30.07.2015 Views

En Peligro - Tu hijo en un mundo hostil - Plough

En Peligro - Tu hijo en un mundo hostil - Plough

En Peligro - Tu hijo en un mundo hostil - Plough

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Hechos sí, palabras nojugaba al béisbol, baloncesto, fútbol y hockey; también era cristiano modelo,asistía regularm<strong>en</strong>te a la iglesia y llegó incluso a ser monaguillo. Sin embargo,no era feliz.<strong>En</strong> mi casa todo giraba <strong>en</strong> torno al dinero y al “qué dirán los vecinos”. Deafuera todo pintaba bi<strong>en</strong>. Mi familia había logrado lo que <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral sellama “éxito”. Pero detrás de la puerta había esc<strong>en</strong>as de viol<strong>en</strong>cia m<strong>en</strong>tal yemocional.Mi padre trabajaba duro, dieciséis horas al día, para asegurar el éxito desu empresa, y yo lo veía muy poco. Por otro lado, mi madre estaba fuerade todo control: era viol<strong>en</strong>ta como <strong>un</strong> gato montés y extremadam<strong>en</strong>teegoísta. T<strong>en</strong>ía <strong>un</strong>a l<strong>en</strong>gua afilada como <strong>un</strong> cuchillo; no la usaba para hablar—siempre gritaba. N<strong>un</strong>ca se mostraba cariñosa, n<strong>un</strong>ca decía “te quiero” o“lo lam<strong>en</strong>to”, a<strong>un</strong> cuando no estaba con <strong>un</strong>a de sus rabietas. ¡Le fastidiabaser madre! Y las palabras que empleaba herían, herían de verdad: “No eresmás que <strong>un</strong>a visita <strong>en</strong> mi casa”, me increpaba. “¿Por qué no te me quitas de<strong>en</strong>cima? Vete y haz algo de provecho”. Cuando llegué a la adolesc<strong>en</strong>cia mes<strong>en</strong>tía torpe y aplastado. Carecía de autoestima.<strong>En</strong> cuanto a religión, toda la familia iba a la iglesia <strong>en</strong> Navidad y PascuaFlorida (el resto del año yo iba solo), pero las únicas veces <strong>en</strong> que oí a mimadre referirse a Dios <strong>en</strong> casa era para justificar alg<strong>un</strong>a regla o castigo. <strong>En</strong>casa no había Biblia. Imagínese la situación: usted, que ni siquiera cree <strong>en</strong>Dios, manda a sus <strong>hijo</strong>s a <strong>un</strong>a escuela católica…<strong>En</strong> la sec<strong>un</strong>daria me rodeé de malas compañías y com<strong>en</strong>cé a experim<strong>en</strong>tarcon drogas y alcohol. Supongo que lo hice para “ponerme a tono”. Despuésempecé a robar para costear mi adicción. A los dieciocho años ya había int<strong>en</strong>tadosuicidarme y me habían det<strong>en</strong>ido por asalto a mano armada. Terminé<strong>en</strong> <strong>un</strong> c<strong>en</strong>tro de rehabilitación para drogadictos. Más tarde ingresé<strong>en</strong> la marina, de la cual me expulsaron porque <strong>un</strong>a prueba de cocaína diopositiva…¿Mis relaciones con otra g<strong>en</strong>te? Lo único positivo que puedo alegar esque n<strong>un</strong>ca embaracé a <strong>un</strong>a mujer. Pero durante toda mi vida de adulto hem<strong>en</strong>tido, <strong>en</strong>gañado y robado. N<strong>un</strong>ca devolví <strong>un</strong> préstamo, n<strong>un</strong>ca pagué impuestos,n<strong>un</strong>ca tuve <strong>un</strong>a cu<strong>en</strong>ta bancaria por más de seis meses. He vivido<strong>En</strong> <strong>Peligro</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!