señalado por Tarcus, marque en aquel el sentido <strong>de</strong> la valoración histórica. Una lucha se <strong>de</strong>fine, en última<br />

instancia, por las “tareas” que cumple y no por los sufrimientos que amparó.<br />

Pensando algunos <strong>de</strong> los <strong>de</strong>safíos <strong>de</strong> una historiografía <strong>de</strong> <strong>izquierda</strong>s hoy, vemos que ninguno <strong>de</strong> estos autores<br />

abandonó alguna forma <strong>de</strong> filosofía <strong>de</strong> la historia progresista, aunque los matices existen. Por otra parte,<br />

la existencia <strong>de</strong> la nación y la necesidad <strong>de</strong> su emancipación encuadraban los procesos a través <strong>de</strong> los cuales<br />

mostraban sus exigencias. En ellos no hay una historia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> abajo, quizás porque entonces no podía<br />

haberla. No cuestionaban la originalidad <strong>de</strong> la nación, acaso porque el nacionalismo fue durante dos siglos<br />

una creencia no cuestionable. Frente a las recuperaciones nostálgicas y “militantes” <strong>de</strong> las historiografías <strong>de</strong><br />

<strong>izquierda</strong>s, parece más pertinente para la hora <strong>presente</strong> también sopesar sus limitaciones.<br />

37 Coggiola, Osvaldo. El trotskismo en la Argentina: 1960-1985. Buenos Aires, Centro Editor <strong>de</strong> América Latina, 1986, vol. 1, p. 18.<br />

38 Sólo a título indicativo, Hall, Stuart. “Notas sobrel a <strong>de</strong>construcción <strong>de</strong> ‘lo popular’”, en Samuel, R. (ed.) Historia popular y teoría socialista.<br />

Barcelona, Crítica, 1984, pp. 93-109.<br />

39 Peña, “El legado <strong><strong>de</strong>l</strong> bonapartismo”, op. cit., p. 292.<br />

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