En Peligro - Tu hijo en un mundo hostil - Plough
En Peligro - Tu hijo en un mundo hostil - Plough
En Peligro - Tu hijo en un mundo hostil - Plough
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Hechos sí, palabras no<strong>en</strong> autos, <strong>en</strong> bancos del parque, <strong>en</strong> sofás de personas desconocidas y <strong>en</strong> hospitales.Decir todo esto me pone muy incómodo porque estoy acostumbrado aocultarme tras la máscara muy favorable de mi intelecto, mi <strong>en</strong>canto, miatractivo. Quizás Dios todavía me ama, pero siempre temo que la g<strong>en</strong>te saldríacorri<strong>en</strong>do si conociera mi pasado. Y lo peor que me podría pasar ahoraes sufrir el dolor de s<strong>en</strong>tirme rechazado…A nadie le cuesta admitir que existe el mal y que es <strong>un</strong>a plaga. Pero todo elm<strong>un</strong>do finge poder v<strong>en</strong>cerlo mediante la consabida trampa religiosa: haz tusoraciones, presta at<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> clase y toma tus vitaminas. ¡Como si eso fueratodo lo que nos hace falta!<strong>En</strong> el hogar de Cindi, que hoy trabaja <strong>en</strong> la asist<strong>en</strong>cia social para jóv<strong>en</strong>es, nose practicaba ning<strong>un</strong>a religión. Ni el padre ni la madre la maltrataron. Pero elabismo <strong>en</strong>tre las promesas que hizo su padre de amar a sus <strong>hijo</strong>s, y el hechode haber abandonado a su familia cuando Cindi t<strong>en</strong>ía cinco años de edad,la dejó con cicatrices indelebles. Al igual que Ryan, Cindi sabe que, sea cualfuere la causa por la cual se deshilacha la familia, muchas veces hay <strong>un</strong> niño depor medio, a qui<strong>en</strong> se le ha marginado <strong>en</strong> favor de prioridades que los adultosconsideran más importantes. Y también sabe que a veces resulta imposiblem<strong>en</strong>tirle a <strong>un</strong> niño.Nos s<strong>en</strong>taron a los cuatro <strong>en</strong> el sofá. Yo t<strong>en</strong>ía cinco años. Usaron esa palabra,“divorcio”, y yo ni sabía lo que significaba, pero levanté la vista y vi que mihermano mayor empezó a llorar. <strong>En</strong>tonces supe que algo andaba mal y com<strong>en</strong>céa llorar yo también. Luego, cuando estábamos <strong>en</strong> cama, mamá nospreg<strong>un</strong>tó a cada <strong>un</strong>a con quién queríamos ir a vivir. Por supuesto, no <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimosla preg<strong>un</strong>ta, pero cuando se fue al cuarto de los varones, recuerdot<strong>en</strong>er gran miedo de que iban a separarnos de los muchachos; me s<strong>en</strong>tí muyaliviada cuando no fue así.Más tarde esa misma noche bajé a buscar <strong>un</strong> vaso de agua y vi a papá salircon <strong>un</strong>a maleta <strong>en</strong> la mano y su reloj despertador con el cordón <strong>en</strong>rollado.Me miró y me dijo: “Mi amor, n<strong>un</strong>ca olvides que tu papá te quiere”. Y se fue.Ese recuerdo me resulta tan vívido. Se fue, así no más…<strong>En</strong> <strong>Peligro</strong>