ApuntesbrevessobrereencarnaciónenCubaApuntesbrevessobrereencarnaciónenCubaApuntesbrevessobrereencarnaciónenCubaApuntesbrevessobrereencarnaciónenCubamay keli g lesiasA ESTE PASO que vamos las cubanas y cubanos, nos será muydifícil reencarnar en algo, prácticamente imposible; mucho menosen un animal. Empiezo por situarme como un individuo quedeclara ante la masa escéptica su rotunda negativa a aquellahipótesis de la transmigración de las almas. Al menos por ahora,me niego por completo a reencarnar en un insecto, quizás ennada, ni siquiera en gato negro, porque a decir verdad, me pareceimprobable de que en esta isla o archipiélago antillano,esa especie de felinos tenga siete vidas.Cada vez que medito acerca del futuro y se posan en mimente algunas nubes fértiles, como es el caso de la obra deAugusto Monterroso, quien no sé si con perfecta ironía o realidad,o tal vez con ambas cosas, deseara renacer mediante elarquetipo de una mosca; reparo en cuán dichosas son esas civilizaciones,esa gente que puede soñar, imaginar, futurizar,atribuirle variopintas formas a su fe; porque el tiempo y losorgasmos de sus eras les conceden razones, intuiciones y esperanzaspara ello, o en definitivas cuentas, les permite a sus seresproveer sus sueños, con diferentes modelos de existencia.Nótese bien, querido lector del mundo. Ya sea usted unauténtico fruto de Cuba, o alguien a quien le resbala nuestrogentilicio. Que desde el mismo comienzo de este artículo, eleje de mi meditación no se dirige contra aquellas cosmogonías,que en más de un lugar de este planeta nos han sido presentadas,a modo de esperanza, salvación, o simplemente comouno de los posibles resultados de esa tan estresante energíahumana, la cual una vez que germina, no se puede destruira sí misma, acaso transformarse en algo, memoria y olvido, fuerevacío, paraíso, inferno, o fuese nada.El punto de miras de mi introspección, va directo al ahora.Tiene como objeto el modo en que nos proyectamos hoy,el presente inseguro, rebelde a tratamiento, que se nos manifiestainconquistado y por ende, hace del porvenir una casamuy lujosa, un pent-house trascendental e inefable. Es que ennuestro país, conjugamos en demasía mañanas y ayeres, de talforma, que esta actualidad, suele vengarse con castigos inimaginables,pasando de largo y por encima esa máxima de otroescritor formidable, de esos que nos conmueven por su síntesisiluminada. Los seres se hacen estares, decía Antonio Machado,el poeta. Es cierto que sucede a veces, maestro; pero hay momentosen la patria en que los seres se hacen estuvieron, estuvimos,estaremos y estaríamos.Si ya he arrojado mis prendas interiores al aire, me creocon derecho para hacerle el harakiri al animal endémico dedonde he nacido. Les anuncio que seré pacífico, no intentarématar ni siquiera un mosquito, ni erigirme en juez y parte demi propia tierra; pero debo ser honesto y más que honestotransparente con sus mutaciones cívicas, si no estaría siendocómplice con los que la violan, y más que el sacrificio deabrirnos el vientre; estaría cometiendo el pecado de ayudar aque nuestras heridas se cierren en falso. No sé si es peor eso,o una cura de caballos inhumana, digo, inanimal; porque amuchos solo les importa, que haya gente todavía apostando enilusorios hipódromos por la Revolución.De este Pinar del Río desde donde aspiro, a ser todos losdías más humano-ciudadano-cubano-universal, provincia que apesar de hallarse mutilada muy recientemente en proporcionesfísicas —luego de nuevas e inconsultas divisiones políticasApuntes breves sobre reencarnación en Cuba{ V●61 }
Meditaciónde unpoetaoccidentalnacido enuntiempo endondesonmáshéroes losqueluchancontra unenemigo,pordemásabstracto,queaquellosqueseesfuerzanporhaceramigos;siendo losdeestaúltimacategoría,másbien,unaMeditaciónde unpoetaoccidentalnacido enuntiempo endondesonmáshéroes losqueluchancontra unenemigo,pordemásabstracto,queaquellosqueseesfuerzanporhaceramigos;siendo losdeestaúltimacategoría,másbien,unaMeditaciónde unpoetaoccidentalnacido enuntiempo endondesonmáshéroes losqueluchancontra unenemigo,pordemásabstracto,queaquellosqueseesfuerzanporhaceramigos;siendo losdeestaúltimacategoría,másbien,unaespeciespeci especie de e de e deantih antih antihéroes éroes éroesanacr anacr anacrónicos ónicos ónicosm a y k e l i g l e s i a sadministrativas—, y hace mucho más tiempo en dimensión espiritual;y aún mantiene muy a pesar de todo, uno de los reservoriosflorales y de fauna más pródigos y diversos de todaCuba. Asisto a una época en que la nobleza de nuestra identidad,reconocida con humor de ingenuidades y de gente incapazde matar una mosca, ha sido trocada por violencias quepocos ancestros llegaron a pensar.Solo basta con mirarnos al espejo y reparar en el modoen que abordamos una guagua, o fijarse en el estilo de un cocheroque maniobra algún quitrín más rústico que sus antepasados,con destino al epicentro del pueblo, periferia; cuandolleva a los obreros al trabajo, niños a sus escuelas, va caminoal policlínico o al hospital. Y más que nada al regreso detodos esos sitios cotidianos, en donde un par de equinos o unfamélico corcel en solitario, raza penco criollo, cubano, Caribe,insular, jalando de un coche atestado de gente, hace realidada sus contemporáneos ese milagro de volver a casa consalud y vida. No sin antes sufrir latigazos, insultos verbales yajetreos típicos del lado más oscuro del Medioevo; para llegara su meta, puñado de yerbas incluido.Razones semejantes a estas, coartan en mi mente todapresunción de renacer en forma de caballo o perro. Aunquealgún día gente más civilizada que las de mi generación, losdeclare héroes de la naturaleza por sus tantas hazañas y sustolerancias para con los hombres.¿Entonces qué dejamos para los mosquitos, a esos seresa quienes se les ha declarado, por supuesto, en el nombre dela paz, una suerte de santísima guerra, estrategia con lenguajebelicista que promueve la ofensiva contra el enemigo y declaralegítimo invadir la privacidad de nuestras casas, con esosuniformados grises, bazuca humeante en mano, insecticida y,permiso para fumigar, registrar, husmear; hasta en los vasosmás espirituales?¿Son daños colaterales la alergia provocada a seres vivos,en pos de prevenir el dengue, la malaria, las mosquitasmuertas, cucarachas, mariposas y la repoblación creciente enlugares desacostumbrados de hormigas ya no locas ni bravas,sino del tipo santanicas o santanillas, mucho más rebeldes quesus predecesoras? ¿Se consigue perdurable bienestar anteponiendopreventivos fines bajo el menosprecio de los medios yde los principios? Se le pone complicado el escenario al soñadorecologista, que no piensa solamente en reencarnar en algo,sino en hallar y servir a sus congéneres, con el genuino sentidode su propia carne.En este lado del mundo, en el cual todavía defender losderechos humanos pacíficamente es actitud contracorriente,hereje, ilógica, casi contranatural; los derechos animales soncontados entre los anhelos del reino del absurdo. No quiereesto decir, que no existan científicos, ateos, religiosos, y genteal fin en la nación, sensible y coherente con el tema. El problemaes que se necesitan muchos corazones, hechos, manos;muchas más de las que hoy promueven la armonía entre todaslas especies y no la tiranía del hombre sobre la serpiente y lapaloma. Si no pregúntenle a los canes, tomeguines y a esos gallos,que solo por dinero o por aburrimiento, cubanas y cubanosechamos a pelear. No quiero ser un ave de ese tipo, peromil veces menos, el hombre que maltrata a un animal. [●]Meditación de un poeta occidental nacido en un tiempo en donde son más héroes los que luchancontra un enemigo, por demás abstracto, que aquellos que se esfuerzan por hacer amigos; siendolos de esta última categoría, más bien, una especie de antihéroes anacrónicos.{ V●62 }
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