DespegarseSi carecemos de <strong>un</strong> ideal que nos sirve de modelo para fortalecer el carácter,seremos presa fácil de nuestras inclinaciones sociales, a saber, del miedo a qu<strong>en</strong>os conozcan tal como somos, de la ambición, del ansia de que nos admir<strong>en</strong>,y de todos los demás instintos gregarios. La sociedad despersonalizada,el continuo traslado de g<strong>en</strong>tes, la organización c<strong>en</strong>tralizada, la capacidadexpresiva y el poder sugestivo de la opinión pública —todo esto está aum<strong>en</strong>tando.Mi<strong>en</strong>tras tanto, disminuye la at<strong>en</strong>ción que se presta a la vida interior.El individuo, pues, está cond<strong>en</strong>ado a desaparecer, por más que se proclameel individualismo.Si nos empeñamos de veras <strong>en</strong> la formación de nuestros <strong>hijo</strong>s como individuos—deeducar a jóv<strong>en</strong>es de ambos sexos con fuerza sufici<strong>en</strong>te para <strong>en</strong>cararsecon cualquier g<strong>en</strong>tío—cambiaremos la manera de tratarlos y, lo que es más,com<strong>en</strong>zaremos a creer <strong>en</strong> ellos. Ya no nos preocuparemos por si se si<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cómodos y bi<strong>en</strong> ajustados, o sobrecargados y t<strong>en</strong>sos; al contrario, los al<strong>en</strong>taremosa ser más responsables, perseverantes y desinteresados. <strong>En</strong> vez de ser <strong>un</strong>apres<strong>en</strong>cia pasiva y confiar <strong>en</strong> que, con el tiempo, madurarán y “se <strong>en</strong>contrarána sí mismos”, los estimularemos y les propondremos retos y objetivos.Por último, reconoci<strong>en</strong>do no obstante que son ellos qui<strong>en</strong>es deb<strong>en</strong> decidirqué hacer con sus vidas, los amaremos lo sufici<strong>en</strong>te como para echarlos, despacito,del cómodo nido que les habíamos hecho. Les ayudaremos a percatarsede que la vida no es sólo <strong>en</strong>contrar <strong>un</strong> bu<strong>en</strong> empleo y vivir bi<strong>en</strong>, que hace faltaponer las miras más allá del propio bi<strong>en</strong>estar.Hoy día tantos jóv<strong>en</strong>es se sofocan <strong>en</strong> medio de montones de riqueza material,aburridos y aislados <strong>en</strong> ambi<strong>en</strong>tes artificiales que promet<strong>en</strong> la felicidadpero que los paralizan al protegerlos del m<strong>un</strong>do real. Y no hay que asombrarse.La juv<strong>en</strong>tud no busca el bi<strong>en</strong>estar ni la seguridad; quiere riesgos y sacrificios, opor lo m<strong>en</strong>os quiere aplicarse <strong>en</strong> alg<strong>un</strong>a forma. Dave, <strong>un</strong> pastor amigo mío <strong>en</strong>Littleton, Colorado, regularm<strong>en</strong>te organiza actividades de servicio vol<strong>un</strong>tariopor parte del grupo juv<strong>en</strong>il que dirige. Me dijo lo sigui<strong>en</strong>te:Toda persona jov<strong>en</strong> quiere participar, hacer alg<strong>un</strong>a contribución positiva,dar de sí misma… Si logras que se interes<strong>en</strong> por otra g<strong>en</strong>te, siempre sal<strong>en</strong> a<strong>En</strong> <strong>Peligro</strong>
Despegarseflote. Servir a los demás no es cómodo, pero da <strong>un</strong> propósito a la vida y teobliga a p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> otros.O bi<strong>en</strong> te decides a vivir para los demás o vas a terminar consumido por timismo. Una vez que empieces a dar de ti, verás que todos tus anhelos seránsatisfechos.A muchos niños y adolesc<strong>en</strong>tes se les hace s<strong>en</strong>tir que son inútiles, que nadati<strong>en</strong><strong>en</strong> que ofrecer. Pero, si les diéramos las oport<strong>un</strong>idades adecuadas, estoyconv<strong>en</strong>cido de que, como Dave, veríamos cuántos anhelan hacer algo más quesalvar el propio pellejo. No hay jov<strong>en</strong> adulto, sea de donde sea y a despecho delas actitudes y preocupaciones que ost<strong>en</strong>te, que no quisiera ayudar a sus congéneres,cambiar las cosas <strong>en</strong> su alrededor y transformar el m<strong>un</strong>do.Al ofrecer estas oport<strong>un</strong>idades a nuestros <strong>hijo</strong>s, les ayudaremos a ext<strong>en</strong>dersemás allá de su pequeño yo, y les daremos la certeza de que no sólo ti<strong>en</strong><strong>en</strong> algoque dar, sino que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> la obligación de darlo. Y con el tiempo, compr<strong>en</strong>deránque la preg<strong>un</strong>ta a plantearse no es, <strong>en</strong> las palabras de Viktor Frankl: “¿Cuáles el s<strong>en</strong>tido de mi vida?”, sino: “¿Qué exige la vida de mí?” Frankl añade:También puede expresarse de otra manera… La vida nos plantea dilemas,y a nosotros nos corresponde asumir la responsabilidad de contestar estaspreg<strong>un</strong>tas. Podemos responder a la vida únicam<strong>en</strong>te si nos hacemos responsablesde nuestra propia vida.Criar <strong>hijo</strong>s a conci<strong>en</strong>cia, pero dejarlos ir; protegerlos, pero al<strong>en</strong>tar su espíritude sacrificio; guiarlos, pero prepararlos para nadar contra la corri<strong>en</strong>te —todasestas apar<strong>en</strong>tes paradojas <strong>en</strong> la educación del niño se ilustran <strong>en</strong> la sigui<strong>en</strong>tehistoria.<strong>En</strong> 1943, Uwe Holmer era <strong>un</strong> adolesc<strong>en</strong>te vivaz de catorce años, miembroactivo de la Juv<strong>en</strong>tud Hitleriana de su localidad. Un día su madre <strong>en</strong>contró <strong>en</strong>su cuarto <strong>un</strong> número de la revista Der schwarze Korps de la SS (la policía militardel partido nazi). Cuando Uwe llegó a casa, su madre le habló muy seriam<strong>en</strong>tey le pidió que n<strong>un</strong>ca se incorporara a la SS. “Pero mamá, son los soldadosmás fuertes. Pelean hasta la muerte”, repuso Uwe. “Sí”, le contestó la madre,<strong>En</strong> <strong>Peligro</strong>
- Page 2 and 3:
En PeligroTu hijo en unmundo hostil
- Page 4 and 5:
Cuando alguien me pregunta si debe
- Page 6 and 7:
ÍndiceIntroducción ..............
- Page 8:
Introducciónguen transformándola
- Page 11 and 12:
La trampa de la indiferenciapúblic
- Page 13 and 14:
La trampa de la indiferenciaNuestro
- Page 15 and 16:
La trampa de la indiferenciatratamo
- Page 17 and 18:
2. El niño mercancíaDonde esté t
- Page 19 and 20:
El niño mercancía13diariamente. A
- Page 21 and 22:
El niño mercancía1mí y mis herma
- Page 23 and 24:
El niño mercancía1o semanas—tra
- Page 25 and 26:
El niño mercancía1era dejar el de
- Page 27 and 28:
3. Grandes expectativasSiempre he l
- Page 29 and 30:
Grandes expectativas3fantasía u ot
- Page 31 and 32:
Grandes expectativastanto ese hombr
- Page 33 and 34:
Grandes expectativasviene repetir l
- Page 35 and 36:
Grandes expectativaslas horas libre
- Page 37 and 38:
4. El poder de un abrazoAntes de te
- Page 39 and 40:
El poder de un abrazo33no… Cuando
- Page 41 and 42:
El poder de un abrazo3someten a los
- Page 43 and 44:
El poder de un abrazo3para qué viv
- Page 45 and 46:
El poder de un abrazo3los adultos d
- Page 47 and 48:
Hechos sí, palabras no1optan por l
- Page 49 and 50:
Hechos sí, palabras no3sembraron.
- Page 51 and 52: Hechos sí, palabras noHay padres q
- Page 53 and 54: Hechos sí, palabras nola violencia
- Page 55 and 56: Hechos sí, palabras noen autos, en
- Page 57 and 58: Hechos sí, palabras no1No obstante
- Page 59 and 60: Hechos sí, palabras no3y Kareem ya
- Page 61 and 62: La solución cómodamaternidad es o
- Page 63 and 64: La solución cómodasi piensan que
- Page 65 and 66: La solución cómodaDurante todo es
- Page 67 and 68: La solución cómoda1incluso para r
- Page 69 and 70: La solución cómoda3la educación
- Page 71 and 72: Elogio de la oveja negradefecto, si
- Page 73 and 74: Elogio de la oveja negraAún si no
- Page 75 and 76: Elogio de la oveja negramisma. Me t
- Page 77 and 78: Elogio de la oveja negra1simplement
- Page 79 and 80: Elogio de la oveja negra3afirmaría
- Page 81 and 82: Elogio de la oveja negracompleto. E
- Page 83 and 84: Elogio de la oveja negraporte bien
- Page 85 and 86: Reverenciade escepticismo salado po
- Page 87 and 88: Reverencia1de educar ni a uno solo
- Page 89 and 90: Reverencia3Haga usted el experiment
- Page 91 and 92: Reverenciajuzgamos una práctica er
- Page 93 and 94: ReverenciaLoren tenía las mismas m
- Page 95 and 96: Despegarsede lo que el individuo ha
- Page 97 and 98: Despegarse1en su libertad”.Por su
- Page 99 and 100: Despegarse3que piensen nuestros hij
- Page 101: Despegarseser interpretada por el n
- Page 105 and 106: Despegarsecuestión de eficiencia,
- Page 107 and 108: Epílogo 101niño en peligro—que
- Page 109: AgradecimientosAl mismo tiempo de d