A p r o i n • 38fotos: Miguel FontMallorca (Sa Illa)LMiguel Font RosellLla isla de mallorca, “la mayor” delLarchipiélago balear, quizá la más signifi-Lcativa referencia turística del Mediterrá-Lneo, tiene una extensión de unos 3.640Km2, casi el doble de Tenerife, la mayorisla de canarias. la habitan 800.000 habitantesde los que la mitad están en sucapital, palma. Acceden a ella, la mayoríapor su aeropuerto de Son San juan,un total de 12 millones de visitantes alaño, dispone de 12 campos de golf, infinidadde playas y calas de arena blancay aguas cálidas y cristalinas, y aunquegran parte de la isla es llana de coloresy primavera, con olivos centenarios, sufrente noroeste es absolutamente montañoso,con picos que llegan hasta los1.445 m de altitud del puig Major, enla sierra Tramuntana. Una isla dondepasado y presente se dan la mano encada esquina, donde el noble y el canallarivalizan en protagonismo, un lugaren el que no hay cultura que no hayadejado su impronta, donde las sensacionesy la belleza de unos paisajes fuertesy milenarios se dan la mano en naranjasatardeceres, seguidos de luminosas nochesy amaneceres tranquilos. Es el azulMediterráneo, un lugar entre Algecirasy Estambul..., es “sa illa”.Vámonos unos días a Mallorca, ¿unasemana?, venga.Son San juan, largo, grande, algocaótico, mosaico de razas, colores y equipajes,es la entrada en la isla, a cualquierhora del día o de la noche, donde civilizadosalemanes, paletos ingleses, horterasrusos, ruidosos italianos, vanidososfranceses, ansiosos nórdicos, se entrecruzanentre los que van y vienen buscandosol y playa como locos, rojos en retirada,blancos llegando, sumándose a una bulliciosaactividad que hace del aeropuertomallorquín el de mayor tráfico del añoen determinadas fechas y el segundo otercero a lo largo del resto.De entrada, el simple hecho de alquilarun coche, hace que en el mayor de
39 • Ap r o i ndo la lupa un poco mas, la enorme riquezaarquitectónica de su casco viejo,donde sobre todo el modernismo destacaalegremente sobre un mosaico depalacetes, residencias, iglesias y casasseñoriales, perfectamente conservadastodas ellas, nos lleva a callejear un trazadode señaladas reminiscencias árabes,bien documentadas, que contribuyena dar y aclarar misterio a la visita.Solo dos presencias, la Catedral y elPalau de la Almudaina requieren todala mañana. Con la Seu nos encontramosante una de las mayores catedrales deEspaña, y no solo eso, sino ante una delas más originales con un altar único enel mundo. Con impresionantes muestrasde arte gótico (principios del siglo XIV),manierista y barroco, de planta rectangularcompuesta por tres naves, en lasque la central es enorme, tanto en plantacomo en altura, dispone de la originalidadde haber sido reformada en multitudde detalles entre 1904 y 1914 porAntonio Gaudí, para mi, el más grandede los arquitectos españoles en toda suhistoria, ese hombre absolutamente renacentistade formación, en su sentidopleno, donde fondo y forma se dan lamano estrechamente, pero impregnadode una libertad de acción no solo de unaoriginalidad inédita, sino de aquello queconstituye la base del arte, lo que emociona,lo que ante su contemplación tepone la piel de gallina, te produce escaloscasos, siendo tan fuerte la demanda,debas ir en un autobús de la compañíaa recogerlo a cierta distancia, maniobraque habrá de repetirse a la vuelta y quete obliga a hacer un cálculo delicado parano perderte el regreso. Por otra parte lacercanía a la capital ayuda en positivo.Pero ya estamos en Palma, el antiguonombre romano de la ciudad,frente a su bahía, la que les indujo afundarla, aquel establecimiento quemás tarde los árabes ampliaron e hicieronde ella el vergel que llevó a JaimeI el Conquistador a expresar el encontrarseante la ciudad más bella quehabían contemplado sus ojos.A primera vista, tres cosas destacansobre el resto, la catedral (sa seu), elcastillo de Bellver y la marabunta deyates que pueblan la bahía. Acercan-lofríos y te suelta las lágrimas, la subjetividaddel arte. Reconozco que pasa pocasveces, pero a mi, afortunadamente, meha ocurrido en varias ocasiones. Por otraparte, una de las naves menores ha sidoredecorada de forma original por el pintormallorquín Miquel Barceló, algo quesiendo muy generoso, supongo que tambiénpuede llegar a emocionar a alguien.Al menos canaliza la visita mayoritaria yde cámara al hombro, del turista de grupomás o menos teledirigido.En 1902 Gaudí llega a Mallorca a peticióndel obispo Campins, para llevar acabo la restauración litúrgica de la Catedralde Palma. El resultado de la combinaciónde elementos góticos con elparticular modernismo de Gaudí daríaun resultado asombroso. Gaudí dueñoabsoluto, por vocación, del simbolismo